Mostrando entradas con la etiqueta carta de amor a mi cuerpo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta carta de amor a mi cuerpo. Mostrar todas las entradas

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Carta de amor a mi cuerpo III, por @nxdrc

La tercera entrega de esta maravillosa serie que tanto me alegro de haber desencadenado nos viene de la mano de Aran Lo, @nxdrc en Twitter. Leedla y que os llene tanto como a mí el hacerlo y a ella, espero, el escribirla.

"Querido cuerpo:

Hoy, 26 de noviembre, quiero pedirte perdón.

A lo largo de la vida te he estado maltratado en innumerables ocasiones y he pagado contigo todos mis malos momentos cuando, al fin y al cabo, tú seguías ahí.

Quiero pedirte perdón por haber tardado tanto en aceptarte tal como eres, por haber tardado tanto en darte lo que necesitabas.

Quiero pedirte perdón por todo lo que te hice en esa mala racha, ¿recuerdas? Yo jamás lo podré olvidar porque te hice mucho daño. Quiero disculparme por cada corte, cada golpe y cada quemadura. Siento muchísimo el haberme atiborrado de comida y luego haberte forzado a escupirlo todo fuera de mí, sabiendo el daño que estaba causando. Por otro lado, también siento mucho esas temporadas en las que te mataba de hambre y te bañaba en lágrimas deseando despertar con unos centímetros menos de ti.

Siento mucho haber sido una estúpida.

Siento no haberte mimado más de vez en cuando, como cuando salíamos a correr o a pasear y disfrutábamos tanto, o cuando atendía a tus necesidades a su debido tiempo, o cuando te daba cosas deliciosas y saludables.

Hoy, prometo cuidarte y protegerte hasta el fin de mis días. Prometo aceptarte y amarte. Prometo llenarte de risas y de buenos momentos; prometo darte abrigo cuando tengas frío; y te vestiré con la ropa que más te guste, y todos los días te recordaré lo bonito que eres. Te daré relajantes baños con jabones de mil olores, y protegeré tu piel con la crema que más suave la deje. Te acariciaré cada mañana y al dormir, y nunca, nunca, me separaré de tu lado.

Fdo.: una mente desordenada que, aunque no te lo diga muy a menudo, te quiere más de lo que imaginas."

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Carta de amor a mi cuerpo II

La autora de esta maravillosa carta es @gata_sorda en Twitter, que se une a nosotras para pedirse perdón y prometerse quererse. Nada más que decir que no diga ya ella.

A mi querido cuerpo:

Hoy te escribo para avergonzarme, te escribo para hacerte saber todo lo que siento haberte hecho pasar, por todo lo que has tenido que soportar.

Perdóname, cabeza, por no dejarte vivir en silencio. Por comerte todas las noches y más de una mañana o tarde. Perdóname por no tenerte en cuenta cuando era el corazón quien hablaba. Perdóname.

Perdón, cuello, por no darte las caricias que mereces. Por no mimarte. Por no dejarte las marcas que necesitas, por no demostrarte que eres lo mas sensible en mí.

Perdonadme, costillas, por tantos golpes, por tantos apretones de aquellos que no merecían acercarse. Perdonadme por arañaros, malcriaros, heriros.
Perdonadme pechos por odiaros. No soy capaz de veros bonitos. No soy capaz de superar la opinión que otros han plasmado. Perdonadme si no os he hecho sentir como debíais, bonitos, valiosos y preciados.

Perdóname, barriga, tanto dentro como fuera, por golpearte, arañarte,lesionarte, por no alimentarte y luego hacerlo demasiado, por haberte hecho tragar tantas sustancias que no debías, y cuando las has intentado devolver prohibírtelo. Perdóname, no lo merecías ni mereces.

Perdonadme brazos por morderos, y sobretodo muñecas, perdonadme. Sois de las que más busco perdón. Sois en las me he desahogado, sois las que aún tenéis marca de la desgracia de otros. Sois las que aun tenéis que soportar presión, tristeza, enfado. Perdonadme. Siempre habéis sido mis compañeras, siempre habéis sido mi apoyo, y no he hecho más que maltrataros, dañaros, arañaros, apretaros. No merecíais nada de eso, merecíais y merecéis lo mejor. La alegría, los dibujos. Miles de mariposas que os envuelvan. Que os acaricien. No más cuchillas, no más filos, no más cristales, solo seda acariciándoos.

Perdonadme, caderas, por no valoraros cuando tocaba y exhibiros cuando no. Por entregaros a cualquier promesa tonta de felicidad y gozo. Por dejaros pasar el peor momento de mi vida. Por dejar que las manos de aquel intruso se posaran en vosotras, y no su cara en mis puños. Perdón por los golpes una vez más, cuerpo mío, perdón por no perdonarte ni una de mis desgracias.


