domingo, 26 de agosto de 2018

Entrevista: Luz Pichel, poeta

Os traigo una entrevista con Luz Pichel, poeta gallega con varias obras publicadas y cuyos poemas forman parte de algunas antologías.

1. Primero, me gustaría preguntarte ¿cómo empezaste a escribir? ¿Cómo reaccionó tu entorno? Creo que muchas de nosotras empezamos a escribir pronto, desahogando nuestros sentimientos y percepciones en la poesía, pero aunque desde el momento en que mi familia supo que escribía me apoyaron, me consta que no siempre es así (especialmente con la poesía).

No siempre es sencillo saber cuando empezamos a escribir, cuál es el momento en que pensamos lo escrito como poema (relato etc.). No sé hasta qué punto los “desahogos de diario”, tan valiosos, tan importantes en la construcción de la persona, pueden llamarse escritura. Cuando aquella maestra me soltó “si fueras rica podrías llegar a ser escritora” (escuela rural mixta, años cincuenta, ninguna posibilidad aparente de cursar estudios más allá de una primaria miserable) mi memoria grabó la frase para que yo todavía pueda reproducirla ahora. Quizás fue ahí donde empecé a escribir, sin escribir aún. Después, los desahogos, el silencio, lo secreto. Mucho después, la intención, querer construir un relato o un poema, querer que lo fueran. Los primeros intentos de leer “mis cosas” a mi entorno más próximo no interesaron, me sacaban de sus casillas. En un concurso de poemas sueltos que no gané, Carlos Murciano se interesó por mi poema y aquello significó un empujón. Poco después, la Ed. Torremozas me incluyó en sus “VOCES NUEVAS”. Era 1989, yo tenía más de 40 años, llegaba tarde a empezar a pensar que a pesar de haber nacido en aquella aldea, a pesar de lo otro y lo otro y lo otro, iba a poder escribir siempre que alguien de esa familia expandida que son los/las poetas me soplara un poquito. Para entonces ya había tirado a la basura una buena cantidad de versos. Siempre he necesitado que los afectos me empujaran. Ahora también. Tengo mucha suerte.

2. Hablando de los primeros años, querría preguntarte sobre tu niñez. Creo que nuestra niñez marca muchísimo nuestra poesía posterior, al menos en mi caso ¿cuáles son tus recuerdos más nítidos, y cómo crees que estos se reflejan en tu poesía?

Hay una casa de piedra en una aldea que se llama Alén. Arriba duermen los niños y los padres; abajo, las vacas. Hay una vaca pariendo y el bichito viene con la pata doblada (mi hermano Pepe, que tendría 15 años, lo soluciona. La vaca, agradecida, lo lame antes de lamer a su hijo). Hay una escuela con dos idiomas, el de la maestra y el de los niños, cada cual habla el suyo, se entienden. Alén quiere decir “más allá”. Antes de empezar las clases bajaba el marido de la maestra, que no era maestro pero era fascista y venía a obligarnos a cantar una famosa canción que se cantaba con el brazo extendido y la mano también extendida y así como hacia lo alto y hacia lo lejos. El “maestro” no tenía oficio conocido pero los vecinos le hicieron un gallinero donde hacía cosas muy feas. La maestra no era mala y muchas veces estaba de mal humor, claro. Había muchas clases de palos: los de apoyarse mi padre, los de conducir el ganado, los de pegar a los niños, los de encender el fuego. Al encender el fuego tooooda la casa se llenaba de humo. Había sabañones. Había una hermana mayor que hacía de mamá de los otros seis, tenía 14 años. La mamá era una princesa que se había ido a Barquisimeto, un país que pertenecía a la ciudad maravillosa de Venezuela. Cuando alguien regresaba de allá, nos traía cajas de zapatos llenas de calcetines de parte de la mamá. Después se fue mi hermano mayor y le pedí que al volver me trajera unos zapatos. Después se fue mi hermano siguiente porque era enfermo. Después se fue mi hermana-mamá y eso fue lo peor y no me gusta recordarlo. Los dos más pequeños lloramos mucho por las calles de Vigo, al ir a acompañarla al barco. Desde entonces, este hermano mío y yo fuimos siempre uña y carne y así seguirá siendo y aunque estemos muuuuuy lejos.   Siempre había frío. Hambre hambre, lo que se dice hambre no hubo nunca. Papá hacía muy buen pan. El caldo gallego es un alimento pobre muy completo. En el campo las postguerras se sobrellevan mejor. Galicia es el país de la patata.
Mi poesía no se comprende sin este mundo. Todo esto está allí. Mi lengua de la poesía es la de mi gente de Alén y no estoy dándomelas de aldeana, estúpido.

3. Algo que siempre me ha llamado la atención de la poesía, y que de más pequeña me frustraba incluso, ha sido el tópico de que todos los poemas (o casi todos) versan sobre el amor de pareja. Yo, la verdad, cuando escribo suelo escribir más sobre mí misma y sobre lo que me rodea; incluso creo que les he escrito más poemas a mis amigas que a mis parejas. ¿Cuál es el papel del amor en tu poesía? Y ¿crees que el amor va ganando protagonismo en la poesía de una según madura y crece?

