lunes, 23 de julio de 2018

Entrevista: Brújula Intersexual

Bandera intersex.
Intersexualidad es un término que en general se utiliza para una variedad de situaciones del cuerpo, en las cuales, una persona nace con una anatomía reproductiva o sexual (genitales, gónadas, niveles hormonales, patrones cromosómicos) que no parece encajar en las definiciones típicas de masculino o femenino (https://brujulaintersexual.org/2015/01/19/que-es-la-intersexualidad/).

Brújula Intersexual (Web / Facebook / Twitter / Correo electrónico: brujulaintersexual@gmail.com) es un proyecto mexicano que se encarga de difundir e informar sobre todo lo relacionado con la intersexualidad. El sitio tiene, hasta ahora, cinco objetivos. El primero es informar, difundir y visibilizar todo lo relacionado con la intersexualidad. Le damos prioridad, y nos parece más importante, la opinión de las personas intersexuales que la opinión médica. El segundo objetivo es abrir un espacio para ofrecer ayuda y orientación a personas intersexuales y a sus familias. El tercero es servir como un punto de encuentro para las personas intersexuales. Siendo que la mayoría de la información sobre este tema está en inglés, la página también tiene un cuarto objetivo que es traducir al español y compartir artículos relacionados con el tema. Por último, el principal objetivo de la página es que todos tomen conciencia de que la intersexualidad no es una patología ni algo que se tenga que “corregir”, que todas las personas entiendan que la intersexualidad es algo natural y normal, ya que lo normal en la naturaleza es la diversidad. Como una vez leí: “las personas intersexuales no necesitan cambiar su cuerpo, la sociedad necesita cambiar su mente” (https://brujulaintersexual.org/acerca-de/).

Las componentes que responden, a quienes he entrevistado, son:

Laura Inter, coordinadora y fundadora de Brújula Intersexual, desde 2013.

Mara Cristina Toledo, Licenciada en antropología física, aliada de la comunidad Intersex y colaboradora de Brújula Intersexual desde el 2014.

1. Destacáis como motor de vuestro proyecto una frase que leyó una vez la fundadora, que dice "las personas intersexuales no necesitan cambiar su cuerpo, la sociedad necesita cambiar su mente." ¿Creéis que los progresos institucionales y legales irán de la mano de los cambios sociales a mejor, o al revés, que es necesario que la sociedad cambie su mentalidad y sus prejuicios hacia las personas intersex para que se lo que dicen las leyes se cumpla verdaderamente en la práctica?

Laura Inter: Creo que es importante y que sí deben ir de la mano, en México las organizaciones intersex trabajamos con las instituciones en la creación y promoción de políticas públicas, pero también asesorando a su personal, después de todo las instituciones las hacen las personas, y esas personas deben estar sensibilizadas en el tema.

Sin embargo, en Brújula Intersexual le damos prioridad a la educación de la población en general sobre los problemas que enfrentamos las personas intersexuales. Esto lo hacemos a través de talleres gratuitos, conferencias, asistiendo a eventos a los que nos invitan, entrevistas en radio y televisión, y poniendo a disposición del público en general materiales en español, tales como artículos, historias de personas intersexuales, vídeos, etc.

Los cambios legales y el trabajo con las instituciones para la creación de políticas públicas son importantes, pero llevan mucho tiempo. En cambio, la educación a través de talleres y demás, tiene un efecto inmediato en la mentalidad de las personas, las cuales escuchan sobre el tema por primera vez, y dado que aproximadamente un 2% de la población nace con un cuerpo intersexual, es común que muchas de estas personas ya conozcan a alguien con estas características y puedan compartir esta información. Además, siendo que la información sobre el tema intersex es tan limitada en nuestro país, muchas personas que cuentan con cuerpos intersexuales desconocen el término “intersexual”, y relacionan sus variaciones en sus características sexuales con una patología o con un diagnóstico médico, y por tanto, creen estar enfermas por el simple hecho de contar con un cuerpo con esas características, y al asistir a los talleres o al leer las historias o información que compartimos, se dan cuenta que sus características sexuales diversas no representan una patología, y que pueden resignificar esas características a través de un lenguaje que no las patologice, lo que influye de manera positiva en su autoestima y salud mental.

2. Una de las preguntas cuya respuesta más me interesa conocer es la siguiente: ¿sois parte de la comunidad LGTBI? Es decir ¿la I tiene su razón de ser en el acrónimo, desde vuestras experiencias y vivencias, o son luchas distanciadas a pesar de la similitud de las discriminaciones legales y sociales y el origen histórico común en los fundamentos patriarcales? He encontrado tanto a personas intersex que se afirman LGTBI como a personas intersex que se distancian del colectivo, variando mucho la perspectiva según el lugar o la época.

LI: Esta es una pregunta para la que no hay una respuesta absoluta.

