domingo, 30 de diciembre de 2018

Entrevista: Ángelo Néstore, poeta, actor, profesor y traductor

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Os traigo una entrevista con Ángelo Néstore, poeta, actor y profesor en el Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Málaga.

Actualmente co-dirige el Festival Internacional de Poesía de Málaga Irreconciliables y la editorial de poesía feminista La Señora Dalloway. Ha publicado Adán o nada (Bandaàparte Editores) y Actos impuros (Ediciones Hiperión, XXXII Premio de Poesía Hiperión).
Con dieciocho años se alzó con el Premio a la Mejor Interpretación Masculina en el Concurso Nacional de Teatro Vittorio Gassman de Roma. Su últimas obras teatrales son el monólogo en homenaje a Gloria Fuertes Esto no es un monólogo, es una mujer  (autor y director) y la pieza en solitario Lo inhabitable, en la que dialogan poesía, teatro y performance. Recientemente se le ha otorgado el Premio Ocaña a su trayectoria poética en el XXII Festival Internacional de Cine LGBT de Extremadura.

·Para mí, tu poesía aúna la Historia compartida y la individualidad única en un conjunto de versos que hablan, como pocas además de la Literatura pueden hacerlo, de una genealogía que retrocede muy atrás en el tiempo pero que se expresa en ansias y dolores contemporáneos. ¿Cómo ha sido el proceso de desarrollar tu propio estilo a la hora de escribir, y cómo ha cambiado todo desde que empezaste a hacerlo por primera vez?


Realmente, mi historia con la escritura es un poco peculiar porque comencé tarde, con 25 años. Empecé a escribir en castellano, lengua que aprendí con 21 años. En realidad, nunca me había lanzado a la escritura, ni siquiera en Italia, por ejemplo, el país donde pasé los primeros los 21 años de mi vida.
Tengo la sensación de que he ido acumulando dentro de mí durante todo este tiempo mucho material vital que de repente he lanzado al mundo, y realmente, al reflexionar sobre esto, sentía casi una frustración cuando me subía, por ejemplo, a un tren y de repente aparecía una imagen… Lo típico que nos pasa a las personas que escribimos. Pero trabajaba sobre todo con lo visual; recuerdo por ejemplo la imagen de una silla de plástico al lado de un árbol, de un olivo, en un tren, me preguntaba por qué había acabado allí, me inventaba una historia.
Quiero decir que en todo este recorrido vital nunca me había planteado que ese podía ser el germen de la escritura. Sin embargo, con 25 años, todo cambió y fue gracias a la traducción, porque traducir tiene mucho que ver con la interpretación, algo a lo que sí me he dedicado desde temprana edad; te metes en la piel de una autora y, de repente, eres esta autora en otro idioma. Empecé a traducir a María Eloy García, y después de traducirla, no conseguía quitarme la máscara; y me di cuenta de que quizás esa máscara me pertenecía a mí también.
Y a partir de ahí rescato todo un Universo que tenía dentro, y de la lectura. A mí, por ejemplo, me ha influenciado mucho la lectura de Pasolini, de Leopardi… sobre todo son referentes italianos, y desgraciadamente, masculinos todos; porque es lo que de pequeño leía en los libros de textos. Pero luego sí que empecé a acercarme a los feminismos a través de Virginia Woolf, que sé que es muy cliché, pero es verdad. A los 15 años leí a Virginia Woolf y empecé a hacerme preguntas como: ¿por qué no hay más mujeres?
Y allí emprendí este camino, que he llevado dentro hasta los 25 años. Por eso quizás en mi proceso creativo, en mi escritura, intento crear un puente entre estos distintos momentos de mi vida, que tienen que ver también con distintos momentos históricos y mi manera de abordar el Arte y la Poesía en un contexto distinto con respecto al español. Yo, de España, me sabe mal, pero prefiero ser honesto; era muy cateto, sólo conocía El Quijote. Y a partir de los 21 años fue todo leer, aprender el idioma… empezar a construir mis referentes. Pero ya podía empezar a construir desde una visión un poco más crítica.

·Pero no podemos hablar de tu poesía sin hablar de la ruptura con la norma, de la honestidad de saber que o rompemos con el rol de género impuesto y con la imposición de la heterosexualidad, o nos rompen ellos a nosotras. ¿Hay algo que caracterice a la poesía queer, a la poesía LGTBI, esa poesía que va “más allá” del supuesto del binario hombre/mujer y del esquema heterosexual? ¿Qué crees que es lo más fundamental que la poesía puede aportarnos a las personas que nos salimos de esas normas, y viceversa?

