·Os especializáis en el tratamiento con enfoque de género, es decir, desde una perspectiva feminista, de los problemas de autoestima, de la insatisfacción y el desamor con nuestros cuerpos. ¿Qué os llevó a empezar con Desnúdate Autoestima Corporal? ¿Qué os está suponiendo esta trayectoria profesional, y no por ello menos personal y colectiva, en vuestro propio crecimiento y aprendizaje?
Aunque Aizea y yo venimos de mundos diferentes, la relación con el cuerpo nos ha unido: Un proceso de recuperación de Bulimia. Ocho años de experiencia como estilista y publicista para medios de comunicación. Mañanas y tardes acompañando a mujeres con Trastornos de la Conducta Alimentaria. Jornadas completas vistiendo a modelos y actrices.
La vida es aprendizaje, cada una de las experiencias vividas se transforman
en conocimientos de un valor incalculable que nos ayudan a crecer y avanzar.
Ambas hemos vivido la presión del cuerpo en nuestra piel, llegando a olvidarnos
de nosotras mismas, de nuestra esencia. Y concretamente ése ha sido nuestro
motor. Aizea, durante su carrera profesional como estilista, ha visto como
mujeres que aparentemente cumplían con los cánones vivían infelices con la
presión del cuerpo.
Por mi parte, una enfermedad me hizo despertar y relacionarme en un mundo
donde la exigencia y la perfección hacían mucho daño.
Nuestra especialización desde la psicología y el trabajo corporal expresivo
despertaron en nosotras la misión de acompañar a este colectivo que tanto nos
había tocado de cerca.
Acompañar a mujeres que tienen dificultad en la relación con su cuerpo,
llegando muchas de ellas a padecer un Trastorno Alimentario, es un privilegio,
un recordatorio constante de cómo nos atraviesa a todas las mujeres el
patriarcado, y en este caso la presión social en el cuerpo. A nivel tanto
profesional como personal, nos enriquece y nos hace tomar consciencia de una
realidad social con hechos concretos: los abusos sexuales, maltratos y
violaciones están más presentes de lo que podemos llegar a imaginar.
·¿Podríais contarnos un poquito sobre lo que hacéis en un tratamiento promedio, es decir, qué podéis ofrecer a las mujeres que acuden a vosotras a nivel práctico y cómo de constructiva está siendo hasta ahora la experiencia de ofrecer estos tratamientos?
En Desnúdate ponemos a disposición nuestro bagaje, dos mochilas de experiencias vitales y
profesionales únicas sumadas a una amplia formación
especializada en psicología y
crecimiento personal.
Nuestro método es creativo y flexible. No existe un proceso igual, todos
son totalmente personalizados y adaptados a las necesidades de cada una de
nuestras pacientes. Nos basamos en una combinación original de disciplinas, corrientes y técnicas que
nos han ayudado a conocernos y amar nuestro cuerpo.
Algunas de ellas son:
La Terapia Gestalt. La PNL, centrada en el diálogo interno de
la persona. El Movimiento vital expresivo. La escucha y la
observación. El Estilismo libre color, el disfraz y
vestuario creativo. La música, el ritmo y la danza. Plástica.
El juego, el contacto, la dramatización, la expresión y la
creatividad. La respiración, la relajación, el masaje. La meditación
y la visualización. El trabajo grupal,
la identificación de emociones y paradigma personal.
El resultado, después de acompañar a muchas mujeres, nos hace confirmar nuestras hipótesis. El
trabajo emocional y corporal, la detección de necesidades y contactar con el
placer, la flexibilidad, desde el permiso; siendo consciente de lo que quieres
en tu vida y lo que no, es lo que hace que esa flexibilidad y adaptación
también se empiecen a aplicar en la relación con el cuerpo, en ver aquellas
partes “imperfectas” como parte de la esencia de cada una.
·Vuestro método de tratamiento bebe de diferentes disciplinas terapéuticas, algunas especialmente creativas. ¿Cuál es para vosotras el mayor defecto del acercamiento hegemónico ahora mismo a los trastornos de la conducta alimenticia y los problemas de autoestima desde las clínicas y las consultas? Como mujer que lleva años en tratamiento, entre otras razones, por mis problemas de autoestima y con mi cuerpo, me interesa especialmente saber ¿qué podéis ofrecer vosotras a las mujeres que recurran a vuestro tratamiento que no vayan a encontrar igual en centros de otro corte?
Desde nuestro
punto de vista, las clínicas centradas en el tratamiento de los Trastornos de
la Conducta Alimentaria están muy centradas en el síntoma, en la parte visible
del trastorno. Nosotras siempre hacemos la comparación del iceberg para
explicar qué es un TCA. La parte visible del iceberg es el síntoma: lo que se
puede observar desde fuera por el comportamiento. La parte sumergida son las
emociones: el trasfondo que hace surgir la enfermedad y aviva las
inseguridades.
