·Empecemos
por el principio ¿cómo nacen Las Kellys? ¿Qué impulsa a todas estas mujeres,
camareras de piso que limpian hoteles, a reunirse y auto-organizarse por un
bien común?
A
partir de un grupo de Facebook que hizo una compañera, empezaron a juntarse
mujeres y todas veían que tenían los mismos problemas. Y llegó la compañera de
Lanzarote y vimos que había que salir del Facebook; nos juntamos de manera un
poco clandestina en mi casa, en Madrid, donde nació la asociación. Vinieron de
Barcelona, de Cádiz, de Lanzarote y yo, que estaba en Madrid.
Estuvimos
todo el fin de semana con un modelo de estatutos que había, ajustando ese
modelo para hacer nuestros propios estatutos. Y ese lunes nos registramos como
Asociación.
Veíamos
que todo empezaba con la Reforma Laboral, porque este trabajo siempre ha sido
duro, pero con la prevalencia de los convenios de empresa empezaron los ERE,
empezó la externalización, y con ella nuestros problemas. Pero no solamente
eso, porque por ejemplo, las compañeras de las islas no tenían tanto ese problema,
pero sí mucha sobrecarga. Las enfermedades eran muy comunes; la espalda, los
lumbares, la ciática, las manos… y nos organizamos. Así, empezamos a movernos,
con el apoyo mutuo, a darnos a conocer, a denunciar todo esto.
·El
paso fundamental, el de trascender de “desahogarse por Internet a la
auto-organización”, lo dais en 2015 ¿cómo ha sido el proceso de reunirse,
conocerse, movilizarse hasta ahora? ¿Han cambiado los objetivos desde los
inicios hasta el momento actual?
Pues
no, la verdad es que nacimos para mejorar nuestras condiciones, y en ello
seguimos. Primero, como te he dicho antes, el tema de la visibilización y la
denuncia; nos fundamentamos muchísimo en el apoyo mutuo, con otros colectivos
en lucha. Sobre todo, otros colectivos también de mujeres, por el tema de la
vulnerabilidad en el trabajo, la feminización de la pobreza… las mujeres del
trabajo doméstico, del trabajo a domicilio, los cuidados.
Respecto
a cómo comenzamos, empezamos a reunirnos, a hacer asambleas, y a darnos a
conocer. A contactar con las camareras de piso, que querían hablar, pero no
querían dar la cara porque tenían mucho miedo.
Poquito
a poco, con esta toma de contacto con ellas, nos fueron conociendo, fuimos
auto-empoderándonos, y así, poco a poco, todo el mundo, la prensa, quería
hablar con nosotras. Porque nadie se creía lo que contábamos. Cuando les
decíamos la cantidad de habitaciones que limpiábamos, que si te ponías mala te
despedían, nuestros sueldos… cómo puede ser, eso es explotación. Y como te
digo, al ser mujeres se aprovechaban mucho de la situación de vulnerabilidad,
porque con la crisis, había mujeres que perdían derechos fundamentales,
cobrábamos menos, nos hacían contratos en que no trabajabas por jornada, sino
por producción, dependiendo de las habitaciones que hicieras.
Y
cuando ellas veían que no eran las únicas que tenían ese problema, se lo iban
contando a sus amigas, venían a las asambleas, llamaban, contactaban… porque,
aunque muchas no querían dar la cara, también hay trabajos internos. Sobre todo
siendo mujeres de familias monoparentales, con problemas de desahucio, mujeres
migrantes que tienen que mandar dinero a su país… yo misma soy divorciada. Y en
mi caso, por ejemplo, el trabajo que me ofrecían en Madrid era de un nivel que
yo no quería aceptar, por eso me muevo. Pero claro, hay otras compañeras que no
pueden, que no se pueden quejar, porque es esto o nada.
·Vuestras
reivindicaciones son amplias (nos habláis del derecho a la jubilación
anticipada o del fin de las externalizaciones), pero el fin parece ser uno: el
derecho a la dignidad humana. ¿Podéis hablarnos en mayor profundidad de cómo se
articula esta lucha, de cuáles han sido los logros hasta el momento y cuáles
son los mayores obstáculos?
