Ruiseñor apareció tras meses de tratamiento en el hospital por anorexia nerviosa restrictiva y se convirtió en sus labios, que no eran capaces de pedir ayuda; Ruiseñor lo hizo a versos.
Ruiseñor ha sido su único mecanismo de supervivencia sano. El único que no le ha dejado ni deja cicatrices, muerte y estragos en ella. Ella es la negrura, Ruiseñor la negrura plasmada en papel, intentando buscar algún retazo de blanco.
·¿Cuál es o
debería ser el objetivo, o los objetivos, del feminismo en la actualidad? ¿Qué
ha supuesto para ti acercarte al feminismo en tu vida, qué cambios, atisbos de
nuevas realidades (o realidades que aún no conocías...)?
El feminismo se podría
describir como levantarse cada día de la cama, siempre aprendes algo nuevo. El
feminismo es un aprender y desaprender continuo. Sobretodo desaprender lo que
esta sociedad cisheteropatriarcal nos ha grabado a fuego en la piel. Por eso (a diferencia de décadas atrás, cuando nuestras precursoras nos dieron mil
avances como herencia), nuestro cometido es luchar de manera radical
—independientemente del movimiento con el cual nos sintamos más identificadas—,
como bien dice la palabra, de raíz, y de esa manera extraer esos
cánones, roles y misoginia interiorizada, siempre de manera interseccional,
apoyando a todo tipo de mujeres, sea cual sea su situación/condición. En esa
parte sí que deberíamos parecernos a nuestras precursoras; el feminismo no deja
de ser una lucha, y como toda lucha, ha de hacerse su hueco en la sociedad y
ahí, de manera drástica, radical, hacerse oír. "Las
feministas de antes no hacían tanta tontería...". Y quizá por eso
deberíamos parecernos a ellas, lanzar piedras a escaparates, marear al sistema,
destrozarlo y reconstruirlo desde cero.
Gracias
al feminismo he sido capaz de crecer como persona y conseguir corregir en la
medida de lo posible los pensamientos de algunos de los trastornos que llevo
arrastrando desde hace años, ese que no es más que el fruto de lo que la sociedad
nos ha inculcado: el trastorno alimenticio. Sé que, como en la mayoría de
recuperaciones de enfermedades mentales, el mérito no es más que mío, pero
aprender y comprender que todo lo que me decía la televisión, las revistas, las
tiendas y sus tallas, era otra manera de controlarnos. De que fuéramos otra
vez la marioneta de la historia, moldeadas de manera "perfecta" a
antojo de los gustos de ellos. Estoy intentando reaprender lo
que se me borró de la mente desde que tengo uso de razón. Y aunque caiga mil
veces sé que ya no será como la primera vez, porque ya me sé de memoria la
herida y el arma que la causa, y aunque duela horrores me siento algo más
"en control".
Y no
solamente me ha ayudado a ver mis derrotas como una segunda oportunidad, sino
también a sentir la unión entre todas las mujeres, que pasan por lo mismo todos
los días, y apoyarlas, defenderlas, luchar por todas como si fuéramos una. Una
contra el mundo. También me ha abierto mundos que no conocía, me ha situado en
la realidad que intentan maquillar los medios de comunicación, además de
hacerme lo suficientemente fuerte como para no quedarme callada ante esas
situaciones.
·Si tuvieras delante
a tu yo unos años menor, en la que haya sido una de las peores épocas de tu
vida ¿qué le dirías? ¿Qué le aconsejarías o le harías saber, intentando
transmitirle fuerza, esperanza, acompañamiento e incluso ganas de luchar?
Primero
le daría mucho, mucho amor. Sin saber por qué estoy ahogándome en soledad día
tras día a pesar de estar rodeada de gente, así que le haría saber que nunca
estará sola por mucho que le pese el mundo sobre los hombros. También le diría
que se cuidara, que no se dejara destrozar como yo lo estoy haciendo con mis
propias manos. Me gustaría hacerle saber que, aunque a mí me cueste creerlo,
siempre vendrá un nuevo día para volver a empezar de cero, cada día. Que no
merece sufrir ni matarse a hambre, ni hacerse daño; que merece el amor que
recibe aunque le cueste sentirlo a veces. En resumen, le diría todo lo que me gustaría que me hubieran dicho y me dijeran.
·¿Cómo te diste
cuenta de que no eras heterosexual y, más concretamente, de que eras lesbiana? ¿Qué
le dirías una chica más joven que tú que se da cuenta de que es lesbiana y se
siente sola, aislada, repudiada...?
Hasta
la edad de los 16 años (tengo 19) me consideré completamente heterosexual, sin
duda alguna, no porque en realidad lo fuera sino porque ni siquiera se me había
planteado en ningún momento de mi vida que existieran otro tipo de parejas.