No sé si atreverme a decir que la poesía es un acto de amor (también es un acto egoísta, ¿como siempre el amor?). Si hay amor en mi poesía, entendido como fascinación por algo-alguien, es el amor por el lenguaje.

4. Yo di con tus poemas gracias a la antilogía Raíces, donde compartes páginas con las tres poetas Francisca Aguirre, Luisa Castro y Amalia Bautista. ¿Qué supuso para ti la oportunidad de formar parte de esta "antilogía"? Y, partiendo de que se trata de un compendio de poemas escritos por mujeres en una sociedad como la nuestra (y en un mundo tan masculinizado como lo es el de la literatura) ¿qué crees que la hace diferente de la usual antología compuesta por decenas de poemas escritos por hombres?

Estar en la “antilogía” RAÍCES supuso sobre todo una celebración de la amistad y de las casualidades sorprendentes de la vida. De pronto, María Sotomayor, alguien que desconocía mi amistad con las tres poetas y mi admiración por ellas, nos reúne en un libro. Una fiesta encontrármelas en una antología muy completa de cada una de las cuatro, un libro cuidadísimo por parte de Casimiro Parker.
 Claro, el hecho mismo de haber seleccionado sólo mujeres ya puede parecer extraño. Con toda seguridad no pareció igualmente extraña la antología anterior de cuatro hombres por parte de la misma editorial. Ahí es donde se aprecia hasta donde sigue viva la discriminación de la mujer.

5. En esa misma línea, me gustaría preguntarte sobre tu percepción de la situación de las mujeres en el panorama literario, y especialmente poético, en la actualidad. ¿Cómo crees que hemos avanzado y qué obstáculos nos quedan, todavía, por superar? ¿Crees que en la escritura de mujeres aparecen unos temas o se da un estilo propio, que no son tan comunes en la escritura masculina, o se tratan temas completamente universales?

Creo que hemos avanzado muchísimo, creo que la mujer ha tenido que demostrar tanto que al final eso ha redundado en una calidad muy alta en todo cuanto hace, no sólo (también) en poesía. Pero creo que el poder genera adicción y es la casa de los hombres desde siempre: no nos la van a abrir tan fácilmente, aunque reconozcan que deben hacerlo. Seguiremos ahí.
Me resulta difícil contestar a la última pregunta. Supongo que los temas de nuestra poesía serán tan diferenciables como nuestros mundos pero la poesía es sobre todo trabajo con el lenguaje, construcción. ¿Estamos las mujeres construyendo poesía de manera diferente por el hecho de serlo? Nuestros modelos artísticos, históricamente hablando, son mayoritariamente masculinos, ¿podemos evitar su influencia? ¿habría alguna razón para hacerlo?

6. Una pregunta que también le hice a Amalia Bautista y cuya respuesta me interesa mucho tiene que ver con el acercamiento a la poesía desde la infancia, desde los colegios y la literatura "para niños". Yo recuerdo que, cuando era más pequeña, la poesía no me llamaba la atención; quizás por el omnipresente tópico del amor de pareja ya mencionado, o porque nos hacían desmenuzar las estrofas antes que sentir los versos. ¿Tú crees que se propicia un acercamiento a la poesía, y a la literatura en general, desde la educación? ¿Cómo crees que se podría propiciar que más niños entren en contacto con el Universo de la poesía, que tan acompañados puede hacerles (hacernos) sentir?

Desde mi experiencia de profesora puedo afirmar que  la enseñanza de la literatura, tanto desde el currículum escolar como desde la práctica cotidiana por parte del profesorado en general, es deformante y desmotivadora porque no se atiende en primer lugar a lo esencial (la lectura y la escritura), no vaya a ser que lo pasemos bien, no vaya a ser que aprendamos a pensar. La enseñanza de la escritura nunca se ha concebido como parte de la enseñanza de la literatura, y lo es. La lectura no va antes que la información, sino después, si va. La cantidad de “contenidos” (habría que analizar esta palabra) es un despropósito. Desde hace cuarenta años, no se ha avanzado en absoluto, más bien se retrocedió. No hay interés en investigar, en hacer lectores, en educar para ser adultos que piensan con capacidad crítica. No interesa eso, no vaya a ser que.

7. Por último ¿cuáles son tus mayores fuentes de inspiración? Y ¿quiénes son tus principales referentes en lo que respecta a la poesía, quiénes son esos y esas poetas que te hacen desear escribir más y más y te acompañan en el dolor y en la alegría con sus versos?