Muchas organizaciones y personas intersexuales no están de acuerdo con la inclusión, esto porque las organizaciones que dicen ser LGBTI, no cuentan con miembros intersexuales dentro de sus organizaciones, además de que a veces ni siquiera conocen el tema a profundidad, y cuando comparten información sobre el mismo, suele ser información que no ayuda a nuestra comunidad y solo crea más confusión, además de reproducir mitos sobre la configuración de nuestros cuerpos. También se da el caso de que la inclusión solo se realiza para utilizar a las personas intersexuales como un argumento para justificar otros fines, por ejemplo, para justificar temas de identidad de género, y rara vez se hacen visibles los problemas reales que enfrentan las personas intersexuales.

En lo personal, creo que la inclusión de la “I” en el acrónimo LGBT, si es que se da, debe ser una informada, responsable, consciente y realizarse solo si la organización cuenta con miembros intersexuales. O por lo menos antes de incluir la “I” informarse con organizaciones intersex sobre que significa la intersexualidad, y cuales son los principales problemas que enfrenta la comunidad.

De lo contrario, solo se creará confusión, y se reproducirán mitos como que la intersexualidad es un “tercer sexo”, o que somos personas “con los dos sexos”, o que todas las personas intersexuales son de género no binario, o peor aún, que la intersexualidad es una identidad de género o una orientación sexual. Cuando en realidad la intersexualidad es un tipo de cuerpo con el que se nace, y no tiene nada que ver con la identidad de la persona, de hecho, la mayoría de las personas intersexuales sí se identifican con un género binario. Cualquier persona tenga un cuerpo considerado típicamente femenino, típicamente masculino o con características intersexuales, puede identificarse con un género no binario. Las características sexuales de una persona, tenga un cuerpo intersexual o no, no están intrínseca y directamente relacionadas con su identidad de género.

3. Una reivindicación intersex sobre la que he leído en vuestra página y sobre la que no había oído hablar tanto es la que hace referencia a las reparaciones y, en definitiva, a la memoria histórica. ¿A qué tipo de reparaciones os referís en este caso, y podéis contarnos un poco sobre las violencias sufridas por las personas intersex?

Dibujo de orquídea de la artista Carla Núñez.
LI: Como en otras partes del mundo, el principal problema que enfrentan las personas con características intersexuales, es que el protocolo médico a personas con estas características incluye frecuentes revisiones a los genitales en presencia de varios médicos y, en algunos casos, continuas fotografías del cuerpo o partes de éste sin consentimiento de la persona, cirugías genitales, alteración irreversible de tejidos y órganos sanos, extracción de gónadas sin indicios de enfermedad, dilataciones vaginales (donde se introducen tubos de diversos tamaños en la vagina recién creada mediante cirugía) y otros “tratamientos” médicamente innecesarios y sin el consentimiento plenamente informado de la persona en cuestión, a menudo son realizados en menores de edad, frecuentemente en bebés y niñxs pequeñxs que aún no tienen la capacidad de consentir ni entender lo que sucede. Estas prácticas se justifican como cirugías y tratamientos necesarios, ya que tienen el objetivo de ajustar las formas genitales, y la apariencia de la persona, a las nociones típicas de los cuerpos masculinos y femeninos y con ello evitar problemas en las relaciones sociales, y también, con la idea de que la persona en un futuro pueda ser capaz de tener relaciones sexuales que se adecúen al modelo androcéntrico de la sexualidad (heterosexuales), es decir, que la persona pueda penetrar o ser penetrada. Esas cirugías y tratamientos se realizan por prejuicios y no por salud.

Entre las consecuencias de estas cirugías podemos encontrar: dolor crónico, esterilidad, dolor al mantener relaciones sexuales, pérdida parcial o total de la sensibilidad sexual, infecciones vaginales o urinarias recurrentes, incontinencia urinaria, cicatrices, dependencia a una terapia de reemplazo hormonal de por vida (por ejemplo, en el caso de la extracción de gónadas), así como diversas complicaciones de salud dependiendo de la “técnica” quirúrgica utilizada. Entre las consecuencias psicológicas encontramos: depresión, trauma relacionado a pasar gran parte de su vida en los hospitales, traumas similares a los de una violación, tendencias suicidas, baja autoestima, aversión a las relaciones sexuales, etc.

Muchas personas intersexuales que sufren secuelas físicas y psicológicas de estas cirugías y “tratamientos”, no cuentan con los recursos económicos para hacer frente a los problemas de salud, físicos y mentales, que enfrentan como consecuencia directa de los procedimientos a los que fueron sometidxs. Y tampoco es justo que tengan que pagar para reparar los errores de la institución médica.

Así que, cuando hablamos de reparación, nos referimos a que las instituciones de salud responsables de la realización de estos procedimientos se encarguen de la atención médica y tratamientos que necesitan estas personas como consecuencia de lo que les hicieron sin su consentimiento, así como de pagar por la atención psicológica que necesiten. También a que paguen una indemnización justa y adecuada a estas personas, que en muchos casos debido a la depresión o a los problemas de salud física que les causaron, no son capaces de tener un empleo estable. Asimismo, se refiere a extender una disculpa pública por el daño causado a la persona y/o a su familia.

