Os traigo una entrevista con Lara Losada (Twitter: @laralosadaa / Instagram: @laralosadaa), que se define así:
"Me llamo Lara, tengo 24 años, soy psicóloga y actualmente estudiante de máster en Estudios de Género. Soy feminista, vegana y escritora (he publicado dos libros con Ediciones en Huida). Actualmente diría que utilizo mis redes sociales no sólo como forma de expresión personal, sino también como un canal de comunicación para debatir, reflexionar y aprender sobre feminismo con otras mujeres. Además utilizo mi propia voz para desde la experiencia personal desestigmatizar la enfermedad mental y empezar a hablar de las cosas que nos incomodan y que la sociedad prefiere ocultar."
1. Eres psicóloga y estudias el máster en Estudios de Género. ¿Qué te llevó a estudiar psicología y qué te lleva después a especializarte desde una perspectiva de género, por qué lo primero y cómo crees que puede ayudar a la sociedad lo segundo (es decir, de qué forma puedes aportar tu granito de arena enfocando la psicología desde una perspectiva feminista)?
Decidí estudiar Psicología
en 4º de la ESO. Mi abuela tenía Alzheimer y verla consumirse poco a poco me
hizo entender que yo tenía que hacer algo al respecto. Que quería formarme para
poder ayudar a otras personas que lo sufrieran y a sus familiares lo máximo
posible. En seguida me di cuenta de que yo quería dedicarme a ayudar a los
demás y cada vez estoy más segura de que esa es mi misión. Más tarde decido
especializarme en Género pero ya no hay una razón sino varias. En primer lugar
empiezo a adquirir conciencia feminista y lamento profundamente que en la
carrera no se me diera una perspectiva de género que me parecía fundamental.
Tampoco se nos habla de la violencia machista ni de la forma de ayudar a las
mujeres maltratadas. Yo necesitaba hacer algo al respecto. Mi malestar con la
opresión que sufrimos las mujeres siguió creciendo e, investigando, encontré
este máster. Tenía muchas dudas por el miedo que genera saber que las
expectativas laborales en este terreno tan necesitado de especialistas no abundan
pero a la vez sentía la responsabilidad de comprometerme con mis ideales. Creo
que la perspectiva de género se debe aplicar a todos los ámbitos de nuestra
vida y que, en mi caso, como psicóloga puede suponer un punto fundamental a
nivel profesional.
2. Te describes rápidamente como vegana y feminista (no necesariamente en ese orden). ¿Puedes hablarnos de tu primer acercamiento al feminismo o, mejor dicho, a los feminismos? ¿Qué han supuesto estos en tu vida, qué cambios han producido? ¿Y qué puedes contarnos respecto al veganismo, es decir, cuál fue el factor desencadenante que te llevó a hacerte vegana y cómo tratarías de explicarle a una persona que no lo comprende el por qué de este giro vital desde una perspectiva ideológica?
Suelo decir que ahora me
doy cuenta de que siempre he sido feminista pero no lo reconocí como tal hasta
hace tres años cuando empecé a informarme más sobre el movimiento y a quitar un
poco ese barniz negativo que había recubierto a la palabra. Me definía como
'igualitarista' por pura ignorancia. Pero era feminista. El feminismo supuso
para mí un cambio total en mi manera de percibir el mundo y mi lugar en él. No
sólo como mujer sino como sujeto político, como persona sexual, como agente
activa de creación y cambio. También fue duro darme cuenta de las violencias
que sufrimos, de los condicionantes patriarcales que había interiorizado y que
todavía me quedan, de las conductas discriminatorias que había normalizado y de
los estereotipos que intentaba cumplir. El feminismo es, por pura definición,
un movimiento que molesta. Sobre todo a los hombres que sienten sus privilegios
atacados, pero también nos incomoda a las mujeres porque nos hace replantearnos
nuestra situación e incluso nuestros gustos. Ser feminista es estar en
constante aprendizaje, revisión y cambio. Y creo que eso es algo maravilloso.
El veganismo llegó poco después del feminismo. Creo que adquirir conciencia
sobre mi propia opresión me ayudó a empatizar con otras. Además recuerdo haber
leído en twitter una frase que lo cambió todo que decía: 'si dices que te gustan
los animales pero comes carne a ti no te gustan los animales, te gusta tu
perro'. Estaba siendo una completa hipócrita y me obligué a informarme de todo
aquello que no quería ver. Documentales, vídeos terribles, todo. Lo vi todo
hasta que no pude más y dije 'basta', yo no puedo ser partícipe ni financiar
esto. Va en contra de todo lo que yo defiendo. Fue un antes y un después en mi
vida porque es una decisión sin retorno y que cada día estoy más contenta de
haber tomado.