Me inspira el trabajar. Me siento con mi ordenador en un lugar tranquilo, eso sí, y me pongo a trastear. No sale nada y de repente sale, pero no viene del aire sino de haber estado intentándolo. Mis poetas son tantas y tantos que la selección va a ser muy injusta. Y no es fácil saber quién te influyó más. Cuando en la década de los 80 leí a Luisa Castro (Baleas e baleas, Los versos del eunuco) encontré en ella una fuerza enorme. Me pasó lo mismo con otras poetas en aquel momento  mío de obsesión con la lectura de poesía (Blanca Andreu, Silvia Plath, Gertrude Stein...). Pero yo leí mucho a los clásicos mucho antes y supongo que han dejado huella también por ahí. Quienes actualmente me acompañan son mis amigas del Seminario Euraca, Patricia Esteban, María Salgado, Ángela Segovia. En realidad no te estoy respondiendo pero es que esta pregunta es incontestable.

domingo, 19 de agosto de 2018

Entrevista: Amalia Bautista, poeta

Os traigo una entrevista con Amalia Bautista, poeta madrileña que ha publicado numerosas obras y cuyos poemas aparecen en numerosas antologías.

1. Eres poeta, y me pregunto cuánto hace que empezaste a encontrarte a ti misma o a otras en tus propios versos; en definitiva, a escribir poesía. ¿Qué han supuesto la escritura, y la literatura en general, en tu vida? ¿Cuál crees que es el papel universal de la literatura, es decir, qué aporta al mundo que la hace única e imprescindible?

Empecé a escribir en la adolescencia, como todo el mundo. En esa edad de frontera, difícil y a menudo dolorosa, es muy normal escribir lo que sea, poemas, canciones, cartas, diarios, entradas de blogs, comentarios a blogs de otros… Siempre digo que lo raro no es empezar a escribir entonces, sino seguir haciéndolo después. No sabría decir lo que aporta la literatura al mundo, supongo que lo hace mejor o más completo, que nos regala cimientos para tener un pensamiento crítico y ser más libres. En cuanto a lo de encontrarme, creo que aún estoy en ello, y si algún día lo consigo será más por lo que leo que por lo que escribo.

2. En la línea del papel de la literatura en el mundo, me vienen a la mente las diferentes posturas sobre el papel que juega la literatura en la sociedad, y el papel que juega la sociedad en la literatura. Yo soy de las que piensan que sí, el arte es siempre político, aunque no lo sea a propósito; que las ideologías se transparentan en nuestras creaciones artísticas, así como en aquellas que consumimos. ¿Qué piensas tú de esto? ¿Crees que hay algún tipo de compromiso de los artistas, y especialmente de escritores y poetas, para con la sociedad de la que forman parte?

Más que político o ideológico, el arte, la creación, es actual. No se puede una abstraer del mundo y el tiempo en el que vive al escribir un poema, todo se cuela y se trasparenta, como bien dices, en las obras. Yo no soy una cuando vivo y otra cuando escribo o leo. Mis ideas, mi percepción de los hechos, la línea de mi pensamiento se manifiestan en una charla con amigos, en una poética, en la recomendación de un libro o en la factura de un poema. Y el compromiso reside simplemente en el hecho de estar ahí y hacer algo que, desde el punto de vista práctico, no sirve para nada ni es rentable.


3. También me gustaría preguntarte sobre tu perspectiva del panorama poético actual. ¿Crees que la poesía está decayendo, en el sentido de que cada vez es más "fácil" escribirla y ganar seguidores en redes sociales, o más bien que se está expandiendo, de forma que se vuelve accesible y cercana a más personas? ¿Hay alguna figura del panorama poético que, hoy en día, brille para ti por lo especial de sus versos y que te gustaría dar a conocer a las personas que nos leen?

Bueno, creo que últimamente se está hablando mucho de esto, y tampoco tiene tanta importancia. Todos los presentes están llenos de poetas, sobre todo porque la poesía es una actividad muy fácil de practicar, no requiere herramientas ni equipos especiales, se puede hacer en cualquier lugar, a cualquier hora y con cualquier clima. Ni siquiera se necesitan formación o conocimientos. Lo único que quizá caracteriza este presente frente a otros es la tecnología y, por lo tanto, podríamos definir esos productos como inmediatos y fragmentarios, precisamente porque están marcados por el medio que utilizan. En cuanto a recomendaciones, brillan hoy y siempre Rosario Castellanos, Francisca Aguirre, Ángela Figuera, Gloria Fuertes, Alfonsa de la Torre, Wislawa Szymborska, Ana Blandiana, Ana Ilce Gómez…

4. Yo me encontré por primera vez con tus versos gracias a la antología "Raíces", que recoge poemas tuyos, de Francisca Aguirre, de Luisa Castro y de Luz Pichel. ¿Qué supuso para ti la oportunidad de participar con tus poemas en esta antología? Destaca también el hecho de que es una antología centrada en cuatro poetas mujeres, tan a menudo invisibilizadas y menospreciadas en nuestra cultura; respecto a esto ¿cuál crees que es la situación actual de las mujeres en el panorama literario, y qué obstáculos crees que faltan por salvar?