Mira,
el tema de la dignidad es muy importante, porque cuando te anulan… nosotras
nacimos precisamente porque nos han ido llevando poco a poco al precipicio, y
no esperaban que nos diéramos la vuelta y nos encaráramos. Por ejemplo, estas
enfermedades que tenemos, que vas al médico y te dicen que no están reconocidas
como enfermedades laborales; y que todo esto te pasa porque eres mujer, porque
ya tienes una edad, porque estás con la menopausia… tenemos una compañera a la
que no le quieren reconocer sus problemas como enfermedades laborales, este
proceso necesitaría una baja, un reconocimiento de cómo te has hecho eso.
Cuando
estás contratada con una empresa externa, directamente anulan tu contrato.
Hemos conseguido, en este tiempo, que se reconozcan el codo de tenista, el
manguito rotador, el túnel carpiano como enfermedades laborales, eso lo
conseguimos el año pasado, y ahora tú vas a la mutua y te lo aceptan como baja
laboral.
Hicieron
falta muchas inspecciones de trabajo, muchas denuncias, y dar mucho la cara.
Hemos conseguido que las compañeras vayan denunciando y se añadan denuncias, y
claro, que todo el mundo sepa quiénes son Las Kellys.
El otro
día, hablando con una compañera periodista, le decía que estamos muy cansadas,
porque lo que necesitamos son cambios legislativos; nos hemos reunido hasta con
el Parlamento Europeo, con muchas instituciones. El Ministerio de Turismo nos
dijo que nos protegerían para que no nos pudieran externalizar, pero no nos han
hecho caso. Esa modificación del Estatuto no se ha llevado a cabo.
Nos
está preguntando mucha gente sobre cómo nos va a beneficiar la subida del
salario mínimo; nos va a beneficiar, evidentemente, porque nos va a subir el
salario mínimo a todos. Pero nosotras, concretamente, ya estamos cobrando un
40% de lo que tendríamos que cobrar; porque estamos trabajando por producción,
y no por jornada, ganando mucho menos. La subida del salario, por tanto,
mientras no haya otros cambios legislativos que pongan por encima los convenios
sectoriales, no va a evitar que estas empresas se las ingenien para seguir
aprovechándose.
Fíjate,
la media de habitación viene a costar 114€ en un hotel, y lo paga el cliente
cuando se aloja en este hotel. El hotel, a la empresa externa, le paga una
media de 6 o 10€, y la empresa externa, a la camarera, le paga 2’50€. Cuando
estás de vacaciones, o cuando estás de baja, no produces; y recordemos que
hablamos de contratos por producción.
·La
Asociación se plantea inicialmente como apartidista, primando “el debate sobre
vuestra situación laboral” antes que “preferencias políticas personales”. Sin
embargo, estoy segura de que tenéis mucho que decir respecto al panorama
político actual ¿se notan mejoras con los cambios de Gobierno, y cuál es el
papel de los sindicatos más tradicionales cuando se trata de la lucha de las
camareras de piso? Es decir ¿cómo veis vosotras el panorama ahora?
Respecto
al panorama, nosotras siempre hemos visto más apoyos de la izquierda. La
Asociación es plural, cada una de nosotras simpatiza con un partido o un
sindicato; es importante que la Asociación sea, como tú dices, apartidista.
Pero siempre hemos encontrado muchísimos más apoyos de los partidos de la
izquierda que de los partidos del centro-derecha. Estuvimos en la Moncloa, por
ejemplo, mientras que con Ciudadanos no nos hemos reunido nunca, incluso hemos
coincidido con Albert Rivera, nos ha visto con las camisetas, y ni nos
preguntó, ni nos saludó…
Por
otro lado, se aprobó, en el Pleno de Madrid, hacer un estudio para ver en qué
situación estaban nuestros contratos en los hoteles de Madrid, y ese estudio
jamás se hizo. Lo hemos reclamado muchas veces y nunca se ha hecho. No sé si
será por los intereses, dado que estamos hablando de gente con mucho dinero,
gente con mucho poder, de cadenas de hoteles.
