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jueves, 17 de enero de 2019

Entrevista: Elana Dykewomon, activista, escritora y profesora lesbiana

Elana Dykewomon es una activista, escritora, editora y profesora lesbiana judía estadounidense. Es autora, entre otras obras, de la novela Beyond the Pale (narrativa lesbiana varias veces premiada); así como de numerosas obras en prosa, poesía y ensayo. Se dedica, en sus propias palabras, a cambiar el mundo palabra por palabra. Aquí va la entrevista (y aquí la entrevista, también en inglés).


·Eres una activista, editora y escritora lesbiana, judía. Para muchas personas, esta elección de palabras, estas palabras hilvanadas no tienen sentido en absoluto o les parecen una contradicción, una imposibilidad. Pero no lo son ¿cómo influye el hecho de que seas judía en tu vivencia como lesbiana, y viceversa? ¿Cómo llegaste a denominarte a ti misma así; a reconciliarte contigo misma siendo ambas?

Soy judía secular, atea y espiritual, así que no tuve que pasarlo mal con las escrituras religiosas una vez me convertí en adulta (aunque mi familia de nacimiento era algo practicante en cuanto a la religión, en el sentido de deberías-saber-quiénes-son-los-tuyos del post-Holocausto). Quizás sea un poco más complicado; yo sabía que era lesbiana cuando era niña, y tenía una profunda sensación de ser una forastera entre los forasteros. Los movimientos de las mujeres y de las lesbianas me salvaron la vida. Muchas lesbianas judías se convirtieron en activistas entonces. Yo descubrí, cuando estaba escribiendo mi novela, Beyond the Pale, que las mujeres judías han sido activistas en Estados Unidos desde que estamos aquí, sobre todo en la Etapa Progresista (1890-1920). Ser judía permea mi sentido del humor, mi noción de ser diferente; no precisamente al contrario que ser lesbiana, en muchos sentidos. He escrito tanto novelas como ensayos sobre esto, y editaré una nueva antología de escritos de feministas judías como número de Sinister Wisdom, con Judith Katz, en 2019.

·Últimamente he estado leyendo sobre teología feminista; me resultó un shock tan grande descubrir que había una teología más allá de las palabras y la violencia de los hombres religiosos y de sus instituciones. ¿Qué papel crees que la teología feminista, y sobre todo la teología feminista judía, juega en nuestra comprensión de nosotras mismas como mujeres espirituales y aun así rebeldes? ¿Y cuáles son los principales retos por afrontar para las feministas espirituales y religiosas hoy en día?

Conozco a algunas feministas judías religiosas, muchas de las cuales sitúan su sentido de la espiritualidad alrededor de la presencia de mujeres, tanto dentro como fuera de las escrituras. Algunas de mis amigas creen en los textos sagrados del judaísmo, y han trabajado re-interpretando y expandiéndolos tanto como inclusivos de, como en forma de celebración de las mujeres. La poesía siempre ha sido mi faro en lo que respecta a nutrirme y encontrar un sendero espiritual; y los antiguos textos están llenos de poesía, así como de la violencia y misoginia que hemos experimentado. Los retos que las mujeres afrontamos en las instituciones religiosas son mayormente políticos, creo yo, como lo son nuestros retos en todas partes dentro de organizaciones jerárquicas. Si yo fuera la encargada de elegir “el” texto religioso, elegiría la poesía y los comentarios de lesbianas como Irena Klepfisz, Audre Lorde, Chrystos, Gloria Anzaldúa.

·Como lesbiana, muy a menudo siento que el activismo LGBTI mayoritario se centra principalmente en las experiencias masculinas de la violencia, del prejuicio y de la opresión. Hoy en día hay un mayor enfoque de las identidades y la Historia de las mujeres lesbianas, bi, trans e intersex; pero aun así siento que nunca se cubren nuestras necesidades cuando se trata de la necesidad de praxis y políticas verdaderamente transversales y centradas en las mujeres. ¿Cómo te sientes acerca de esto? ¿Cuál es tu visión en lo que respecta a la reunión de las personas LGBTI para subvertir el patriarcado y organizarnos contra su violencia, al mismo tiempo que se aboga por un separatismo lesbiano parcial e incluso total?