Para mí fue un regalo y un privilegio que el editor me invitara a participar en esta antología, sobre todo, y que me perdonen Luz y Luisa, por compartir páginas con Paca Aguirre, a la que quiero y admiro muchísimo. Fue un libro muy especial, porque reunía a cuatro autoras de distintas generaciones, que tampoco teníamos nada que ver en cuanto a estilos, temas o referentes y que, quizá por todo eso, nunca habíamos estado juntas, y solas, en una antología. La literatura sigue siendo un terreno donde la igualdad brilla por su ausencia, aunque yo creo que ahora mismo hay más mujeres que hombres escribiendo y publicando. Sabremos que la igualdad real ha llegado cuando no sean necesarias las antologías de mujeres ni las preguntas de este tipo a las autoras para reivindicar su existencia y su visibilidad.

5. Como joven intento de poeta, a menudo pienso en cuánto tardé en acercarme a la poesía, en el sentido de que durante la mayor parte del tiempo que me la enseñaron en el colegio, sólo sentí que no la comprendía o que hablaba siempre de amor de pareja, y nada más, y a mí eso me quedaba todavía muy lejos. ¿Crees que el ambiente educativo facilita el acercamiento de las personas más jóvenes a la literatura en general y a la poesía en particular? ¿Cómo crees que se podría potenciar la sensibilidad poética de niñas y niños, haciéndoles sentir que la poesía sí es lo suyo e, incluso, que ellos y ellas también pueden escribir poesía?

Los maestros y la familia tienen mucho peso en esto. A mí sí me gustaba la literatura en el colegio y fuera de él. Y mis hijas la han apreciado desde muy pequeñas, quizá porque han visto libros en casa, han visto que la gente a su alrededor leía y hablaba de ello y, sobre todo, que formaba parte de la vida de una forma natural. Pero tampoco pasa nada si no todo el mundo disfruta de la lectura y mucho menos si no todo el mundo quiere escribir. No todo es para todos.

6. Por último, me gustaría preguntarte sobre aquello que es más recurrente en tu obra; y es que, cuando yo escribo, a menudo siento que estoy dándole vueltas siempre a un mismo sentimiento, o a unas mismas vivencias. ¿Crees que eso es común en la poesía, es decir, que las heridas y las revelaciones se repiten temáticamente aunque las expresemos mediante diferentes ademanes lingüísticos y metafóricos?

Claro que es común. Hay que tener claro que ya está todo dicho y, sin embargo, todo sigue siendo posible. Además, la obsesión también es patrimonio de los poetas y, aparte de las tres heridas de Miguel Hernández, poco hay a lo que recurrir, que merezca nuestra atención o nos revuelva para ponernos a escribir. Lo que sentimos como íntimo es, y debe ser, universal, igual que lo universal que nos llega en las obras ajenas podemos sentirlo como personal. Nuestras obsesiones contribuyen a  constituir y apuntalar nuestra identidad, nos señalan nuestro lugar en el mundo y nos sirven de escudo frente a él.

miércoles, 15 de agosto de 2018

Entrevista: Sara Saharabbey, fotógrafa

Os traigo una entrevista con Sara Saharabbey (Instagram), que se presenta así:

"Soy Sara Belmonte, la mujer y fotógrafa detrás del nombre artístico "Sara Saharabbey". Actualmente me dedico a la fotografía, aunque también adoro la poesía, la literatura, y los viajes. Me considero feminista radical, me gusta cada día aprender un poco más sobre el movimiento y aportar mi granito de arena siempre que pueda. Me apasiona retratar a mujeres, creo que cada una tenemos algo muy especial y único, además de que me siento más cómoda retratando a mujeres desde mi mirada."

1. Supongo que es la pregunta más típica, pero no quiero dejar de hacértela: ¿cómo te iniciaste en la fotografía? Y ¿quiénes han sido tus mayores referentes en este campo artístico, y podrías nombrar a mujeres, ya sean fotógrafas de renombre o familiares y compañeras tuyas, que te inspiren?

Comencé por pura casualidad, una de mis ex parejas tenia una cámara reflex y empecé a trastear con ella por curiosidad. Nos hacíamos fotografías mutuamente, y comencé a investigar el trabajo de otros fotógrafos (todo esto a base de libros e Internet) Después más en adelante comencé a hacer sesiones de fotos a amigas/conocidas mías y me di cuenta de que realmente me gustaba aquello de retratar a personas, así que me centré en ello. Debo añadir que siempre les había tenido bastante rechazo a las cámaras, y creo que nadie se hubiera imaginado que me acabaría dedicando a la fotografía. 

