Bandera intersex. |
Brújula Intersexual (Web / Facebook / Twitter / Correo electrónico: brujulaintersexual@gmail.com) es un proyecto mexicano que se encarga de difundir e informar sobre todo lo relacionado con la intersexualidad. El sitio tiene, hasta ahora, cinco objetivos. El primero es informar, difundir y visibilizar todo lo relacionado con la intersexualidad. Le damos prioridad, y nos parece más importante, la opinión de las personas intersexuales que la opinión médica. El segundo objetivo es abrir un espacio para ofrecer ayuda y orientación a personas intersexuales y a sus familias. El tercero es servir como un punto de encuentro para las personas intersexuales. Siendo que la mayoría de la información sobre este tema está en inglés, la página también tiene un cuarto objetivo que es traducir al español y compartir artículos relacionados con el tema. Por último, el principal objetivo de la página es que todos tomen conciencia de que la intersexualidad no es una patología ni algo que se tenga que “corregir”, que todas las personas entiendan que la intersexualidad es algo natural y normal, ya que lo normal en la naturaleza es la diversidad. Como una vez leí: “las personas intersexuales no necesitan cambiar su cuerpo, la sociedad necesita cambiar su mente” (https://brujulaintersexual.org/acerca-de/).
Las componentes que responden, a quienes he entrevistado, son:
Laura Inter, coordinadora y fundadora de Brújula
Intersexual, desde 2013.
1. Destacáis
como motor de vuestro proyecto una frase que leyó una vez la fundadora, que
dice "las personas intersexuales no necesitan cambiar su cuerpo, la
sociedad necesita cambiar su mente." ¿Creéis que los progresos
institucionales y legales irán de la mano de los cambios sociales a mejor, o al
revés, que es necesario que la sociedad cambie su mentalidad y sus prejuicios
hacia las personas intersex para que se lo que dicen las leyes se cumpla
verdaderamente en la práctica?
Laura Inter: Creo que es importante y que sí deben ir de la
mano, en México las organizaciones intersex trabajamos con las instituciones en
la creación y promoción de políticas públicas, pero también asesorando a su
personal, después de todo las instituciones las hacen las personas, y esas personas
deben estar sensibilizadas en el tema.
Sin embargo, en Brújula Intersexual le damos
prioridad a la educación de la población en general sobre los problemas que
enfrentamos las personas intersexuales. Esto lo hacemos a través de talleres
gratuitos, conferencias, asistiendo a eventos a los que nos invitan,
entrevistas en radio y televisión, y poniendo a disposición del público en
general materiales en español, tales como artículos, historias de personas
intersexuales, vídeos, etc.
2. Una de
las preguntas cuya respuesta más me interesa conocer es la siguiente: ¿sois
parte de la comunidad LGTBI? Es decir ¿la I tiene su razón de ser en el
acrónimo, desde vuestras experiencias y vivencias, o son luchas distanciadas a
pesar de la similitud de las discriminaciones legales y sociales y el origen
histórico común en los fundamentos patriarcales? He encontrado tanto a personas
intersex que se afirman LGTBI como a personas intersex que se distancian del colectivo,
variando mucho la perspectiva según el lugar o la época.
LI: Esta es una pregunta para la que no hay una
respuesta absoluta.
Muchas organizaciones y personas intersexuales no
están de acuerdo con la inclusión, esto porque las organizaciones que dicen ser
LGBTI, no cuentan con miembros intersexuales dentro de sus organizaciones,
además de que a veces ni siquiera conocen el tema a profundidad, y cuando
comparten información sobre el mismo, suele ser información que no ayuda a
nuestra comunidad y solo crea más confusión, además de reproducir mitos sobre
la configuración de nuestros cuerpos. También se da el caso de que la inclusión
solo se realiza para utilizar a las personas intersexuales como un argumento
para justificar otros fines, por ejemplo, para justificar temas de identidad de
género, y rara vez se hacen visibles los problemas reales que enfrentan las
personas intersexuales.
En lo personal, creo que la inclusión de la “I” en
el acrónimo LGBT, si es que se da, debe ser una informada, responsable, consciente
y realizarse solo si la organización cuenta con miembros intersexuales. O por
lo menos antes de incluir la “I” informarse con organizaciones intersex sobre que
significa la intersexualidad, y cuales son los principales problemas que
enfrenta la comunidad.
