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1. ¿Qué significa el feminismo, qué significan los feminismos, para ti; en tus propias palabras? ¿Qué ha supuesto el feminismo, qué han supuesto los feminismos, en tu vida; han cambiado algo, han supuesto algún giro de tuercas, te han abierto los ojos a alguna realidad antes desconocida...?
Ha cambiado muchísimo mi vida, demasiado. En un principio a nivel personal: me hizo ver conductas que no eran sanas y también me ayudó a ser consciente del machismo que tenía en mi cabeza. Ayudó sobre todo en mi relación con los hombres (tenía metido en la cabeza que siempre iba a ser inferior a la persona con la que estuviera) y es algo por lo que nunca voy a poder dejar de dar las gracias. Después vino lo mejor: descubrir las voces de las demás, sentir que hay una comunidad de mujeres increíbles, entender la doble marginación de las mujeres negras, asiáticas, latinas... Entender que el feminismo iba de la mano de la lucha contra el racismo, contra el capitalismo, contra la pobreza... ser consciente de que estamos luchando por algo inmenso. También me ha ayudado a darme cuenta de mis privilegios respecto a otras compañeras y lo importante que es aprender de ellas y sus discursos. Feminismo, para mí, es estar en continuo aprendizaje, es vivir con mil contradicciones, es darte cuenta de que has dicho barbaridades muchísimas veces (y quizás alguna se te escape), pero sobre todo es intentar cambiar las cosas cada día, es estar agradecida por lo que te enseñen tus compañeras.
Libros favoritos... el que más me ha marcado sin duda es «Tokio Blues»; Murakami llegó en el peor momento de mi vida y marcó un antes y un después en mi relación con los libros. También diría que los Diarios de Alejandra Pizarnik siempre van conmigo, tengo que estar abriéndolos continuamente por la página que sea para releerla.
Y, sin duda, «Los estómagos» de Luna Miguel. Ese libro lo significa todo.
3. ¿Cuál es, en tu opinión, la situación actual de las escritoras mujeres? ¿A qué obstáculos se enfrentan que sus colegas hombres no han de confrontar? ¿Cómo crees que la literatura, la escritura, pueden volverse armas empoderantes en manos de las mujeres; para su propio conocimiento, y posterior liberación?
Ahora mismo el feminismo para mí es una forma de vivir: es una lucha constante para cambiar el mundo, por liberarnos de este sistema patriarcal.
2. ¿Siempre has sido una lectora acérrima? ¿Qué implica para ti la lectura, qué ha supuesto en tu vida? ¿Tienes uno, o varios, libros favoritos o que te hayan marcado de forma que no crees que nunca vayas a olvidar lo que han supuesto para ti?
La verdad es que odiaba leer de pequeña, muchísimo. Un día leí «Mujercitas» y me encantó así que mis padres intentaron que siguiera leyendo y me regalaron «Crepúsculo» (ellos no sabían ni de qué trataba pero viendo el éxito, probaron). Ahí me enganché a la literatura juvenil, la devoré y decidí salir un poco de esa temática. A partir de ahí ya no he parado de leer.
Ahora mismo la lectura lo es todo para mí: es una fuente de placer, me ayuda a desconectar y distraerme, pero sobre todo es una fuente de aprendizaje. Es increíble todo lo que puedes aprender en unas cuantas páginas. Conforme leo el ansia de leer más y aprender más aumenta, me hace sentir más llena aunque también es un quebradero de cabeza porque me hace ser consciente de lo limitada que es nuestra vida, de las injusticias, de que hay cosas que nunca voy a poder cambiar.
3. ¿Cuál es, en tu opinión, la situación actual de las escritoras mujeres? ¿A qué obstáculos se enfrentan que sus colegas hombres no han de confrontar? ¿Cómo crees que la literatura, la escritura, pueden volverse armas empoderantes en manos de las mujeres; para su propio conocimiento, y posterior liberación?
En el ámbito educativo las escritoras siguen invisibilizadas y esto es preocupante, estamos hablando de que la educación que reciben los niños está llena de ejemplos masculinos y algunos pocos femeninos (todos hemos estudiado a Emilia Pardo Bazán y a Rosalía de Castro). Por eso me parece tan importante iniciativas como #LeoAutorasOct o el activismo que hay en las redes para recuperar esas voces femeninas; gracias a ellas mi estantería ha pasado de estar poblada por escritores a ser las mujeres la mayoría.
Por otra parte para que se las tome en cuenta parece que las mujeres tienen que estar continuamente demostrando lo buenas escritoras que son. El machismo está en todas partes y la literatura no iba a ser menos, que además siempre se ha considerado un oficio de hombres (no hay más que ver los halagos que recibían antes: “escribe con un hombre”, etc.). Una cosa que me molesta muchísimo en este tema es que cuando se habla de escritoras siempre tocan temas como si son lo suficientemente guapas o si son jóvenes o cualquier tontería que se les ocurra; sin embargo, no he visto que esas preguntas sean comunes en entrevistas a escritores.
La literatura es un arma en sí misma y en estos últimos años me he dado cuenta del poder que tiene: he encontrado un lugar en el que aprender, en el que verme a mí misma. He buscado la historia de mujeres a las que admiro, me he empapado de ellas y ahora forman parte de mí. Escritoras como Gloria Steinem, Eve Ensler, bell hooks,… a través de sus escritos somos capaces de ver una realidad nueva, de aprender y aplicarlo a nuestra vida, a nuestra lucha. Ya no soy capaz de encontrarme en las novelas de los escritores, no siento esa conexión que encuentro en ellas porque poco a poco vamos tejiendo una comunidad en la que crecer y apoyarnos.
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