Mis mayores referentes a la hora de crear mi trabajo creo que han sido mis vivencias, mis sentimientos y mis impulsos, no el trabajo de otros fotógrafos, pero sí que hablando más de estética, y composición, podría decirte a Marta Bevacqua, Francesca Woodman, Jesse Herzog, Alessio Albi, Maya Beano… 
Cada uno tiene su toque personal y creo que realmente ninguno se parece a mi, pero me enseñaron mucho con su manera de observar tanto a las personas como al mundo que nos rodea. También tuvo un papel muy importante para mí la literatura de Haruki Murakami, sus historias llenas de tristeza y nostalgia, me he dado cuenta de que su universo inspiró mucho al mío, de una manera u otra cuando leía sus novelas sentía que conectaba con sus personajes.

2. Eres una artista polifacética, como yo creo que lo somos todas las (intentos de) artistas un poco; en cuánto una deja fluir el arte, las palabras se acompasan con las imágenes, con los ritmos... ¿en qué se asemejan y en qué se diferencian campos como la escritura y la fotografía, para ti? Y, cuando eliges un poema para acompañar a una de tus fotos ¿es la imagen la que te lleva por el camino de las palabras, o las tienes ya en mente cuando tomas la foto?

En realidad no me considero una artista polifacética, y es que dejé de escribir hace varios años, aunque de vez en cuando escribo alguna cosilla de manera puntual. Es algo que me gustaría retomar, pero creo que al encontrar la fotografía descubrí mi verdadero lenguaje. Creo que la escritura y la fotografía en lo que más se asemejan es en que las dos llevan un mensaje, a veces mas o menos claro, pero siempre llevan mensaje aunque esté encriptado.
Normalmente yo hago las fotografías y ya al tenerlas editadas delante de mí me acuerdo de algún poema que podría acompañar a la imagen. Me gustaría algún día probar a crear una fotografía inspirada en un poema, me produce mucha curiosidad qué podría salir de ahí. 


3. De tu fotografía, de lo que más me llama la atención es la paleta de colores, así como las emociones que se reflejan en cada gesto y cada mirada. Si sólo pudieras transmitir una cosa a través de tus fotos ¿qué te gustaría que fuera? Y ¿qué te transmite a ti la fotografía, el tomar una foto, quiero decir; cómo te salva ese clic?

Me es muy difícil elegir porque la gama de sentimientos que hay es infinita y me gustaría captar todos los posibles, pero creo que me quedaría con la nostalgia. Soy una persona muy nostálgica y creo que es algo que plasman muy bien mis fotografías, no sería yo sin ese sentimiento. Sólo te digo que tuve que tatuarme algo relacionado con ello, no la palabra nostalgia en sí, pero otra con un significado muy parecido: “Saudade”.
Para mí la fotografía es un universo infinito de posibilidades donde puedes expresarte, y crear algo tuyo. También lo definiría como una terapia, tanto a la hora de capturar imágenes yo como en el momento de ver las fotografías de otros compañeros.


4. Eres feminista, y nos cuentas que te apasiona retratar a mujeres; a mí me gusta mucho que me retraten, y sobre todo, autorretratarme yo, pues ha supuesto un paso importante en la senda de mi amor propio. ¿Te ha pasado algo similar? ¿Qué le aconsejarías a otra chica que desea comenzar a reconciliarse con su imagen, pero, como a mí hace años, le aterroriza que le hagan fotos porque no le gusta lo que ve?

Hubo un momento de mi trabajo en el que me hacía muchos autorretratos, y es que es una herramienta de autodescubrimiento increíble. Tú sola en tu habitación, controlando la cámara, tu cuerpo, tu forma de expresarte, sin la mirada ajena de por medio. Creo que es muy importante para las mujeres poder liberarnos de la mirada masculina que llevamos a cuestas toda la historia. No digo con esto que se deje de trabajar con fotógrafos hombres, varios de mis referentes han sido hombres, pero desde mi punto de vista creo que más que nunca es el momento adecuado para retratarnos entre nosotras y a nosotras mismas. En vez de ser observadas, observarnos, y observar.

Yo fui una de esas chicas también, creo que el único consejo que puedo darles desde mi humilde perspectiva es que los primeros disparos te dejan ciega y no son nada fáciles, pero puedo asegurar que los siguientes los agradeces, hasta que llegas al punto de aceptarte a ti misma. Cerrar los ojos no hará que los problemas desaparezcan, y en la realidad cuando das el paso y te enfrentas a esos problemas no son tan gigantes como te pensabas. Te acabas haciendo más grande que ellos.

5. Hablando de retratar a mujeres. Me gustaría que nos contaras cuáles crees que están siendo los grandes logros de la fotografía en materia de feminismo en la actualidad, ahora que, a mi parecer, cada vez más mujeres se atreven a coger la cámara y retratarse a sí mismas y a otras (o, al menos, ahora que es más fácil lograr reconocimiento por ello que hace muchos años); pero también cuáles son para ti los mayores retos que le queda afrontar a la fotografía para abordar una imagen de las mujeres verdaderamente transversal, pues en realidad, todavía me cuesta encontrar en Instagram fotos con gran acogida de chicas racializadas o con diversidad funcional/discapacidad.