Esta es otra respuesta de longitud de libro. Mi propio deseo e inteligencia es bastante simple: quiero centrarme en las mujeres y en las lesbianas porque creo que nos merecemos la completa atención de cada una de cada una y de la otra. Ha sido sólo a lo largo de mi vida que la palabra “lesbiana” ha empezado a poderse decir en voz alta en lugares públicos; y aun así, en tantos. Tenemos el derecho de conocernos las unas a las otras en nuestra propia compañía; es el primer paso hacia la auto-definición.
También he llegado a apreciar y participar en trabajos de coalición, y creo que las coaliciones más fuertes son aquellas en que los participantes de la coalición provienen de comunidades de base fuertes, las conceptualicemos o no como separatistas. Sé que debemos ser conscientes de nuestros enemigos de forma interseccional (es decir, estar constantemente alerta respecto a la supremacía blanca, el colonialismo, el clasismo, el capacitismo y la misoginia). Y está claro que todas esas instituciones de la opresión existen dentro de nosotros, consciente o inconscientemente. Ser activista implica estar alerta respecto a tu propia psique, implica crecer y cambiar. Y aun así no quiero que la reacción a la opresión sea lo que define mi compromiso. Quiero trabajar por una visión de un mundo mejor.

·Eres una escritora y editora prolífica. Para mí, como para muchas otras mujeres, la cultura es un arma en sí misma, o como mínimo nos ayuda a hacer de nuestras propias experiencias de vida y nuestras relaciones un arma para combatir el patriarcado. ¿Cómo es el mundo del libro cuando hablamos de ser una mujer que escribe y edita, y sobre todo cuando eres lesbiana sin una pizca de arrepentimiento? ¿Cuál sería tu consejo para las jóvenes lesbianas como yo ahí fuera que sacamos nuestras propias palabras y nuestro propio arte ahí fuera pero seguimos asustadas e inseguras de nuestro propio poder?

El mundo del libro… depende de qué mundo del libro y en qué país. En Inglaterra, por ejemplo, las escritoras lesbianas blancas han tenido bastante éxito mayoritario. En Estados Unidos, no tanto. Pero aun así en Estados Unidos hay un buen número de editoras lesbianas; con mayor éxito en lo que respecta a la ficción de género (misterio, romántica, especulativa), pero también a la ficción “literaria”, la no ficción y la poesía. Hay una conferencia nacional anual específicamente para escritoras lesbianas (Golden Crown) y un buen número de otras regionales. Las conferencias literarias LGBT han sido, desde mi experiencia, acogedoras con la participación lesbiana. Que te publiquen cuando estás empezando es un problema; y la proliferación de plataformas en redes sociales lo hace más complicado, hace más difícil que se te oiga entre el ruido de fondo general.
Mi consejo para las jóvenes escritoras lesbianas: entrad en grupos de apoyo de escritura de otras escritoras lesbianas (u otros escritores con quienes sintáis un compañerismo). No tengáis miedo de empezar a compartir vuestras ideas e inspiración con el resto, y empezad a enviar vuestro trabajo a revistas y publicaciones que sean un reflejo de las comunidades de las que queráis ser parte. Algunas de mis amistades más maravillosas son con las escritoras lesbianas con las que “maduré” en los setenta; a menudo no estábamos en el mismo lugar al mismo tiempo, pero compartíamos el deseo de escribir abiertamente como lesbianas sobre la experiencia lesbiana (así como cualquier otra cosa que quisiéramos abordar). Jewelle Gomez, Gloria Anzaldúa, Dorothy Allison, Irena Klepfisz, Chrystos (y las escritoras que llegaron justo tras nosotras y antes de nosotras) le dieron un sentido a todo mi mundo. Así que encontrad vuestra cohort, haced vuestro trabajo, publicad tan pronto como podáis, no tengáis miedo de lo que pensáis, ni de que lo que el resto piense de vosotras. No os distraigáis con el ruido de Internet o la sensación de que no “estáis ahí fuera lo suficiente”. Escribir no es un trabajo fácil, pero si es lo que experimentáis como lo que necesitáis hacer, seguid trabajando.