4. A mí, como intento de escritora y activista lesbiana, me interesa especialmente la memoria histórica antes mencionada; y es a menudo en la Historia indígena, en las comunidades y vivencias precoloniales, donde encontramos las personas LGTBI un atisbo de esperanza: la sociedad no fue siempre tan cruel con nosotrxs. ¿Hay algún tipo de conciencia histórica que recoja información y memoria de las personas intersex en el México precolonial?

Mara Cristina: Hay pocos textos que hacen referencia a la intersexualidad en culturas no occidentales, por ejemplo, Hill (1935) reporta que entre los indios navajo en Nuevo México (E.U), las personas intersexuales eran llamadas nadle y eran consideras como sagradas y responsables de la riqueza de su comunidad. Edgerton (1964) explica que en la comunidad potok en África eran llamados despectivamente serrer, además eran personas que se enfrentaban a la violencia y a la exclusión de la comunidad. Y Herd (1994) refiere que en República Dominicana los guevedoche, eran personas que al nacer eran asignados como niñas cuyos cuerpos cambiaban llegando a la pubertad: los testículos descendían y crecía el clítoris; también vivían rechazo social y discriminación.

Hasta donde tenemos entendido es difícil saber si en el contexto de México prehispánico se ha documentado esta información, en realidad sería complejo rastrearlo debido a que desconocemos cómo eran nombradas las personas que tenían variaciones corporales en las características sexuales. Además, es oportuno recordar que mucha de la información prehispánica fue destruida durante la conquista. Por lo tanto, aunque es una buena pregunta la que planteas, es difícil de responder porque no hay fuentes claras de información.

5. Por último, me gustaría preguntaros, como feminista, sobre la situación específica de las mujeres intersex. Si, bajo el patriarcado, tanto las mujeres como cualquier persona LGTBI nos vemos violentadas sistemáticamente ¿qué desventajas confronta una mujer intersex en esta sociedad respecto a sus compañeros hombres? Y ¿creéis necesaria la conciencia y la lucha feministas para conseguir la liberación de todo cuerpo oprimido, de toda persona intersex también?
 
MC: Las experiencias intersexuales son diversas, no hay una única forma de vivir una corporalidad intersexual, en consecuencia, las problemáticas vividas en un sistema heteronormativo patriarcal pueden ser muy amplias. Además, son situaciones muy diferentes las que viven las personas intersexuales que fueron intervenidas quirúrgicamente, de aquellas que conservan su integridad corporal.

Una visión desde el feminismo respecto de las desventajas que viven las mujeres intersex frente a los hombres intersex, necesaramiente implica un análisis desde la crítica, ya que esto invita a problematizar y deconstruir algunas de las categorías más enraizadas tanto en la teoría como en la vida cotidiana; sexo, género, identidad y cuerpo. Lo que podemos decir, a partir de esto y de manera general es lo siguiente: 1) que las cirugías genitales suelen ser feminizantes, es decir, que a la mayoría de los bebés que nace con características intersexuales se les opera para que sus genitales sean visualmente parecidos a los de una mujer típica; porque desde la práctica médica se argumenta que es “más sencillo quitar tejido que poner”, esto significa que es más sencillo hacer un orificio que parezca una vagina, a añadir tejido que parezca un pene. Esto además en función de lo que, --de acuerdo con el modelo androcéntrico de la sexualidad-- se espera que una persona con vagina debe hacer: ser penetrada; 2 En términos de las propuestas teóricas de Judith Butler y Fausto-Sterling podríamos decir que las personas intersexuales no intervenidas que tienen una identidad femenina se enfrentan con frecuencia a ser percibidas como “no suficientemente femeninas”, es decir, que al final, el modelo de feminidad y masculinidad impuesto por el sistema heteronormativo deja excluidas y constriñe la vida de a aquellas mujeres que no cumplen con los estereotipos de género y sexo; 3) sin embargo, siempre hay que recordar que no todas las personas con variaciones de las características sexuales se identifican como intersexuales y que la intersexualidad siempre nos va llevar a pensar en la corporalidad, de tal manera que una persona intersex que se identifique o no como mujer, se enfrentará a problemáticas vinculadas a cómo es social y culturalmente percibido su cuerpo, de tal suerte que incluso una persona que se identifica como hombre intersex puede enfrentarse a una situación de desigualdad social, por ejemplo, que no pueda atender su salud sexual o reproductiva de los ovarios o de la matriz porque tiene una expresión de género masculina o una identidad genérica y jurídica de hombre, o bien una mujer intersex que  --desde el sistema patriarcal--  nunca será vista como “una verdadera mujer” porque no tiene la posibilidad de embarazarse debido a que tiene testículos internos y no tiene matriz. En realidad, el feminismo puede ayudar combatir a aquello que constriñe la vida de las personas intesex, siempre y cuando se haga desde la crítica y no se caiga en determinismo biológicos de qué es ser una mujer. Algunas de las acciones más combativas han sido, justo como se ha comentado anteriormente, generar espacios educativos y de sensibilización social en torno a las corporalidades intersex.

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