Creo que uno de los grandes logros actualmente en la fotografía en materia de feminismo es que cada día hay más mujeres fotógrafas triunfando. Aunque siga siendo difícil, y es que hay que recordar que durante toda la historia lo audiovisual ha sido un terreno masculino, los hombres eran fotógrafos/directores y las mujeres modelos/actrices/musas. Ahora eso va cambiando y los papeles se alternan, se ve poco a poco mas representación real de la mujer, aunque sigue triunfando muchísimo la fotografía en que se hipersexualiza a las mujeres convirtiéndolas en objetos de deseo desde una visión masculina… Es un tema que me crispa mucho los nervios, prefiero no enfadarme e intentar mirar los pasos que vamos dando poco a poco a mejor dentro de la industria. También es verdad que dentro de la industria se ven a pocas mujeres racializadas o con diversidad funcional, es algo que hay que cambiar tanto a nivel de fotógrafas como de modelos, tiene que haber representación y tenemos que visibilizar siempre.


6. En la misma línea, me gustaría preguntarte sobre el papel del desnudo y el erotismo en la fotografía de mujeres, desde una perspectiva feminista. Yo, tengo que reconocerlo, a menudo siento que la línea que separa el adueñarse del propio cuerpo y de nuestra sexualidad de caer en la espiral de la sexualización es muy fina, muy difusa ¿qué piensas de esto?

Como dices, la línea es muy difusa. En mi opinión durante toda la historia las mujeres hemos sido retratadas desnudas por morbo masculino, es hora de que cuando lo hagamos sea desde una mirada no sexualizada. Se nota mucho cuando un desnudo está sexualizado o no lo esta, creo que al fin y al cabo lo importante es el mensaje que quieras transmitir con un cuerpo femenino desnudo, su fin. Los desnudos con significado, con un mensaje artístico me parecen maravillosos, pero esos desnudos que se basan en una chica guapa desnuda para consumo masculino… Fatal. Con eso solo se alimenta la cultura de la sexualización. Después de varios años dentro de la fotografía ya puedo darme cuenta de quien hace desnudos femeninos por fines artísticos a quien lo hace por puro morbo, se nota en la manera de mirar y la manera en que dirigen a las modelos a la hora de posar. A veces es hasta exagerado y se ve de lejos.

7. Por último, quisiera saber si nos puedes adelantar algo de algún proyecto futuro como artista. ¡Cuéntanos! Y, de hecho ¿hay alguna temática que te haga especial ilusión abordar en tus fotos en el futuro, o algún artista con quien te emocionaría colaborar?

No puedo contar mucho, pero adelanto que ya estoy comenzando a organizar varios proyectos que comenzaran por septiembre, y hay alguna colaboración guay cociéndose…  
Una de las cosas que más me emocionaría hacer a día de hoy sería crear la portada de un disco o de un libro de alguno de mis artistas favoritos, pero es algo que veo todavía lejos. 

Añadir que me encantaría hacer algún proyecto con ilustradores que me encantan como podría ser Albert Soloviev, su trabajo me lleva encantando desde hace años y creo que de alguna manera su visión en cuanto a ilustración ayudó a crear la mía a nivel de fotografía.

martes, 7 de agosto de 2018

Entrevista: Celia Kiedis, artista feminista

Autorretrato de Celia.
Os traigo una entrevista con Celia Kiedis (Instagram), que se define así:

"Me considero una persona muy sensible, lo cual me ha ayudado en mi vocación artística, tanto en la pintura como en la fotografía (mis dos vías de escape). Adoro el cine, especialmente las películas en las que puedo sentirme reflejada con sus personajes y las que me hacen evadirme de la realidad que me rodea.
Empecé con el feminismo gracias a las redes sociales buscando información sobre la obtención del amor propio. Ésto me ayudó mucho y me alejó de los pensamientos que llevaba impuestos por el sistema patriarcal.
Ahora mismo no pertenezco a ningún colectivo pero acudo a algunos actos y charlas de grupos LGTB y el colectivo Hijas de Nadie de Cádiz."


1. Eres una persona muy sensible a las artes en general. Eres pintora y fotógrafa por vocación y, además, adoras el cine; en definitiva, disfrutas creando y disfrutas siendo el público para las creaciones de otras personas. ¿A qué edad crees que empezaste a interesarte más por las artes en cualquiera de sus formas? ¿Cuáles han sido tus mayores influencias, sobre todo mujeres, y especialmente como creadora (pintando y fotografiando); pero también como público (a la hora de ver cine)?