3. Además, eres escritora ¡con dos libros publicados! Uno es tu primer poemario, "Una chica azul"; y el otro, "Alejandra", la editorial Ediciones en Huida lo describe como un libro "escrito en prosa con un lenguaje claramente poético". Parece que la poesía es un componente crucial en tu vida o, al menos, en tu producción literaria. ¿Podrías hablarnos de tus primeros acercamientos, no solo a la escritura en general, sino a la poesía en particular? ¿De los autores, y sobre todo las autoras, qué más te han marcado e influenciado?
Es curioso porque empecé a
escribir desde muy pequeña. Con ocho años ya presentaba pequeños relatos a
concursos y esa inquietud se fue alimentando y creciendo hasta día de hoy. Sin
embargo no llegué a la poesía hasta los dieciocho y fue a través de las redes
sociales y de la nueva forma de entender la poesía que empezaba a surgir en los
blogs. Ese primer acercamiento me llevó a profundizar mucho más y poco a poco a
crear un gusto particular y también a querer intentar hacer eso que me gustaba
consumir. Pronto me di cuenta de que la poesía me aportaba algo que las mejores
novelas no habían conseguido transmitirme. No sabría decir muy bien el qué.
Quizá cercanía. Hace ya un par de años que decidí leer a autoras, no exclusivamente
pero sí sobre todo, por la necesidad primero de visibilizarnos más y, segundo,
de encontrar referentes que sientan, piensen y sufran como yo porque
compartimos ciertas experiencias vitales. Mi autora favorita (esto no va a
sorprender a nadie que me conozca lo más mínimo) es Alejandra Pizarnik porque
me hace sentir que ella ya lo ha escrito todo. Pero por supuesto también Sylvia
Plath, Virginia Woolf, Wislawa Szymborska, Gloria Fuertes, Cristina Peri Rossi,
Ana Rosetti...
4. Ahora, centrémonos en tus libros y en la perspectiva de género que podamos encontrar en estos. ¿Cómo crees que el feminismo, o los feminismos, han dado forma a tus creaciones literarias (o han ayudado a dar forma, al menos)? ¿Crees que escribirías historias distintas si no fueras mujer? Y, si es así ¿cómo crees que tus experiencias vitales como mujer en un patriarcado han influenciado tu escritura?
No me atrevería a decir
que Una chica azul y Alejandra son libros
feministas ni con perspectiva de género, porque no creo que lo sean. Quizá en
algún momento, alguna frase, pero no de una manera consciente porque cuando los
escribí estaba muy lejos aún de la forma de pensar que tengo ahora. De hecho en
ellos aún hay mucha inocencia, mucho amor romántico y muchas relaciones tóxicas
y actitudes autodestructivas que a día de hoy rechazo totalmente. Pero entiendo
que cuando lo escribí lo sentía de aquella manera y no reniego de ello. No nací
siendo feminista y me alegro de poder mirar atrás y reconocer ahora actitudes o
pensamientos problemáticos. El proceso de deconstrucción parece incómodo pero
en realidad es mucho más amable. Sin duda escribiría diferente de no ser mujer.
Estoy completamente segura de que al margen de mi interés y mi afición por la
escritura y la lectura, son mis experiencias personales las que han marcado un
rumbo y también una manera de expresarme y de entablar una especie de
conversación con el lector. Hoy en día mi forma de escribir es muy distinta a
los primeros libros porque yo también lo soy y siento que mi estilo ha
evolucionado de la metáfora y los juegos de las palabras a un estilo mucho más
directo, agresivo y activista. Suelo bromear diciendo que antes escribía porque
estaba triste y ahora porque estoy enfadada, en realidad siempre ha sido una
mezcla de las dos.
5. Nos cuentas que utilizas tus redes sociales "como un canal de comunicación para debatir, reflexionar y aprender sobre feminismo con otras mujeres". ¿Cuál es, o cuáles son para ti (mejor dicho, cuáles deberían ser); los objetivos primordiales de los feminismos en la sociedad actual? Y ¿recalcarías alguna o algunas experiencias concretas de aprendizaje, puertas que te hayan abierto otras mujeres en tu recorrido por el activismo feminista, conclusiones a las que no habrías llegado tú sola?