·Hablando de libros ¿hubo uno que jugara un papel esencial en tu propio entendimiento de ti misma como la persona que eres hoy en día, una activista y creadora imparable?

La primera novela que leí de una lesbiana con temas “homosexuales” fue Nightwood, de Djuna Barnes; una visión inquietante y confusa de lo que pasa con la intimidad cuando se desprecia a las personas. Y después leí mucha literatura pulp, en la que las lesbianas siempre mueren o se vuelven hetero. Supongo que estas fueron formativas en el sentido de que determiné que escribiría una novela lesbiana con final feliz, y fui afortunada de publicarla con una de las primeras casas editoriales lesbianas, Daughters, Inc. en 1974. Después de eso, Zami, de Audre Lorde, y Les Guérillères, de Monique Wittig, fueron fundamentales para mi desarrollo como escritora. Oí´recitar a la gran poeta bisexual, Muriel Rukeyser, en una concentración contra la Guerra de Vietnam en 1968. Ella era la única mujer entre todos los tíos “guays”, y su determinación moral y su presencia (una emisaria de la conciencia del mundo de las mujeres) tuvieron un profundo efecto en mi capacidad de verme a mí misma como poeta y activista.

·Hoy en día, me da la impresión de que las redes sociales son para todos la principal fuente de conocimiento sobre política y sobre la sociedad, sobre nuestras propias identidades y resistencia también. Todos tendemos a organizarnos a través de las redes sociales, creamos conciencia a través de las redes sociales e incluso llamamos a la acción desde allí, también. Sin embargo, como la joven lesbiana y loca que soy, con algo de experiencia con la organización de las mujeres en un colectivo feminista local en mi ciudad en el pasado, me parece que nunca deberíamos olvidar el papel fundamental que juegan los encuentros comunitarios y el hecho de juntarse con otras mujeres que aman a mujeres para compartir nuestras experiencias, para auto-editar nuestros propios fanzines y para manifestarnos y protestar e incluso para llorar y rabiar juntas. ¿Cómo lo ves tú? ¿Es la escena política y activista muy diferente de como era cuando tú empezabas, y en qué crees que hemos mejorado y hay algo a lo que le estemos perdiendo el rastro?

Volvamos al final de mi anterior respuesta sobre Muriel Rukeyser. Es importante aparecer en persona. Internet está lleno de ruido. Sí, es mucho más factible que muchas más personas se enteren, así como ser consciente de muchas más cosas al mismo tiempo. Eso es importante. Pero dificulta la elección; somos individuos con energía limitada. Tenemos que elegir conscientemente donde queremos invertir esa energía y con quién queremos trabajar. A veces nos sobrepasa tanto la información que todo lo que Podemos hacer es firmar peticiones y ser testigos en la distancia. Es importante juntarse con otras personas y trabajar en cosas específicas. Nadie puede hacerlo todo, pero todo el mundo puede hacer algo. Tendemos a perder la noción de eso; y es una de las primeras lecciones del activismo: elige proyectos que puedas completar y sentirte orgulloso de haber participado en ellos.

·Por último, tengo curiosidad sobre tus próximos proyectos y libros. ¿Podrías hablarnos de alguna cosa en la que estés trabajando? Y ¿cuál es la frase o el mantra con la que te quedas cuando hablamos de resistencia lesbiana?