Mi interés tanto en la pintura como en el cine comenzó cuando era pequeña, especialmente la pintura. En el momento en que aprendí a dibujar en el colegio me volví adicta a hacerlo, siempre llevaba un cuaderno y un lápiz en un bolsito para poder dibujar en todos lados, mis padres me regalaron libros de ilustraciones con los que aprendí a encajar proporciones copiando las imágenes que más me gustaban una y otra vez. El descubrimiento del cine fue posterior, siempre me había gustado ir a ver películas o alquilarlas en el videoclub para verlas con mi familia. Pero mi descubrimiento fueron las páginas en las que podías reproducir cualquier película online. Las veía en un ordenador de sobremesa sentada en el suelo, empecé a probar géneros distintos hasta que con los 16 años descubrí directores como Tarantino o Wes Anderson. Estos directores me mostraron ideas y conceptos nuevos que me sumergieron en investigar sobre el cine independiente conociendo así directores como Xavier Dolan, el cual califico como mi impulsor en la fotografía y el cine.
Hacer el bachillerato artístico y estudiar fotografía me enseñó que definitivamente lo que más me gustaba en este mundo era la fotografía de cine. Lo descubrí gracias a 2 fotógrafas autorretratistas que me influencian en todo lo que hago, Elina Brotherus y Aino Kannisto.

2. Respecto al cine, nos dices: "adoro especialmente las películas en las que puedo sentirme reflejada en sus personajes". En un mundo en que el arte, como todos los aspectos de la sociedad y de su cultura, se ve atravesado por el patriarcado; ¿cuáles han sido los personajes femeninos con las que más te has identificado? ¿Cuál crees que es la situación de la mujer en el cine, no ya en cuanto a creadora, sino como personaje tan a menudo creado por hombres que reproducen tópicos misóginos?

Hay pocos personajes femeninos que me hayan hecho sentir identificada, la importancia en las películas y el protagonismo se lo siguen dando a los hombres, cosa que me hace terminar empatizando más con personajes secundarias que con los protagonistas.
Dicho esto, personajes como Suzy Bishop, de Moonrise Kingdom, Summer en 500 days of Summer, Chihiro en el viaje de Chihiro, Lady Bird, o Diane en Mommy; me han hecho reflexionar en algunos aspectos. Alguna vez a lo largo de mi corta vida me he sentido como ellas. Suelo reflejar más lo doloroso, empatizar con el sufrimiento del personaje, con sus miedos y complejos. Es raro que empatice con rasgos positivos de la película y el personaje, quizás por eso a veces sufra con algunas películas, las interiorizo tanto que me meto en el papel como si yo misma tuviera que resolver la trama.

Es difícil sentirse identificada como mujer con personajes creados por hombres, estos no pueden reflejar igual la presión que nos achaca la sociedad.
Puedo poner como ejemplo la contemporaneidad de la película de Lady Bird, ésta película ha sido creada y dirigida por una mujer. En ella habla de la vida y los sentimientos de una chica adolescente, algunos dicen que en esta película no pasa nada pero yo pienso que en ella pasan muchas cosas. Esa chica está enfadada, habla de cómo le afecta el lugar en el que vive, su familia, sus relaciones amistosas y amorosas. La película habla de qué es ser mujer en la adolescencia y en mi opinión es un reflejo de como nos sentimos o nos hemos sentimos todas en la sociedad en la que vivimos, una sociedad patriarcal pensada para quienes tienen dinero y poder.
Autorretrato de La habitación azul.

3. Pero volvamos a ti como creadora. ¿Cuál es, o cuáles son, tus mayores inspiraciones a la hora de tomar fotografías, y a la hora de pintar? ¿Cuáles son para ti las mayores diferencias entre ambas artes, qué te impulsa a pintar un cuadro en vez de sacar una foto, y viceversa? Y, como sujeto creador que es además mujer ¿qué crees que puedes aportar a los feminismos, a las luchas por la liberación de las mujeres, a través de tu arte?

Mi inspiración para la pintura siempre fueron otras pintoras y pintores y algunas películas. De pequeña recuerdo sentarme a ver los dibujitos con un lápiz y un folio e intentar copiar algún personaje a lo largo del capítulo. Para la fotografía algo que siempre me inspiró fue ver publicaciones de otras personas por pinterest, tumblr, we heart it y ese tipo de plataformas online. Intentaba copiar algunas fotos que veía versionándolas a mi estilo.
Creo que la mayor diferencia que encuentro entre fotografía y pintura es que con la pintura siempre podré dejar mi imaginación volar mil veces más, la fotografía te ata en cierto modo a la realidad, al momento y al recuerdo. Con la pintura puedo crear sentimientos y recuerdos que no conocía antes.
El arte me parece una de las mejores formas de revindicación y visibilización del feminismo. La fotografía me ha ayudado muchas veces a hablar de temas como la menstruación o la visibilización de los cuerpos no normativos a través de autorretratos. Este tipo de fotografía, además de ayudar a quienes la ven y descubren, ayuda también a quienes comparten tus mismas preocupaciones, la fotografía siempre me ha parecido una herramienta perfecta de terapia. Los autorretratos me han ayudado a aceptar mi aspecto y a mostrar al resto un gesto de aceptación y de apoyo a quienes teniendo cicatrices, vello, celulitis, estrías, etc, se sienten incapaces de mostrar su cuerpo. Intento que mis fotos aporten seguridad a quienes no la tienen, aunque también es una terapia que me ayuda a mí misma en muchísimos aspectos.