Desde luego, yo no concibo la poesía (o mi manera de hacer poesía) sin que sea política. Porque en el momento en que abres una ventana hacia el mundo y decides compartir algo que tiene que ver con una reflexión, no es un texto espontáneo, sino que es un texto que surge a raíz de una reflexión y no puede no ser político. Es muy importante compartir. Y está claro que yo tengo otros textos que igual decido no compartir porque, aunque no pretendo que sean Universales, me gusta que los textos puedan trascender lo personal, y se conviertan en algo político. Y ahora más que nunca, después de lo que pasó anoche. La poesía queer puede poner de manifiesto los esquemas del poder normativo y patriarcal y poner en el centro otros sujetos que siempre han sido silenciados. Y que hoy en día, después de lo que pasó ayer, por ejemplo, en las Elecciones andaluzas, te das cuenta de que se siguen empleando como herramientas para obtener poder. Es decir, un partido como VOX ¿qué elementos, qué sujetos, utiliza para poder justificar su poder, o para poder adquirir un poder, que físicamente son escaños? Un discurso que va contra personas homosexuales, inmigrantes… Evidentemente, todo el tema también del machismo, contra las Leyes que tengan que ver con la Violencia de Género. Otra vez, se está intentando desplazar a estos sujetos.
Lo que creo que hace cada vez más necesaria la poesía queer es no sólo visibilizar, porque eso ya con el tema de las redes sociales y todo lo que se está haciendo, ya la convierte en una herramienta más; pero lo que puede hacer esta disciplina es dotar de un sentido político esta visibilización, esta reflexión.
Y sobre todo, vincular este empoderamiento a aspectos de la vida cotidiana. Porque la poesía muchas veces, la que yo hago, intenta recoger cosas que ocurren en la vida y ofrecer una visión, un punto de vista. Es como ver lo mismo pero desde otro prisma. Y la vida, desgraciadamente (y no), te da todos estos objetos a los que dirigir la mirada.

·A ese respecto ¿cómo ves el panorama actual del mundo editorial, literario y poético en lo que se refiere a la aceptación e incluso reconocimiento de poetas LGTBI, poetas queer? ¿Cómo de rígido es el molde que trata de aprisionarnos a quienes escribimos fuera de los márgenes, o nos lo hemos cargado ya?

Resultado de imagen de libros angelo nestoreNo, desgraciadamente, no. Aún estamos trabajando dentro de unos moldes rígidos en los que prima siempre, a nivel editorial, la venta. Prima el beneficio económico y todo se mercantiliza; lo estamos viendo, cómo se mercantiliza la poesía y cómo se convierte en un género de grandes ventas.
Sin embargo, también creo que aunque siga el sistema neoliberal muy vinculado a los círculos de producción de la poesía, y de difusión de esta, últimamente están naciendo propuestas muy potentes, contraculturales, y que apuestan por un cambio verdadero. Y por ofrecer miradas distintas.
Se me ocurren, por ejemplo, editoriales más pequeñas, lo que no significa que no sean editoriales que están luchando en esta dirección; harpo libros, ya lo dijo Casimiro Parker, saltadera, tránsito, Amor de Madre… las hay, hay realidades como estas, que existen y que están haciendo una labor impresionante.
Y también te digo una cosa que es verdad, y no me gusta mucho hablar de mí en ese sentido, pero el haber sido otorgado un Premio Hiperión, un premio canónico, mainstream, a un libro que se expresa en estas condiciones, es significativo. Está en un contexto temporal y político en el que ha sido posible colarse, porque para mí se ha colado. Y eso lo reivindico mucho.
Cuando me preguntas si ya nos hemos cargado estos moldes, pienso en algo que reivindica una autora estadounidense, Alison Bechdel, que lo hace desde su disciplina, el cómic, y aunque empieza desde los márgenes, con un discurso subversivo… ahora está dentro de la norma, quiero decir que trabaja desde allí. Y yo creo que eso es muy importante; y no podemos conseguir un cambio si no nos desplazamos también hacia la norma. Reventarla desde dentro, y con esto me refiero a darle la vuelta. Por eso me alegra, a través de este libro, haber llegado a una editorial mainstream; todo lo mainstream que puede ser el mundo de la poesía.