Actualmente estoy trabajando en una obra de teatro sobre los dilemas morales que confrontamos cuando nuestras personas cercanas (parejas, progenitores, hermanos, amigos) nos piden que les ayudemos a morir. Mi esposa, Susan, desarrolló demencia y un trastorno convulsivo el año vigésimo quinto que llevábamos juntas; y murió el vigésimo séptimo. La obra se inspira en mi experiencia con ella, y la experiencia de buscar consejo de muchas otras mujeres que han lidiado en sus propias relaciones con el derecho a morir. También voy a editar un número de Sinister Wisdom con Judith Katz sobre lesbianas judías el año próximo. Esos son mis dos proyectos principales; también tengo un par de libros de poemas en el ordenador, esperando a que los organice.
¿Un mantra? Llevo atascada en esta pregunta semanas. Porque no es una simple frase; es toda una vida de gestos e interacciones. Es Gloria Anzaldúa sentada en el suelo de su casa de Santa Cruz conmigo, dibujando una imagen del dios azteca que fue enterrado en trozos desmembrados y renació de nuevo entero, para ilustrar el reto que nosotras, como escritoras lesbianas, afrontábamos. Es mi compañera, Susan, después de que Lucy Jane Bledsoe viniera a casa la semana que Susan murió, y nos ofreciera una lectura privada; alzando los brazos de felicidad, diciendo “¡Tantas lesbianas!”. Es mi primera amante, de cuando teníamos 17 años, viniendo al funeral de mi madre sin que hiciera falta que yo se lo pidiera. Es el placer de ir al estreno fuera de Broadway de la obra de Jewelle Gomez, Waiting for Giovanni. Es mi amistad de 40 años con Dolphin, que pasa la mayoría de las noches de viernes conmigo desde que Susan murió. Son todas las conexiones; una letanía de escritoras lesbianas y amigas con las que he tenido el privilegio de conversar, y la profundidad de la amabilidad que nos hemos demostrado las unas a las otras. Ninguna frase sola lo abarca. Pero mantengamos siempre las banderas de la amistad y de la amabilidad a la vista.

jueves, 18 de octubre de 2018

Entrevista: Abbey C, poeta y YouTuber


Os traigo una entrevista con Abbey C, poeta y YouTuber. Cuando le preguntan qué es, dice que poeta. Más técnicamente es Abbey, aunque ese no es su nombre de nacimiento pero sí es su nombre de verdad. Nació en un año que siempre le ha gustado cómo suena, 1994. Fue en Murcia, al sureste de España, ese es su hogar vaya a donde vaya. Estudió periodismo porque le gusta comunicar.
Lo que más le gusta en el mundo son los sentimientos, ver cómo se provocan, provocarlos, que se los provoquen y escribir sobre ellos.
Después de mundo tiempo, tiene amigos que le llenan de verdad y aprende de ellos cada día.
Su misión en el mundo es no provocar daño al mundo, quiere que a la naturaleza no le pesen sus pasos, así que cada vez intenta cuidarla más.


·Eres poeta, estudiaste Periodismo y tienes una fuerte presencia en redes

sociales. ¿Qué querías ser de pequeña cuando fueras mayor, y qué crees que
pensaría la niña que un día fuiste de ti?

A los 14 años quería salir en la tele haciendo bromas. No sé qué ha podido pasar.
Fuera bromas, encontré mi vocación a los 17 años. Aunque llevaba muchos más
escribiendo, fue a esa edad cuando me hicieron una entrevista para el periódico y me
di cuenta de que con lo que escribía, podía hacer muchas más cosas fuera que dentro de
casa.

·¿Cuándo empezaste a escribir, y qué ha supuesto la escritura para ti? Pero,
sobre todo, y de una poeta a otra poeta ¿cuál crees que es la función de la poesía
en el mundo?

Empecé a escribir a los 8 años y siempre me encanta contar por qué. Mi madre es
poeta, y siempre la veía escribir por las noches, hasta que un día le pedí un papel y
lápiz porque yo también tenía un cuento que contar. Mi madre me dio la vida y la
poesía.
La escritura me define como persona, la mayoría de mí es poeta, no tendría una
identidad si no escribiera.
Mientras el resto de cosas en el mundo nos enseñan cosas sobre lo que mostramos y
tenemos por fuera, la poesía se centra en lo de dentro.

·Has escrito el libro “Mensaje urgente a mis momentos contigo”. ¿Qué ha
supuesto para ti el proceso de escritura y publicación? ¿Qué crees que es lo más
importante que dice tu libro de ti?