4. Nos cuentas, de hecho, lo siguiente: "empecé con el feminismo gracias a las redes sociales buscando información sobre la obtención del amor propio". Esto me lleva a plantearte dos preguntas: ¿cómo definirías el papel de las redes sociales, tanto a la hora de potenciar el acercamiento a corrientes artísticas más invisibilizadas como las artes feministas, como a la hora de difundir las ideas feministas en sí mismas? Y ¿qué has aprendido sobre amarse a una misma, sobre aceptar el cuerpo propio, gracias a los feminismos y sus discursos y prácticas y cómo te ha podido ayudar el arte en este aspecto (y cómo tratas tú de ayudar a otras a través de tu arte, en este mismo aspecto)?

Autorretrato de La habitación azul.
Las redes sociales son un arma de doble filo, siempre va a haber haters que te denuncien las fotografías o te las critiquen, al igual que personas que idolatren tu trabajo o te feliciten por ello. Aún así las redes sociales, bajo mi punto de vista, han ayudado enormemente al feminismo y a la visibilización de los cuerpos femeninos.
Como mencioné anteriormente intento ayudar con mis autorretratos, realicé hace poco un proyecto fotográfico llamado La habitación azul. En este fotografiaba partes de mi cuerpo que me han hecho acomplejarme enormemente a lo largo de mi adolescencia dentro de mi habitación. Algunas de éstas las subí a mis redes sociales y recibí muchísimo apoyo, lo que me dio fuerzas para plantearme realizar más proyectos de ese tipo. Muchas chicas me dijeron que se habían sentido muy cómodas al ver las imágenes, que pensaban que era necesaria esa visibilización del cuerpo femenino que no se suele mostrar en los medios de comunicación. Hasta ahora creo que es el único proyecto con el que creo haber podido ayudar en el feminismo dentro de las redes sociales.

5. Además, nos cuentas que aunque no perteneces a ningún colectivo, acudes a actos y charlas de grupos LGTBI y del colectivo feminista gaditano Hijas de Nadie. ¿Podrías hablarnos de la principal diferencia entre profundizar en los feminismos por cuenta propia (mediante la lectura, las redes sociales, la introspección...); y compartir conclusiones, vivencias, protestas y hasta gestos de afecto, amor y sororidad con otras compañeras en actos organizados por colectivas feministas o en meras reuniones de amigas, es decir, en comunidad? Y, respecto a las luchas LGTBI ¿qué te aportan a ti los movimientos LGTBI como persona que no se acopla a la heteronorma impuesta?

Informarte por tu cuenta debe ser algo complementario a acudir a charlas o vivencias con colectivos feministas o LGTBI. Esto te ayuda a escuchar la experiencia del resto, a debatir sobre temas de los que te has informado quizás de manera errónea. El pensamiento crítico sobre corrientes como el feminismo es algo que considero que tiene un proceso. Por mucho que sepa ahora mismo quizás mañana conozca a alguien trans o alguien intersexual que me muestren otro modo de ver las cosas que me parezca más interesante del que tengo ahora. Además que conocer formas nuevas de abarcar los colectivos tambien me ayuda a sentirme cómoda como mujer y bisexual. Es un espacio en el que seguramente no me vayan a juzgar por vivir y ser como soy.
Autorretrato de La habitación azul.
6. Por último, estoy segura de que a todas nos encantaría conocerte un poco más. Háblanos un poquito de ti misma, de aquello que no nos hayas contado ya en tus anteriores respuestas. Queremos conocer un poco más tu mundo interior, tu "habitación propia" (no podía faltar el guiño a Virginia Woolf).

Como añadido sobre mí me gustaría recalcar lo mucho que me ha ayudado la fotografía con mi autoestima. Los autorretratos para mi han sido un proceso duro, ha sido un lento camino de aceptación conmigo misma y mis complejos. Los vellos siempre me han hecho agobiarme, dejar de ir a la playa, dejar de usar ropa que me gustaba por el hecho de que me juzgasen, la depilación me ha creado reacciones alérgicas horrorosas, heridas y marcas de por vida en la piel. Con la fotografía me he apoyado al expresar mi dolor, al liberarme y al poder dar un grito de llamada a las demás chicas que se sienten acomplejadas: No estáis solas. Tengo estrías, vellos y cicatrices por todo mi cuerpo y me amo. No es fácil amar un cuerpo fuera de los estándares de belleza sociales pero la fotografía, mi cámara, mi esfuerzo... me ayudó. Ojalá pueda perfeccionar el proyecto fotográfico de La habitación azul para poder lanzar mejor ese mensaje, me gustaría exponerlo y moverlo por encima de la censura y las redes sociales. Espero algún día poder decir que he podido aportar mi granito de arena al feminismo de mi generación.