Para mí el objetivo del
feminismo es la liberación de la mujer. Sé que es una respuesta concisa pero me
resulta inabarcable hacer una lista de todos los aspectos donde la mujer tiene
que ser liberada y todo lo que está mal y tenemos que cambiar socialmente para
que esto ocurra, así que espero que así se entienda. Evidentemente hay
objetivos como erradicar la violencia machista, la violencia sexual o la
mutilación femenina que me parecen primordiales pero no me gustaría hacer una
lista que pudiera indicar que jerárquicamente considero unos aspectos más
importantes que otros porque no es así. Toda violencia contra la mujer surge de
la misma raíz, del machismo, del patriarcado, y por tanto entiendo que la lucha
debe ser contra el sistema para que el cambio sea real y no puntual. En cuanto
a tu segunda pregunta, desde luego, sin duda. Para mí si no es interseccional
no es feminismo y esto me ha llevado a aprender muchísimo de otras mujeres y de
otras culturas, a salir de mi eurocentrismo y asumir también, por ejemplo, mis
actitudes racistas interiorizadas. He aprendido y aprendo mucho a diario
leyendo y escuchando a compas sobre mujeres migrantes, mujeres árabes, mujeres
gitanas, feminismo negro o feminismo chicano. Asumiendo además que como mujer
blanca cis y europea estoy llena de sesgos y de actitudes que oprimen a otras
personas. Como te he dicho antes creo que el feminismo nos mantiene en constante
alerta, revisión y cambio. Y el crecimiento que esto supone es lo
verdaderamente enriquecedor.
6. También mencionas el campo de la salud mental (en el que se han centrado tus estudios, además). Volviendo a los objetivos primordiales: ¿cuáles son tus principales exigencias hacia la sociedad en materia de salud mental? ¿Cómo crees que tú misma formas parte de la lucha por la dignidad en el ámbito de la salud mental?
Voy a intentar responder a
las dos preguntas en una sola respuesta. Mi principal lucha en este sentido es
la desestigmatización de la enfermedad mental. A día de hoy sigue siento un
tabú y sigue habiendo muchísima desinformación a pesar de que cada vez
trastornos como la ansiedad o la depresión son más comunes en nuestra sociedad.
Lucho por exponer la cruda realidad. Otra verdad que incomoda, porque la
depresión no es estar triste, la depresión es un vacío inabarcable. Y cuando
digo cosas como 'llevo cinco días sin ducharme ni lavarme el pelo y sin comer y
sin salir de la cama' lo que pretendo no es victimizarme sino exponer un
problema social: existen realidades que preferimos no ver, y del feminismo
aprendí que 'lo que no se nombra no existe'. Tenemos que hablar de ello porque
si no no podemos empezar a cambiarlo. Necesito que la sociedad entienda que la
salud mental es tan importante como la física y que si cuando te duele la tripa
no puedes ir a trabajar cuando yo te digo que no puedo salir de casa porque la
ansiedad no me deja moverme tienes que respetarlo de la misma manera.
7. Si por mí fuera, podría pasarme horas haciéndote preguntas sobre salud mental. Es un tema para mí crucial, que llega a condicionar mi vida desde mi posición de "loca" para la sociedad. Pero intentaré ser breve: ¿qué opinas de los modelos de la psiquiatría tradicional, y si tienes alguna queja, conoces o propones alguna alternativa a la medicalización llevada al extremo?
Mi experiencia con la
psiquiatría no ha sido muy agradable precisamente, por decirlo de una manera
sutil. Desde mi punto de vista la manera de abordar cualquier trastorno es la
atención psicológica, es decir, la terapia. Es cierto que en ocasiones es
necesaria la medicación, normalmente sólo por ciertos períodos de tiempo, y
estoy completamente a favor de ello siempre que se haga de forma complementaria
a la terapia psicológica. No entiendo que la medicación por sí sola pueda curar
ningún trastorno y me parece peligrosa la facilidad con la que en muchas
ocasiones se recetan antidepresivos o ansiolíticos en las consultas médicas sin
recomendar siquiera el paso previo por la terapia.
Ay, jajaja. Siento que ya he dicho muchísimo sobre mí. Qué más, qué más. Bueno, últimamente me he aficionado a la fotografía y creo que puedo estar encontrando otra forma de expresarme sin utilizar palabras y eso me parece muy guay. Estoy segura de que esta semana voy a terminar el que será mi tercer libro [cuando la entrevisté, "Emocional" todavía no se había publicado] y estoy muy ilusionada. Sí puedo decirte que este será sin duda un libro feminista. Cuando tengo un día malo suelo ponerme pelis que, aunque en general se consideran malas, yo soy más del grupo de personas a las que les flipan para alegrarse, tipo Mean Girls, High School Musical o Pitch Perfect. Si te digo la verdad no hago nada de deporte porque soy demasiado vaga y mi fuerza de voluntad para esto ha demostrado ser nula. Me gustaría no ser así, no te voy a mentir. Tampoco me considero una persona espiritual, la verdad. Es cierto que tengo temporadas en las que creo en cosas como las energías o el destino pero en general me considero muy atea, aunque creo que decir agnóstica sería una posición mucho más prudente, pero bueno. Y por último... No llamaría a esto información de interés, pero mi fruta favorita es el mango.
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