Actualmente
la situación sigue estando igual, porque aunque nos reunamos con los partidos
políticos y tengan voluntad de cambio, esos cambios, como te digo, no llegan. Y
además, en el Senado está gobernando por mayoría absoluta el Partido Popular. Hemos
hecho ponencias, hemos expuesto nuestros testimonios, y siempre nos hemos
encontrado con el muro del Partido Popular.
Nos
movemos mucho con el apoyo feminista, con el apoyo de las mujeres, el
movimiento 8M… coño, que somos mujeres, tenemos que tomar conciencia de lo que
significa ser mujeres.
Sí que
estamos un poco decepcionadas, porque los cambios legislativos no llegan. Cuando
a nosotras nos externalizan y nos aplican la Reforma Laboral, se calcula que
somos alrededor de doscientas mil mujeres que trabajamos en los hoteles; cuando
empieza todo esto, a nosotras nadie nos hace un estudio, no nos hacen un
estudio de enfermedades, de cómo nos va a afectar en nuestra vida ese sueldo,
nos dicen: es lo que toca, es lo que hay.
Entonces
ahora seguimos batallando, seguimos hablando con todo el mundo, contando todo
esto; denunciando y poniendo en evidencia a los hoteleros. Y también a los
sindicatos. Porque una cosa está clara, hasta que nosotras no nos hemos
auto-organizado, los sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO); los que se sientan
con la patronal, estaban burocratizados. Por qué vemos que no se están haciendo
estudios psicosociales y ergonómicos a las camareras de piso, pregunto; y me
dicen que es muy complicado.
En el
País Vasco estamos muy contacto con el ELA, que gestiona parte del dinero de
las subvenciones, y lo deja para una caja de resistencia. Así, cuando las
trabajadoras y los trabajadores entran en conflicto, subsisten gracias a las
cajas de resistencia. Y han conseguido tumbar externalizaciones, con huelgas,
en la Cadena Barceló y en la Cadena NH. Si se puede en el País Vasco ¿por qué
no se puede en el resto?
Estamos
muy cabreadas, porque te decía que nos hemos reunido con el Ministerio de
Trabajo, y no se ha modificado el Estatuto de Trabajadores; la primera noticia
que hemos tenido es que se han reunido con estos sindicatos ya mencionados para
subirles las subvenciones. Nosotras trabajamos cuando tenemos días libres,
cuando salimos de trabajar, nos reunimos en centros sociales, en cafeterías… no
estamos en contra de los sindicatos, son la herramienta que necesitamos para
defender nuestros derechos; lo estamos de los sindicatos tal y como están
establecidos, que no luchan como es debido. Si nosotras podemos hacerlo, con
esta situación que te cuento ¿cómo ellos no pueden?
Y no
gusta que tengamos voz propia, que queramos ser autónomas. No somos borregas.
Nos dicen que somos mujeres no cualificadas. La Patronal de hoteles de Tenerife
ha hecho un vídeo (está en el Facebook de Las Kellys Lanzarote) en que nos
pintan como si no supiéramos hacer la o con un canuto, porque como limpiamos
habitaciones… lo que pasa es que por circunstancias de la vida hemos acabado
haciendo esto. Como yo, que no encontraba trabajo de lo mío. Y he ido haciendo
cursos, y actualmente soy gobernanta de hotel, pero sé perfectamente que esto
nos afecta a todos los del departamento de pisos.
·La
exigencia de una dignidad y unos derechos comunes a todas las mujeres, así como
la revalorización de los cuidados, vienen siendo reivindicaciones feministas
fundamentales. ¿Hay un apoyo desde el Movimiento Feminista del Estado a
vosotras, Las Kellys? ¿Podemos hablar de solidaridad, de una misma lucha
incluso?
Sí.
Claro que se puede hablar de solidaridad; de hecho, cada vez que hacemos alguna
concentración, enseguida encontramos el apoyo de las feministas. Nos tenemos
que apoyar entre nosotras, porque tarde o temprano, todo nos alcanza; por
ejemplo, en los hoteles, nos empezaron a externalizar a nosotras, el 30% de las
plantillas de los hoteles, el sector más amplio. Los hoteles se abren para
vender habitaciones, habitaciones limpias, porque nadie paga por alojarse en
una habitación sucia. Y si nosotras representamos ese porcentaje de la
plantilla de un hotel ¿por qué nos han externalizado a nosotras? ¿Por qué no lo
han hecho con otro departamento? Está claro que no queremos que se lo hagan a
ningún departamento, porque por encima de todo, Las Kellys nos basamos en el
apoyo mutuo, en la solidaridad.