·Igual es una pregunta muy básica, pero me parece importante recalcarlo ¿por qué es necesaria una perspectiva feminista, una perspectiva de género, en el tratamiento de los problemas de autoestima y amor propio corporales? ¿Creéis que en el programa de estudio habitual y especializado en estos tratamientos se profundiza lo suficiente en el canon de la socialización patriarcal?
La sexualización
del cuerpo femenino y la creación de unos cánones de belleza concretos
impuestos por el sistema heteropatriarcal en el que vivimos; un sistema
sociopolítico donde el género masculino y la heterosexualidad priman sobre
otros géneros u orientaciones sexuales. Así, en este caso, el cuerpo femenino
se ha moldeado y se ha normativizado según la visión masculina, con el objetivo
de agradar al hombre. Cánones que han ido variando según el momento histórico,
siendo ahora la delgadez la norma que impera.
Además, dentro de la delgadez,
existen unos atributos concretos que hacen un cuerpo deseable, como: pechos
turgentes, piel lisa, blanca y suave, labios carnosos, mirada penetrante,
cabello largo y sedoso… Atributos muy coincidentes con una etapa concreta de
edad: la juventud, momento de plenitud según lo que se entiende para el género
femenino.
Así, para llegar
a esos atributos concretos, las mujeres han aceptado todo tipo de medidas de
adoctrinamiento: dietas, cosméticos, tintes, tratamientos anticelulíticos,
operaciones estéticas… Y en todo este sinfín de medidas aparecen los TCA,
llevando la represión y el control a un extremo incontrolable y llevando al
descontrol, en muchas ocasiones fruto de ese descontrol.
·Otro problema que he percibido en mis años de tratamiento ha sido la ausencia de una verdadera conciencia de la problemática que suponen los abusos, las agresiones y el acoso sexual en la configuración de la autoestima y los hábitos de vida saludables de nosotras las mujeres. Con cada vez más estudios apuntando a la correlación entre el haber sido víctima de abusos y los problemas de autoestima (llegando estos a cristalizar, incluso, en trastornos de la conducta alimenticia) ¿cuál es vuestra propuesta a este respecto, cómo creéis que se puede abordar este sufrimiento desde la posición de la especialista?
Como bien comentábamos en la primera pregunta, los abusos sexuales, acoso y bullying están muy presentes en nuestras sesiones tanto individuales como grupales. El abordaje de estas experiencias es muy delicado y siempre se tiene que hacer desde una posición muy respetuosa, pautada y lenta. El ritmo y la manera de incidir siempre estará en constante revisión y supervisión al ritmo de cada persona. No hay que olvidar que son experiencias traumáticas que crean mucho sufrimiento y que marcan de manera muy clara el desarrollo de cada mujer. Por ello, el abordaje desde la ternura, la autocompasión y el respeto es muy necesario. Estos casos requieren de un ritmo muy lento que respete el momento de cada mujer. Desde estas experiencias, en muchas ocasiones proponemos también el trabajo grupal desde organizaciones que incidan en estas experiencias, para poder sentirse acompañadas y respaldadas en todo momento.
·Por último, quisiera preguntaros ¿cuál es vuestro lema de cabecera, aquello que le diríais a una mujer que no sólo padece por su autoestima y su relación con su cuerpo, sino que ya quiere tirar la toalla? A veces, todas necesitamos un poco de apoyo.
A nuestra consulta muchas veces vienen mujeres que ya han probado todo, que han pasado por diferentes especialistas y nos dicen “es que estoy cansada”.
Y desde
aquí dejamos claro tres ejes muy importantes: tienes la suerte de que tu cuerpo
te habla, tu cuerpo te avisa cuando hay algo que no funciona. Esa alarma, en tu
caso, está muy relacionada con la relación con el cuerpo y la comida. Cuando
esa relación tiene etapas que son más conflictivas, es importante que puedas
atenderlas, porque te están dando mucha información de aquello que te pasa, de
que hay algo que no estás atendiendo. En otras personas, puede que la alarma se
active de otras maneras: hacer muchas cosas, deportes de riesgo que creen emociones
fuertes, alcohol, drogas, relaciones tóxicas, tabaco…. Tu cuerpo tiene esa
salida.
Desde
ahí, es importante atender a que el TCA es el automatismo que tu cuerpo ha elegido
para reclamar atención, para que pares y te atiendas. Así, es como si tu cuerpo tuviera una patita coja, y a esa patita coja es importante que puedas diseñarle
una muleta a tu medida, una muleta con tus colores, con tu altura y que siempre
puedas ir revisándola, puedas ir tuneándola porque a lo mejor conforme vaya
pasando el tiempo esa patita necesite otro tipo de soporte, otro diseño, etc. Es
un trabajo de largo recorrido y de escucharte constantemente, de oír esas
señales que tu cuerpo te está mandando. La niña te está gritando, te está
pidiendo que la mires.
Dale
gracias a tu trastorno porque ha elegido una opción menos adaptativa que hace que tengas que atenderte de manera más incisiva.