Hacer el libro me ayudó a definir mi estilo al escribir. Todos lo poemas anteriores a él
ahora los siento incompletos, sin embargo los que están en él me parece que tienen
un sentido conjunto.
Cuando me ofrecieron publicar un poemario, decidí que iba a escribirlo de cero,
todos los poemas los escribí en el mismo período de mi vida y por eso el libro habla
muy bien de mí en ese momento. No sabría decirte qué es lo más importante, creo
que lo que más se entiende es que mi vida la componen personas, hasta de las
ciudades hablo como si fueran personas.

·Después de un tiempo siguiéndote en redes sociales y viendo vídeos tuyos, la
impresión que me he llevado siempre ha sido de que le das una vital importancia
a la inteligencia emocional, así como a la sensibilidad y la capacidad de ponernos
en la piel del otro. ¿Cuáles son para ti los valores necesarios para construir una
sociedad mejor, y qué crees que podemos hacer cada persona para participar de
la creación de esta otra sociedad?

Últimamente no paro de pensar que tendríamos una sociedad sana si tuviéramos una
sociedad empática. Creo que la empatía es lo más sano que puede construir a un ser
humano, la empatía no deja lugar a la indiferencia frente a otros, no deja lugar a la
insensibilidad, neutralidad, desinterés o el desprecio. Imagina una sociedad sin todo
eso.
Individualmente tenemos que trabajar más este aspecto.

·Hablando de la inteligencia emocional ¿qué le dirías a una persona que quiera
cambiar su forma de habitar y vivir en este mundo, que quiera tener más en
cuenta sus propias emociones pero también las de los demás? Es decir ¿cuál crees
que es la clave para ser mejores personas con nosotros mismos y con el resto?

Sigo en relación con la pregunta anterior. Cada persona debería plantearse durante
una semana por qué hace cada cosa que hace y cómo repercute al resto, y cuando
hablo “del resto” no solo hablo de personas, si no de animales y del planeta. ¿Por
qué uso esta bolsa de plástico pudiendo usar una de tela y así contaminar menos?
¿Por qué uso la expresión “que te den por culo” para situaciones con connotación
negativa cuando para algunas personas homosexuales esa acción es algo normal y
bonito dentro de su vida?
Tenemos muchas cosas implantadas en nuestra cabeza que son incorrectas. Nos
enseñan expresiones y prácticas que son dañinas para otros, y deberíamos
implicarnos en cambiarlo. Pero también nos han enseñado a ser cómodos, y claro, los
cambios nunca son cómodos, aunque a la larga mejoren nuestra vida y la de otros.

·Nuevamente, como poeta, no sé qué sería de mí sin todos esos otros poetas que
me inspiran día tras día y que tantas veces me salvan a través de sus versos.
¿Quiénes son los poetas y escritores en general que más te inspiran a ti, y qué le
recomendarías leer a alguien que por primera vez se atreve con la poesía?

A mí me inspira muchísima gente, desde todas las personas que escucho en los micros
abiertos de poesía, hasta poetas que sigo por instagram, como también los poetas
que están en formato libro en mi estantería.
Para empezar siempre recomiendo a Mario Benedetti y a Silvi Orión. Benedetti es una
poesía del siglo pasado, bonita, tierna, fácil de leer; Silvi es una poesía actual,
rebelde, sin normas. Creo que es una mezcla explosiva.

·Por último, y esta vez, de una mujer a otra mujer: ¿qué piensas de nuestra
situación actual, tanto en el mundo del arte como en la sociedad en general, y
qué ha de suponer para ti el auge de los movimientos feministas del que estamos
siendo testigos?