De lo contrario, solo se creará confusión, y se
reproducirán mitos como que la intersexualidad es un “tercer sexo”, o que somos
personas “con los dos sexos”, o que todas las personas intersexuales son de
género no binario, o peor aún, que la intersexualidad es una identidad de
género o una orientación sexual. Cuando en realidad la intersexualidad es un
tipo de cuerpo con el que se nace, y no tiene nada que ver con la identidad de
la persona, de hecho, la mayoría de las personas intersexuales sí se
identifican con un género binario. Cualquier persona tenga un cuerpo
considerado típicamente femenino, típicamente masculino o con características
intersexuales, puede identificarse con un género no binario. Las
características sexuales de una persona, tenga un cuerpo intersexual o no, no
están intrínseca y directamente relacionadas con su identidad de género.
Dibujo de orquídea de la artista Carla Núñez. |
LI: Como en otras partes del mundo, el principal
problema que enfrentan las personas con características intersexuales, es que
el protocolo médico a personas con estas características incluye frecuentes
revisiones a los genitales en presencia de varios médicos y, en algunos casos,
continuas fotografías del cuerpo o partes de éste sin consentimiento de la
persona, cirugías genitales, alteración irreversible de tejidos y órganos sanos,
extracción de gónadas sin indicios de enfermedad, dilataciones vaginales (donde
se introducen tubos de diversos tamaños en la vagina recién creada mediante
cirugía) y otros “tratamientos” médicamente innecesarios y sin el
consentimiento plenamente informado de la persona en cuestión, a menudo son
realizados en menores de edad, frecuentemente en bebés y niñxs pequeñxs que aún
no tienen la capacidad de consentir ni entender lo que sucede. Estas prácticas
se justifican como cirugías y tratamientos necesarios, ya que tienen el
objetivo de ajustar las formas genitales, y la apariencia de la persona, a las
nociones típicas de los cuerpos masculinos y femeninos y con ello evitar
problemas en las relaciones sociales, y también, con la idea de que la persona
en un futuro pueda ser capaz de tener relaciones sexuales que se adecúen al modelo
androcéntrico de la sexualidad (heterosexuales), es decir, que la persona pueda
penetrar o ser penetrada. Esas cirugías y tratamientos se realizan por
prejuicios y no por salud.
Entre las consecuencias de estas cirugías podemos
encontrar: dolor crónico, esterilidad, dolor al mantener relaciones sexuales, pérdida
parcial o total de la sensibilidad sexual, infecciones vaginales o urinarias
recurrentes, incontinencia urinaria, cicatrices, dependencia a una terapia de
reemplazo hormonal de por vida (por ejemplo, en el caso de la extracción de
gónadas), así como diversas complicaciones de salud dependiendo de la “técnica”
quirúrgica utilizada. Entre las consecuencias psicológicas encontramos:
depresión, trauma relacionado a pasar gran parte de su vida en los hospitales,
traumas similares a los de una violación, tendencias suicidas, baja autoestima,
aversión a las relaciones sexuales, etc.
Muchas personas intersexuales que sufren secuelas
físicas y psicológicas de estas cirugías y “tratamientos”, no cuentan con los
recursos económicos para hacer frente a los problemas de salud, físicos y
mentales, que enfrentan como consecuencia directa de los procedimientos a los
que fueron sometidxs. Y tampoco es justo que tengan que pagar para reparar los
errores de la institución médica.
4. A mí,
como intento de escritora y activista lesbiana, me interesa especialmente la
memoria histórica antes mencionada; y es a menudo en la Historia indígena, en
las comunidades y vivencias precoloniales, donde encontramos las personas LGTBI
un atisbo de esperanza: la sociedad no fue siempre tan cruel con nosotrxs. ¿Hay
algún tipo de conciencia histórica que recoja información y memoria de las
personas intersex en el México precolonial?
Mara Cristina: Hay pocos textos que hacen referencia a la
intersexualidad en culturas no occidentales, por ejemplo, Hill (1935) reporta
que entre los indios navajo en Nuevo México (E.U), las personas intersexuales
eran llamadas nadle y eran consideras
como sagradas y responsables de la riqueza de su comunidad. Edgerton (1964) explica que en la comunidad potok en África eran
llamados despectivamente serrer, además
eran personas que se enfrentaban a la violencia y a la exclusión de la
comunidad. Y Herd (1994) refiere que en República Dominicana los guevedoche, eran personas que al nacer
eran asignados como niñas cuyos cuerpos cambiaban llegando a la pubertad: los
testículos descendían y crecía el clítoris; también vivían rechazo social y
discriminación.