Perdón, piernas. Por todo. Y vosotras, actualmente malheridas, incapaces de ser mostradas a nadie más que no respete lo que os he hecho. Vosotras que me aguantáis en pie, que me recogéis y me arropáis cuando más desesperada estoy. Que me habéis hecho huir, esconderme de lo que debía, disfrutar. Os he lesionado, un mes de venda no fue suficiente con el deporte que me lo hizo. Perdonadme por ser la manera de refugiarme de lo que le había hecho a mis muñecas, perdonadme por quedar marcadas para siempre. Perdonadme por no contenerme. Por decir «no se ve, nadie lo sabe, nadie lo siente si no se ve». Perdonadme por recibir caricias donde no debíais, caricias que os han dañado. Caricias que han hecho que hoy y ahora estéis dañadas. Caricias que no deberían prometer nada y llevan demasiado sueños detrás. Perdonadme piernas por no saber cuidaros. Por maltrataros, otra vez. Por no saber refugiarme en otro lugar más que en la sangre que emanáis. Por no preocuparme si esto se mancha, si esto no se cura. No son vuestras cicatrices las que quiero curar.

Perdóname, corazón, por hacerte caso. Por hacer lo que decías cuándo eso solo traía dolor. Traía que te acurrucaras en mi pecho. Perdóname por hacerte latir más rápido de lo que debías. Por hacerte ir más lejos de lo que podías llegar. Perdóname.

Perdóname, cuerpo. Perdonadme cabeza, cuello, pechos, barriga, piernas y sobre todo: perdonadme, pies, por llevaros donde no debía, por arrastraros donde no quería, por machacaros por llegar donde sí quería.

Perdón. Perdóname. 


miércoles, 2 de diciembre de 2015

Carta de amor a mi cuerpo I

Esta es la primera entrega de una serie de cartas de amor al cuerpo propio que he decidido iniciar con la ayuda de mis seguidoras de Twitter y amigas (que, a menudo, son las mismas). La ha escrito Jara, @xeretag, y yo se la publico. Porque nos queremos. Porque nos pedimos perdón. Y nuestros cuerpos siempre, siempre, siempre, nos quieren de vuelta y nos perdonan a la primera.

"A mi cuerpo:

Ven, ayúdame a recoger los pedazos que aún nos quedan, a intentar juntarlos. Volvamos a ser una, que se ama y se respeta, no porque debe hacerlo, sino porque sabe que lo merece.

Ven, quiero contarte que nunca he dejado de quererte, es solo que me he acostumbrado a hacerlo mal, de cualquier manera algunas veces, exigiéndote lo imposible mientras yo no ponía nada de mi parte otras.

Ven, quiero demostrarte que puedo volver a hacerlo bien, como cuando no comparaba cada centímetro de ti con el resto, como cuando no te ponía metas inalcanzables, como cuando no te  culpaba por cada gramo de más, por cada estría, cicatriz o lunar. Como antes de que le declarase la más sangrienta de las guerras al vello que te cubre.

Ven, quiero devolverte cada  noche sin dormir, cada día sin comer, cada abrazo que no dejaste que te dieran por mi culpa. Porque eres digna de ellos, porque te pertenecen. Después arrancaremos uno a uno los “no puedes” que cosí en tu piel. Que los “no sirves”,  “no vales”, “no mereces” desaparezcan para dejar paso a los “eres válida”, “eres capaz”, “eres digna”.

Ven, vuelve a ser hogar, perdóname para que pueda hacerlo yo también. Tal vez nunca seré capaz de verte tal y como eres frente al espejo, por eso te pido que tus piernas me sostengan ahora y tus dedos me acompañen a recorrerte de nuevo, despacito y sin miedo, disfrutando, memorizando y aceptando cada uno de tus rincones.

Ven conmigo, compañera, y jamás volveré a privarnos de vestir (y desvestir) como nos guste, de pasearnos por donde nos plazca, de comer cuanto nos apetezca, de reír, de gritar, de saltar, de llorar, de follar, de decirle al mundo entero que somos válidas, que nos gustamos.


Ven, vamos a hacer esto por nosotras, por las que todavía piensan que no merecen quererse, por las que jamás podrán hacerlo, por las que morirán en el intento, por las que ni siquiera lo intentan, por las que aprenderán a vivir con ello, por las que no quieren, por las que no se atreven a reconocerlo, por las que fingen hacerlo, por las que simplemente lo hicieron siempre, por las que han luchado hasta conseguirlo, por las que solo son capaces de hacerlo a veces."