Esta pregunta tiene una respuesta demasiado extensa.
Todo lo que sea dar a la mujer el lugar que merece tener, todo lo que sea acabar con
la represión que sufrimos, con los roles de género que cargamos y con el techo de
cristal contra el que nos chocamos constantemente, todo lo que luche contra eso me
parece más que bien.
El movimiento feminista actual está destruyendo muchísimas cosas, a mi me
deconstruyó por completo y ahora me asumo de una manera mucho más sana y
segura. Parte de mi estabilidad emocional es gracias al feminismo. Esto lo ha hecho
con muchísimas más personas, con muchísimas más artistas, así que el resumen es
que ojalá el futuro sea feminista.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Entrevista: Irene Ruiseñor, poeta y activista

Os traigo una entrevista con Irene Ruiseñor (Twitter / Instagram / Blog). Se llama Irene Gallego y su alter ego es Ruiseñor. Es poetisa, guitarrista y cantautora, estudiante de Estudios Ingleses en la Complutense, además de activista feminista, LGTB y de salud mental.
Ruiseñor apareció tras meses de tratamiento en el hospital por anorexia nerviosa restrictiva y se convirtió en sus labios, que no eran capaces de pedir ayuda; Ruiseñor lo hizo a versos. 
Ruiseñor ha sido su único mecanismo de supervivencia sano. El único que no le ha dejado ni deja cicatrices, muerte y estragos en ella. Ella es la negrura, Ruiseñor la negrura plasmada en papel, intentando buscar algún retazo de blanco.


·¿Cuál es o debería ser el objetivo, o los objetivos, del feminismo en la actualidad? ¿Qué ha supuesto para ti acercarte al feminismo en tu vida, qué cambios, atisbos de nuevas realidades (o realidades que aún no conocías...)?

El feminismo se podría describir como levantarse cada día de la cama, siempre aprendes algo nuevo. El feminismo es un aprender y desaprender continuo. Sobretodo desaprender lo que esta sociedad cisheteropatriarcal nos ha grabado a fuego en la piel. Por eso (a diferencia de décadas atrás, cuando nuestras precursoras nos dieron mil avances como herencia), nuestro cometido es luchar de manera radical —independientemente del movimiento con el cual nos sintamos más identificadas—, como bien dice la palabra, de raíz, y de esa manera extraer esos cánones, roles y misoginia interiorizada, siempre de manera interseccional, apoyando a todo tipo de mujeres, sea cual sea su situación/condición. En esa parte sí que deberíamos parecernos a nuestras precursoras; el feminismo no deja de ser una lucha, y como toda lucha, ha de hacerse su hueco en la sociedad y ahí, de manera drástica, radical, hacerse oír. "Las feministas de antes no hacían tanta tontería...". Y quizá por eso deberíamos parecernos a ellas, lanzar piedras a escaparates, marear al sistema, destrozarlo y reconstruirlo desde cero. 

Gracias al feminismo he sido capaz de crecer como persona y conseguir corregir en la medida de lo posible los pensamientos de algunos de los trastornos que llevo arrastrando desde hace años, ese que no es más que el fruto de lo que la sociedad nos ha inculcado: el trastorno alimenticio. Sé que, como en la mayoría de recuperaciones de enfermedades mentales, el mérito no es más que mío, pero aprender y comprender que todo lo que me decía la televisión, las revistas, las tiendas y sus tallas, era otra manera de controlarnos. De que fuéramos otra vez la marioneta de la historia, moldeadas de manera "perfecta" a antojo de los gustos de ellos. Estoy intentando reaprender lo que se me borró de la mente desde que tengo uso de razón. Y aunque caiga mil veces sé que ya no será como la primera vez, porque ya me sé de memoria la herida y el arma que la causa, y aunque duela horrores me siento algo más "en control".

Y no solamente me ha ayudado a ver mis derrotas como una segunda oportunidad, sino también a sentir la unión entre todas las mujeres, que pasan por lo mismo todos los días, y apoyarlas, defenderlas, luchar por todas como si fuéramos una. Una contra el mundo. También me ha abierto mundos que no conocía, me ha situado en la realidad que intentan maquillar los medios de comunicación, además de hacerme lo suficientemente fuerte como para no quedarme callada ante esas situaciones. 

·Si tuvieras delante a tu yo unos años menor, en la que haya sido una de las peores épocas de tu vida ¿qué le dirías? ¿Qué le aconsejarías o le harías saber, intentando transmitirle fuerza, esperanza, acompañamiento e incluso ganas de luchar?