·Eres, además de poeta, actor, traductor, profesor y editor. A veces resulta desmoralizante querer dedicarnos en cuerpo y alma al mundo de las letras y de las artes en general, porque parece que no se puede vivir de esto; a mí, además, me llega a desanimar ser consciente del canon literario preexistente, ya que a veces parece que la única Literatura y el único Arte con mayúsculas sean los del varón blanco, occidental, heterosexual… ¿Qué nos dirías a todas aquellas personas que queremos dedicarnos de alguna forma a escribir, a editar (y auto-editar), al Arte en general? ¿Cómo ha sido tu experiencia como artista multidisciplinar, y cuál es para ti el futuro para este mundo tan rico pero al mismo tiempo tan obstaculizado a veces?

Yo, realmente, digo: más que multidisciplinario, lo llamaría transdisciplinario. Es intentar trascender el mismo concepto de disciplina. Por ejemplo, cuando hago una obra de teatro, para mí es poesía también; el primer libro tiene una estructura teatral. Intento pensar más allá de las etiquetas, mi manera de abordar la disciplina a la que me dedico es hacerlo desde este punto de vista transdisciplinar.
Y me lanzo muchas veces al vacío, porque este tipo de apuestas, como la última, Lo Inhabitable, si queremos integrarlo en una etiqueta, podría ser una obra de teatro, un recital escénico… aunque en realidad mezcla poesía, artes escénicas (teatro), performance… es una mezcla de todo, y también artes audiovisuales. Así que es muy difícil, desde luego, colocar este tipo de apuesta en festivales, porque ni es una obra de teatro ni es un recital.
Muchas veces el molde, como tú dices, obliga a poner una etiqueta; porque claro, tienes que comer, te tienes que mover, ponerlo en marcha. Pero, por otro lado, en mi caso recibo una buena respuesta. Es decir, que trabajemos yendo un poco más allá de las etiquetas, y lo propongamos como un ejercicio híbrido, porque mi concepción de la poesía, y del teatro, y de todo es híbrida. Y la gente se va abriendo a este tipo de propuestas.
Mi recomendación es siempre hacer lo que de verdad nos mueve, intentando obviar los obstáculos del sistema.

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·Co-diriges el Festival Internacional de Poesía de Málaga Irreconciliables, así como la editorial feminista La Señora Dalloway. ¿Qué es lo más importante que vienes aprendiendo de estos procesos de dar con otros autores, con otros escritores y poetas; qué te aportan fundamentalmente estos proyectos en los que te vienes embarcando?

Para mí, son los proyectos que me dan vida. Sobre todo, porque trabajo con personas estupendas; y hace que ese trabajo, la poesía, que muchas veces se relaciona con la soledad, ya no sea así, que se convierta de repente en una fiesta. Y la fiesta, la celebración, son algo muy importante en la vida; me he dado cuenta con estos procesos.
Como con el lanzamiento de un libro, que lo celebras, y formas parte de este camino con esta autora; como en un festival, que compartes espacio-tiempo con autoras.
Por eso, por un lado siento que estamos intentando romper, crear fisuras, dentro de la norma; y de la misma norma poética. Porque evidentemente estos mecanismos funcionan también dentro de los festivales de poesía, dentro del mundo editorial. A mí me produce placer crear estas fisuras, tanto dentro de las editoriales como de los festivales de poesía; y sí, nos encontramos con resistencia, pero por otro lado creo que ha sido tan enriquecedor, llevamos los proyectos con tanto entusiasmo… que, por parte de las instituciones, no hemos encontrado ningún tipo de resistencia.
Allí se instaura, y eso es lo bonito, una relación también de confianza y apoyo a la hora de realizar proyectos de tanta envergadura. Porque sobre todo el festival es un proyecto muy difícil de llevar para dos personas. Porque yo digo que co-dirijo, pero realmente también adelantamos dinero, es algo muy artesanal, en realidad. Y este matiz artesanal hace que sea aún más bonito.

·Últimamente me ronda mucho la cabeza la cuestión de las redes sociales, del papel que tienen estas a la hora de volver más accesible y hasta comunitaria la poesía, puesto que muchas más personas que empezamos “de cero” escribiendo podemos acceder a una visibilidad antes quizás reservada a aquel a quien le publicaban; además, parece que en el medio virtual más personas que escribimos desde la vivencia de resistir, desde la migración, la racialización, lo LGTBI y queer… somos leídas y escuchadas. Pero, al mismo tiempo, me preocupa que en las redes sociales cuente más lo que es rápido y fácil de consumir, lo que repite un mantra ya masticado y memorizado, que lo que de verdad nos conmueve y hace reflexionar. ¿Qué piensas tú de este fenómeno de la poesía en redes sociales?