Pero lo
que quiero decir con esto es que les ha sido tan fácil barrernos a las mujeres…
claro que es una causa feminista, porque nos lo hacen a una, y nos lo hacen a
todas. Los trabajos que hacemos las mujeres no están valorados, y cuando llegas
a casa, tienes que seguir limpiando, cuidar de tus hijos; tenemos mujeres que
son el soporte familiar: trabajan fuera y dentro. Llevan la gestión de toda la
casa. Son economistas. Ya está bien.
No hay
más que ver lo que está pasando con los malos tratos, con la violencia; no se
trata sólo de la violencia física, sino también de la violencia institucional.
Tenemos mujeres que van a solicitar una beca para el comedor y no se la
conceden, compañeras que están desahuciadas…
Nosotras
hacemos trabajos residuales, hay muy poquitos hombres limpiando las
habitaciones, y los que lo hacen es porque no encuentran trabajo de lo suyo; en
cuanto les sale un contrato de lo suyo, se van, y luego ya volverán. Saben que
ese trabajo siempre va a estar ahí. Entran y salen como solución. Pero son
trabajos que han hecho las mujeres desde siempre, y parece que como los hemos
hecho nosotras siempre, tenemos que callar y otorgar.
En el
programa Equipo de Investigación, sale un director de hotel diciendo que
contrata hombres porque tienen menos cargas familiares y menos faltas. Eso es
patriarcado. ¿Los hijos son sólo nuestros, de las mujeres? ¿No son de los dos?
·Por
último, no puedo dejar de preguntaros cuáles son vuestras principales
exigencias ahora mismo; todos y todas sabemos lo mucho que lucháis y lleváis
luchado, pero ¿cuáles son los objetivos a corto y largo plazo?
A corto
y largo plazo, es que no se pueda externalizar el trabajo estructural que
hacemos. Tú puedes externalizar que te limpien la piscina porque hay fecha de
inicio y fecha de final; pero limpiar las habitaciones de un hotel es el pilar
del hotel, lo necesitas siempre. Eso nos está enfermando, y esa sobrecarga que
se deriva es el origen de muchas enfermedades.
El tema
de la jubilación también es crucial; que nos podamos jubilar, porque si
pretenden que aguantemos así… yo tengo compañeras con 50, 40 y hasta 30 años
con el lumbago para siempre tocado, con problemas de discos.
Luego,
por otra parte, queremos que se vincule lo que es la categoría de los hoteles,
como las estrellas que tiene un hotel, que se le dan al hotel en función de los
metros de la habitación, o del minibar, o del teléfono en la habitación… con la
calidad del trabajo que realizamos nosotras en esos hoteles. Tenemos compañeras
trabajando en hoteles de 5 estrellas, la Cadena Barceló, por ejemplo; y ellas
están externalizadas, no tienen garantizados sus derechos más mínimos. No
tienen ni un plato de comida, se tienen que llevar el tupper.
En un
hotel de cinco estrellas, ellas no tienen los mismos derechos que los
compañeros de Recepción. Queremos que se vinculen ambos ámbitos, la categoría
del hotel y la categoría de las trabajadoras, que haya una especie de sello.
Ahora, por
ejemplo, hemos participado como Jurado en un Premio llamado Hotel Feliz
organizado por la Alcaldesa de Madrid; han otorgado el premio a un hotel que
cumple en sostenibilidad, en derechos, en igualdad… y había varias candidaturas
de hoteles externalizados. Una empresa externa las discrimina. Han tenido en
cuenta, desde el Ayuntamiento de Madrid, nuestro fallo y por ende, no han
tenido en cuenta esas candidaturas.
Nosotras tenemos claro que sí tenemos una relación
subordinada en los hoteles, que tenemos unos jefes; el problema es cuando nos
explotan, nos quieren denigrar, hundir, humillar… ahí no hay subordinación que
valga. Ahí nos tenemos que insubordinar.