Primero le daría mucho, mucho amor. Sin saber por qué estoy ahogándome en soledad día tras día a pesar de estar rodeada de gente, así que le haría saber que nunca estará sola por mucho que le pese el mundo sobre los hombros. También le diría que se cuidara, que no se dejara destrozar como yo lo estoy haciendo con mis propias manos. Me gustaría hacerle saber que, aunque a mí me cueste creerlo, siempre vendrá un nuevo día para volver a empezar de cero, cada día. Que no merece sufrir ni matarse a hambre, ni hacerse daño; que merece el amor que recibe aunque le cueste sentirlo a veces. En resumen, le diría todo lo que me gustaría que me hubieran dicho y me dijeran.

·¿Cómo te diste cuenta de que no eras heterosexual y, más concretamente, de que eras lesbiana? ¿Qué le dirías una chica más joven que tú que se da cuenta de que es lesbiana y se siente sola, aislada, repudiada...?

Hasta la edad de los 16 años (tengo 19) me consideré completamente heterosexual, sin duda alguna, no porque en realidad lo fuera sino porque ni siquiera se me había planteado en ningún momento de mi vida que existieran otro tipo de parejas. Como dije antes, nunca me había ni imaginado estar con nadie de otro género, me daba miedo pensarlo, vergüenza a mí misma incluso. Cuando empecé a conocer a mi actual novia, parecía que mi cabeza hacía nudos en los pensamientos haciéndome sentir más confusa y avergonzada. Fue entonces, cuando las cosas entre ella y yo fueron a más, que me denominé bisexual. Creo que lo hice porque me daba miedo desprenderme completamente del hecho de poder salir con hombres, ¿qué pensaría mi madre? ¿Cómo me miraría si se lo dijese? Al fin y al cabo, ser bisexual, me hacía mitad "pecadora", en vez de "pecadora" entera. Así que un mes después de empezar a salir con mi novia, después de mucho tiempo dándole vueltas y sin atreverme del todo, salí del armario con mis padres, les dije que salía con mi novia y que era bisexual. Hasta hace un año y medio o así no me di cuenta que en realidad no sentía atracción por los hombres, y en realidad jamás la había sentido, desde pequeña era así, mi mínima experiencia con ellos fue simple y nada excitante. Recuerdo el tiempo en que en el colegio, cuando era chiquitita, me gustaban niños de mi clase, por el simple hecho de que eran los niños que les gustaban a todas las demás, y porque en mi mente no tenía cabida más que eso, que los niños. Mi primera pareja ha sido y es una persona de mi mismo género, lo cual me ha ayudado a asimilar y aceptar mi sexualidad y a borrar de mi mente todo lo anterior, todo aquello que está mal visto por algunos. 

Hice vista atrás, al momento en el que salí del armario como bisexual en casa, y cuando llorando y riendo a la vez tras el peso que me quitaba de los hombros le preguntaba a mi madre, que lo había aceptado verdaderamente bien:

—¿Entonces, si fuera lesbiana sería diferente? 

Ella frunció las cejas dejando ver que sí que habría diferencia. Estaba claro. Si era bisexual seguía existiendo la posibilidad para ella de que trajera a casa algún día a algún hombre. Recordando eso, me he dicho a mí misma que debía callar el hecho de que era lesbiana. Bisexual en casa, lesbiana en la calle. Es algo que me dolía completamente porque odiaba hacer eso, por el resto de mis hermanes bisexuales, por mentir poniéndome como etiqueta una orientación sexual que no es la mía.

Ahora que han pasado los años me he atrevido a afirmarle a mi madre, que sí, que solo me gustan las mujeres y me he sentido fuerte. Creo que todes deberíamos sentirnos orgulloses del mínimo avance que hagamos en cuanto a este tema, porque incluso los pequeños pasos son grandes victorias.

·Has publicado un poemario. ¿Qué suponen para ti la escritura, la poesía, tanto en el terreno personal de tu día a día (que no deja de ser, también, político) como en forma de arma política para la lucha social?