Hasta donde tenemos entendido es difícil saber si
en el contexto de México prehispánico se ha documentado esta información, en
realidad sería complejo rastrearlo debido a que desconocemos cómo eran
nombradas las personas que tenían variaciones corporales en las características
sexuales. Además, es oportuno recordar que mucha de la información prehispánica
fue destruida durante la conquista. Por lo tanto, aunque es una buena pregunta
la que planteas, es difícil de responder porque no hay fuentes claras de
información.
5. Por
último, me gustaría preguntaros, como feminista, sobre la situación específica
de las mujeres intersex. Si, bajo el patriarcado, tanto las mujeres como
cualquier persona LGTBI nos vemos violentadas sistemáticamente ¿qué desventajas
confronta una mujer intersex en esta sociedad respecto a sus compañeros
hombres? Y ¿creéis necesaria la conciencia y la lucha feministas para conseguir
la liberación de todo cuerpo oprimido, de toda persona intersex también?
MC: Las experiencias intersexuales son diversas, no hay
una única forma de vivir una corporalidad intersexual, en consecuencia, las
problemáticas vividas en un sistema heteronormativo patriarcal pueden ser muy
amplias. Además, son situaciones muy diferentes las que viven las personas
intersexuales que fueron intervenidas quirúrgicamente, de aquellas que
conservan su integridad corporal.
Una
visión desde el feminismo respecto de las desventajas que viven las mujeres
intersex frente a los hombres intersex, necesaramiente implica un análisis
desde la crítica, ya que esto invita a problematizar y deconstruir algunas de
las categorías más enraizadas tanto en la teoría como en la vida cotidiana;
sexo, género, identidad y cuerpo. Lo que podemos decir, a partir de esto y de
manera general es lo siguiente: 1) que las cirugías genitales suelen ser
feminizantes, es decir, que a la mayoría de los bebés que nace con características
intersexuales se les opera para que sus genitales sean visualmente parecidos a
los de una mujer típica; porque desde la práctica médica se argumenta que es
“más sencillo quitar tejido que poner”, esto significa que es más sencillo
hacer un orificio que parezca una vagina, a añadir tejido que parezca un pene.
Esto además en función de lo que, --de acuerdo con el modelo androcéntrico de
la sexualidad-- se espera que una persona con vagina debe hacer: ser penetrada;
2 En términos de las propuestas teóricas de Judith Butler y Fausto-Sterling
podríamos decir que las personas intersexuales no intervenidas que tienen una
identidad femenina se enfrentan con frecuencia a ser percibidas como “no
suficientemente femeninas”, es decir, que al final, el modelo de feminidad y
masculinidad impuesto por el sistema heteronormativo deja excluidas y constriñe
la vida de a aquellas mujeres que no cumplen con los estereotipos de género y
sexo; 3) sin embargo, siempre hay que recordar que no todas las personas con
variaciones de las características sexuales se identifican como intersexuales y
que la intersexualidad siempre nos va llevar a pensar en la corporalidad, de
tal manera que una persona intersex que se identifique o no como mujer, se
enfrentará a problemáticas vinculadas a cómo es social y culturalmente
percibido su cuerpo, de tal suerte que incluso una persona que se identifica como
hombre intersex puede enfrentarse a una situación de desigualdad social, por
ejemplo, que no pueda atender su salud sexual o reproductiva de los ovarios o
de la matriz porque tiene una expresión de género masculina o una identidad
genérica y jurídica de hombre, o bien una mujer intersex que --desde el sistema patriarcal-- nunca será vista como “una verdadera mujer”
porque no tiene la posibilidad de embarazarse debido a que tiene testículos
internos y no tiene matriz. En realidad, el feminismo puede ayudar combatir a
aquello que constriñe la vida de las personas intesex, siempre y cuando se haga
desde la crítica y no se caiga en determinismo biológicos de qué es ser una
mujer. Algunas de las acciones más combativas han sido, justo como se ha
comentado anteriormente, generar espacios educativos y de sensibilización
social en torno a las corporalidades intersex.
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