Capitalismo, Estado (burgués) y clase
trabajadora: una aproximación, por Borja Ascaso (twitter.com/borjalibertario).
Todas sabemos, grosso modo, que como clase
trabajadora –y oprimida- vivimos bajo un orden social, político, económico y
cultural que nos afecta directamente de forma negativa. ¿Pero que es el régimen
capitalista? ¿Cómo se desenvuelve y cuáles son sus características principales?
En este artículo intentaremos dar respuesta a estas preguntas. Como diría Engels, “(El
Estado moderno) no es sino un comité que administra los problemas comunes de la
clase burguesa”. Con esta famosa cita,
Engels venía a decir que el actual Estado moderno no era –y es- más que un
instrumento que utiliza una clase dominante y poseedora de los medios de
producción (industrias, tierras, empresas, etc.) para salvaguardar e
incrementar sus privilegios y beneficios económicos.
Un régimen
económico y político de tipo capitalista es aquel que se caracteriza por la
existencia de dos grandes clases sociales. Por un lado, y arriba de la pirámide
social, tenemos a la clase capitalista o empresarial la cual es la que posee
los medios para producir y comerciar. Y por otro lado tenemos a la gran masa de
población, la clase trabajadora, que tiene que venderse a esa clase empresarial
para poder recibir un salario y así subsistir. Este tipo de organización social
implica una doble opresión de la clase capitalista contra la clase trabajadora,
pues ésta última siempre dependerá de la clase empresarial para poder subsistir
y, además, la clase capitalista, al tener a su merced al Estado y sus
políticos, provoca que las leyes sean siempre favorables a la clase empresarial
y vayan contra los intereses de la clase trabajadora.
¿De dónde sale el
beneficio de la clase empresarial? La clase trabajadora, al trabajar para el
empresario de turno lo que hace es generar un beneficio para el empresario
llamado plusvalía o plusvalor. ¿En qué consiste la extracción de la plusvalía
de la clase trabajadora? Imaginemos que un trabajador utiliza un telar e hila
algodón. El algodón que usa diariamente para hacer el hilado tiene un valor de
100 euros. El obrero trabaja diez horas diarias y genera un nuevo valor de 50
euros. De forma paralela, el desgaste del telar, la luz, el agua, etc. provoca un incremento de unos 10 euros de
valor. Si hacemos la suma con los datos anteriores, nos da como resultado que
ese puesto de trabajo cuesta 160 euros. ¿Dónde queda, pues, la ganancia del
empresario? El trabajador ha añadido 50 euros de valor con su trabajo en el
hilado, pero el empresario NO devuelve ese valor producido por el trabajador,
pues solo le pagará, en forma de salario, el mínimo indispensable para
subsistir. Si este trabajador necesita una media de 25 euros para mantenerse
diariamente (comer, vestirse, etc.), el empresario le pagará 25 euros, lo cual
es equivalente a 5 horas de trabajo. De esta forma, el trabajador pasa 5 horas
(la mitad de su jornada laboral) trabajando para producir su salario, y otras 5
trabajando gratis para generar una plusvalía que irá a parar al bolsillo del
empresario.
El capitalismo en la actualidad se enmarca
dentro de una fase que llamamos “imperialismo”. ¿En qué consiste este
capitalismo imperialista? Se nos presenta de forma no oficial, es decir, que el
imperialismo actual no existe teóricamente, pero que en la práctica sigue
expoliando países enteros (básicamente del llamado Tercer Mundo). Por ejemplo,
Estados Unidos (y de forma similar la Unión Europea) ejerce un control casi
total en muchos países del mundo debido a su poder económico, político y
militar, así como su gran influencia en organizaciones internacionales como el
Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional. En el caso de la Unión
Europea, las antiguas metrópolis (Francia, UK o España, por ejemplo) siguen
controlando parte de la economía y de la soberanía de sus antiguas colonias.
Según el revolucionario comunista ruso Vladimir Ilich Lenin, el capitalismo
imperialista se caracteriza por cuatro grandes rasgos:
1-
La producción se concentra en
monopolios, es decir, que unas pocas familias controlan casi toda la totalidad
de los diferentes sectores de la economía.
2-
El capital financiero, es decir,
el sector bancario, se convierte en la piedra angular de la economía de todos
los países del mundo.
3-
La exportación de capital es mucho
más importante que la exportación de mercancías, lo cual provoca que las
grandes potencias penetren más en los países más pobres y los expolien aun más.
4-
La formación de grandes
organizaciones internacionales, tales como el FMI o el BM, que tienen por
objetivo repartirse el mundo y sus riquezas.
El capitalismo también se basa en la
discriminación de todo tipo como forma de dividir a la clase trabajadora. Las
mujeres siguen cobrando menos dinero que los hombres por hacer el mismo
trabajo, los inmigrantes siguen siendo tratados como ciudadanos de segunda (a
veces ni eso) que deben encargarse de los trabajos más duros y que nadie desea.
Por no hablar de lo importante que es para el régimen capitalista el
mantenimiento de la familia patriarcal como forma de mantener a la mujer sumisa
tanto en el hogar como en el puesto de trabajo. Para que los hombres
trabajadores pudieran producir eficientemente, desde el surgimiento del
capitalismo en el siglo XVIII, se ha necesitado siempre una mano de obra
gratuita –las mujeres- que se encargaran del trabajo reproductivo, de ahí la
importancia del patriarcado para el capitalismo.
Y hasta aquí esta breve introducción al capitalismo. Esperamos y deseamos que la lectora mantenga el interés por formarse más en este tema y a partir de aquí considere oportuno leer más sobre este tema. La bibliografía sobre el tema aquí esbozado es, por suerte, muy extensa.