Como dije antes, nunca me había ni imaginado estar con nadie de otro género, me
daba miedo pensarlo, vergüenza a mí misma incluso. Cuando empecé a conocer a mi
actual novia, parecía que mi cabeza hacía nudos en los pensamientos haciéndome
sentir más confusa y avergonzada. Fue entonces, cuando las cosas entre ella y
yo fueron a más, que me denominé bisexual. Creo que lo hice porque me daba
miedo desprenderme completamente del hecho de poder salir con hombres, ¿qué
pensaría mi madre? ¿Cómo me miraría si se lo dijese? Al fin y al cabo, ser
bisexual, me hacía mitad "pecadora", en vez de "pecadora"
entera. Así que un mes después de empezar a salir con mi novia, después de
mucho tiempo dándole vueltas y sin atreverme del todo, salí del armario con mis
padres, les dije que salía con mi novia y que era bisexual. Hasta hace un año y
medio o así no me di cuenta que en realidad no sentía atracción por los
hombres, y en realidad jamás la había sentido, desde pequeña era así, mi mínima
experiencia con ellos fue simple y nada excitante. Recuerdo el tiempo en que en
el colegio, cuando era chiquitita, me gustaban niños de mi clase, por el simple
hecho de que eran los niños que les gustaban a todas las demás, y porque en mi
mente no tenía cabida más que eso, que los niños. Mi primera pareja ha sido y
es una persona de mi mismo género, lo cual me ha ayudado a asimilar y aceptar
mi sexualidad y a borrar de mi mente todo lo anterior, todo aquello que está
mal visto por algunos.
Hice vista atrás, al
momento en el que salí del armario como bisexual en casa, y cuando llorando y
riendo a la vez tras el peso que me quitaba de los hombros le preguntaba a mi
madre, que lo había aceptado verdaderamente bien:
—¿Entonces, si fuera
lesbiana sería diferente?
Ella
frunció las cejas dejando ver que sí que habría diferencia. Estaba claro. Si
era bisexual seguía existiendo la posibilidad para ella de que trajera a casa
algún día a algún hombre. Recordando eso, me he dicho a mí misma que debía callar
el hecho de que era lesbiana. Bisexual en casa, lesbiana en la calle. Es algo
que me dolía completamente porque odiaba hacer eso, por el resto de mis
hermanes bisexuales, por mentir poniéndome como etiqueta una orientación sexual
que no es la mía.
Ahora
que han pasado los años me he atrevido a afirmarle a mi madre, que sí, que solo
me gustan las mujeres y me he sentido fuerte. Creo que todes deberíamos
sentirnos orgulloses del mínimo avance que hagamos en cuanto a este tema,
porque incluso los pequeños pasos son grandes victorias.
·Has
publicado un poemario. ¿Qué suponen para ti la escritura, la poesía, tanto en
el terreno personal de tu día a día (que no deja de ser, también, político)
como en forma de arma política para la lucha social?
La escritura ha sido
desde siempre, para mí, una manera de evadirme, tanto leyéndola como
escribiéndola. Ha sido/es mi salvavidas en mis peores momentos de salud mental,
siendo una herramienta a la que acudir en momentos de crisis, un espejo en el
que plasmar el dolor, una manera de dejar correr la sangre sin abrir ninguna
herida. Me ha ayudado a liberarme en todos los sentidos de la palabra. He sido
capaz de abrir mi mente y escribir sobre cosas que dan miedo y tienen mucho
estigma en la sociedad, para así poder ser de ayuda a otras personas que estén
pasando por lo mismo que yo y que necesiten esa palmadita en el hombro que
susurre "yo te entiendo". También para dar voz a aquelles que no
pueden ya gritar o que nunca han podido, como los animales no humanos, víctimas
de LGTBfobia, de violencia de género....
Creo
que desde siempre la literatura ha sido un modo de mostrar la cruda realidad de
manera más suave pero ácida, para así abrir ojos y cerrar bocas.
·En cuanto al
susodicho poemario ¿qué puedes contarnos sobre este? ¿Qué nos dirías para convencernos
de que queramos leerlo?
«Heridas
con coágulos de rimas» es el poemario que el pasado otoño salió a la venta. Es
un recopilatorio de algunos de los mejores poemas de mi blog y otros inéditos. Este poemario es un espejo de
mi realidad, como persona con problemas de salud mental, entre otras cosas. Hay
poemas de superación de TCA, poemas dedicados a mi yo oscuro, a mi maravillosa
novia, del día a día siendo una persona con TLP, además de poemas feministas.
Más que un poemario es una carta para conocer los lugares más recónditos de mi
ser, para averiguar todo aquello que pienso pero que no me atrevo a decir. Son
poemas duros pero a la vez llenos de superación —en cuanto a los que
hablan de mi intento de recuperación de la anorexia—, también muy reales, en
cuanto a los que hablan de mi vida teniendo TLP.
Es un gran sueño que estoy viendo hecho realidad,
el ver publicados mis versos, y me encantaría que me leyerais. Siempre he
soñado con ser escritora. Esto es más de lo que creía poder alcanzar y no
pienso rendirme. Espero que pronto pueda mostraros el nuevo poemario que acabo
de terminar.
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