Las chicas adolescentes somos el chiste del que se ríe la sociedad
entera: por nuestros gustos, nuestros problemas, nuestras jergas.

Y es que ¿qué hacen las chicas adolescentes, que tan vergonzoso
es? Son fans de cantantes y actores
“comerciales”, se compran posters,
escriben fanfiction y chillan en los
conciertos y los estrenos. Son enamoradizas. Siguen las modas. Suspiran por sus
ídolos, sucumben a las hormonas y, en definitiva, están en la edad.
Sin embargo, los chicos adolescentes también están en la edad y yo no veo a nadie recordárselo
tan a menudo. Los chicos adolescentes, de hecho, presentan mayores índices de consumo de alcohol a diario (ellas, sin embargo, toman más psicofármacos); y son más proclives al uso de la violencia. Los chicos adolescentes son, también, más homófobos y misóginos;
son menos tolerantes y pacíficos. Este es un patrón que se repite en hombres y
mujeres adultas, pero yo considero que en la adolescencia se da el mayor brote
de reacciones hormonales por parte de
los chicos y sin embargo es más vergonzoso cotillear con tus amigas (como una maruja) que pegarte con tus amigos.
Sigamos analizando las diferencias de comportamiento entre chicos
y chicas, en la adolescencia. Las chicas adolescentes sacan mejores notas (y sin embargo tienen menos confianza en sí mismas que ellos), son más proclives a realizar cualquier tipo de voluntariado y además ayudan más en casa. También leen más y es que, al parecer, las chicas
adolescentes hacen algo más que suspirar por ídolos inalcanzables entre los posters de su habitación.
Pero la verdadera pregunta aquí es ¿acaso los chicos adolescentes no tienen ídolos? ¿Acaso los chicos
adolescentes no necesitan, en una edad tan difícil de maduración de la
personalidad, grandes iconos a los que admirar e imitar? Por supuesto que sí.
Los chicos adolescentes admiran a cantantes, futbolistas, motoristas y otros
deportistas (generalizando, sí, porque esta es una comparación de estereotipos;
desde luego que existen chicos adolescentes que idolatran a escritores y
directores de cine). Pero no los adoran.

Y esto nos lleva a otra pregunta: ¿por qué necesitan las chicas
adolescentes a sus ídolos, por qué con esta desesperación que las lleva, desde
a dedicar una parte importante de su vida a desconocidos, hasta a extremos como
el #cutforzayn (en que se
autolesionaban y subían fotos a las redes sociales por su ídolo)? La respuesta, para mí, está en lo que son: chicas y
adolescentes. La adolescencia es una etapa, de por sí, de crecimiento, cambios
y complicaciones; pero ser chica complica indudablemente esta misma etapa.
Y es que, cuando las niñas entran en la adolescencia, son
arrojadas a un lodazal de misoginia. Se impone el dictatorial canon de belleza.
Se entra en el mundo del sexo y de las relaciones amorosas. Es, en definitiva,
una preparación para todo lo que implica ser mujer en una sociedad patriarcal como es esta.
Porque lo que espera a las niñas más allá de las cuatro paredes de
su habitación empapelada de posters
es un mundo inhóspito que se vuelve contra ellas cada vez más al crecer. Y nos
reímos de las chicas adolescentes por soñar con famosos, como si los chicos de
carne y hueso que están a su alcance fueran mucho mejores.

Nos reímos de las chicas adolescentes por soñar con famosos pero
la otra opción es, muchas veces, un novio machista y controlador que las aparta
de sus amigas. Nos reímos de las chicas adolescentes por soñar con famosos pero
la otra opción es, muchas veces, un chico que compara sus cuerpos desnudos con
el de la última porno.
Nos reímos de las chicas adolescentes por soñar con famosos pero
la otra opción es, muchas veces, iniciarse en el sexo bajo presión y jugando
con el consentimiento.
Nos reímos de las chicas adolescentes cuando, en definitiva, lo
que deberíamos hacer es avergonzarnos de lo desprotegidas que las dejamos.
Porque no son sólo los novios. En la adolescencia termina de viciarse la
relación femenina con la comida; en la adolescencia despuntan la mayoría de
trastornos alimenticios*, empieza la competición por la delgadez, por ocupar el
mínimo espacio posible en un mundo que se ríe de ti cada vez que eres algo más
que invisible.

A probar el sexo para no ser una estrecha pero mantenerte virgen para no ser una zorra. Porque, como leí una vez, si
follas muchas veces con la misma persona no eres promiscua pero si lo haces con
chicos distintos sí.
Así, las chicas adolescentes vemos a nuestras amigas llamar dieta
a matarse de hambre, amor al maltrato machista y primera vez a que te viole tu
novio.
Las chicas adolescentes nos
regalamos pulseras, colgantes y juramentos para ser siempre amigas porque ya
está el patriarcado para enfrentarnos como competencia.
Las chicas
adolescentes vivimos haciendo equilibrios entre el demasiado y el no lo
suficiente.
Y,
cuando nos tambaleamos, os atrevéis a llamarnos ridículas. Porque convertir a las chicas adolescentes en el chiste
del que se ríe toda la sociedad es el mejor método para criar futuras mujeres
inseguras y sin confianza en sí mismas.*mayor prevalencia de anorexia nerviosa en jóvenes de 13 a 18 años que en adultos y en mujeres que en hombres