La red social siempre se ha puesto otra etiqueta, porque claro, nos encantan las etiquetas. Hablo todo el rato en contra de ellas, porque desde la teoría queer, lo que se aplica al género se puede aplicar a todo. La etiqueta de la poesía de las redes sociales, que siempre se relaciona con algo de muy poca calidad, algo muy efímero.
Pero en realidad yo creo que las redes sociales son un medio de comunicación, y no tenemos que confundir el medio con el objeto. Yo he visto muchos libros impresos que tienen la misma o peor calidad. Es muy fácil encontrar el enemigo fuera, y eso, salvando la distancia, es lo mismo que hacemos con la homofobia, la xenofobia. Esto está mal, y fin. Y no, perdemos todos los matices; las redes sociales son un escaparate, he visto poemas muy buenos compartidos en las redes sociales, pero yo creo que estamos reflexionando sobre la función que tienen las redes.
Las redes sociales se suelen emplear cuando tienes poco tiempo, estás en un medio de transporte, cuando estás aburrida… es una forma de ver algo de manera rápida. Es otro tipo de poesía, de texto; otra que implica una reflexión más efímera. Lo que quiero decir es que las redes sociales, está claro, no están hechas para reflexiones más atentas, más elaboradas; sino para textos más efímeros, y sí que he visto textos potentes y muy buenos, pero no tienen el mismo gancho, o la misma facilidad para que alguien dé me gusta, o RT, o comente. Porque en este momento en que nos acercamos a la red social eso no es probablemente lo que estamos buscando.
Por eso, creo que se le está intentando otorgar un papel a las redes sociales que no tienen. Es más fácil que textos más sencillos tengan mayor repercusión ahí. Y yo no soy nadie para decir a la gente lo que tiene que hacer, los momentos en los que tienen que leer. Quién soy yo para decir eso.
Y creo que ahí está, probablemente, el fallo; en buscar en las redes sociales algo que no te van a dar. He hecho experimentos con mis propias redes, poniendo por ejemplo una foto, y plasmando un hecho en el texto, un texto sin reflexión; y tiene muchos comentarios, muchos me gusta. Pongo luego, por la tarde, un texto sobre la importancia de la lucha por la visibilización y la normalización del VIH y no tengo nada. Ningún tipo de interacción, de me gusta… de nada. Entonces esto es probablemente porque la gente que usa las redes sociales no quiere eso, acude para eso a un libro, a otro tipo de medio. Esa es de momento mi visión de las redes sociales. Quizás no tenemos que reincidir en ellas y en lo que lee la gente ahí, sino luego, trabajar desde un punto de vista más formal, desde la educación, para educar para leer otro tipo de texto. Pero no digamos no a las poetas de redes sociales, ni a nosotras, que las disfrutamos.
Para mí, por eso, la educación es la base; de hecho, este mes voy a cinco institutos, gracias a Cristina Consuegra, que es una gran cabeza cultural aquí en Málaga. Lo que estamos haciendo es promover un diálogo entre autoras e institutos, adolescentes. Allí sí que tenemos que trabajar; en vez de ir diciendo “es que la gente, en redes sociales…”, trabajando con los institutos. Tener la posibilidad de hablar con adolescentes de feminismos.

·Por último, te llevo a mi terreno: ¿me recomiendas alguna poeta lesbiana que, a tus ojos, esté pasando más desapercibida? Si quieres, también puedes hablarnos sobre algún proyecto futuro o en proceso que te ilusione especialmente. ¡Gracias!

Desgraciadamente las mujeres lesbianas han tenido muchos más problemas de aceptación dentro de los discursos normativos con respecto a los poetas hombres homosexuales, porque no sólo son homosexuales, sino también mujeres.
Ese es un gran tabú, una gran barrera que tenemos que conseguir romper ya, porque ha llegado el momento. Por eso, entre poetas lesbianas, te recomiendo a Sara Torres, que está a punto de sacar un libro nuevo. Berta García Faet, María Eloy-García y, por supuesto, a Violeta Niebla.

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