La escritura ha sido desde siempre, para mí, una manera de evadirme, tanto leyéndola como escribiéndola. Ha sido/es mi salvavidas en mis peores momentos de salud mental, siendo una herramienta a la que acudir en momentos de crisis, un espejo en el que plasmar el dolor, una manera de dejar correr la sangre sin abrir ninguna herida. Me ha ayudado a liberarme en todos los sentidos de la palabra. He sido capaz de abrir mi mente y escribir sobre cosas que dan miedo y tienen mucho estigma en la sociedad, para así poder ser de ayuda a otras personas que estén pasando por lo mismo que yo y que necesiten esa palmadita en el hombro que susurre "yo te entiendo". También para dar voz a aquelles que no pueden ya gritar o que nunca han podido, como los animales no humanos, víctimas de LGTBfobia, de violencia de género....
Creo que desde siempre la literatura ha sido un modo de mostrar la cruda realidad de manera más suave pero ácida, para así abrir ojos y cerrar bocas. 

·En cuanto al susodicho poemario ¿qué puedes contarnos sobre este? ¿Qué nos dirías para convencernos de que queramos leerlo?

«Heridas con coágulos de rimas» es el poemario que el pasado otoño salió a la venta. Es un recopilatorio de algunos de los mejores poemas de mi blog y otros inéditos. Este poemario es un espejo de mi realidad, como persona con problemas de salud mental, entre otras cosas. Hay poemas de superación de TCA, poemas dedicados a mi yo oscuro, a mi maravillosa novia, del día a día siendo una persona con TLP, además de poemas feministas. Más que un poemario es una carta para conocer los lugares más recónditos de mi ser, para averiguar todo aquello que pienso pero que no me atrevo a decir. Son poemas duros pero a la vez llenos de superación —en cuanto a los que hablan de mi intento de recuperación de la anorexia—, también muy reales, en cuanto a los que hablan de mi vida teniendo TLP. 

Es un gran sueño que estoy viendo hecho realidad, el ver publicados mis versos, y me encantaría que me leyerais. Siempre he soñado con ser escritora. Esto es más de lo que creía poder alcanzar y no pienso rendirme. Espero que pronto pueda mostraros el nuevo poemario que acabo de terminar.

domingo, 26 de agosto de 2018

Entrevista: Luz Pichel, poeta

Os traigo una entrevista con Luz Pichel, poeta gallega con varias obras publicadas y cuyos poemas forman parte de algunas antologías.

1. Primero, me gustaría preguntarte ¿cómo empezaste a escribir? ¿Cómo reaccionó tu entorno? Creo que muchas de nosotras empezamos a escribir pronto, desahogando nuestros sentimientos y percepciones en la poesía, pero aunque desde el momento en que mi familia supo que escribía me apoyaron, me consta que no siempre es así (especialmente con la poesía).

No siempre es sencillo saber cuando empezamos a escribir, cuál es el momento en que pensamos lo escrito como poema (relato etc.). No sé hasta qué punto los “desahogos de diario”, tan valiosos, tan importantes en la construcción de la persona, pueden llamarse escritura. Cuando aquella maestra me soltó “si fueras rica podrías llegar a ser escritora” (escuela rural mixta, años cincuenta, ninguna posibilidad aparente de cursar estudios más allá de una primaria miserable) mi memoria grabó la frase para que yo todavía pueda reproducirla ahora. Quizás fue ahí donde empecé a escribir, sin escribir aún. Después, los desahogos, el silencio, lo secreto. Mucho después, la intención, querer construir un relato o un poema, querer que lo fueran. Los primeros intentos de leer “mis cosas” a mi entorno más próximo no interesaron, me sacaban de sus casillas. En un concurso de poemas sueltos que no gané, Carlos Murciano se interesó por mi poema y aquello significó un empujón. Poco después, la Ed. Torremozas me incluyó en sus “VOCES NUEVAS”. Era 1989, yo tenía más de 40 años, llegaba tarde a empezar a pensar que a pesar de haber nacido en aquella aldea, a pesar de lo otro y lo otro y lo otro, iba a poder escribir siempre que alguien de esa familia expandida que son los/las poetas me soplara un poquito. Para entonces ya había tirado a la basura una buena cantidad de versos. Siempre he necesitado que los afectos me empujaran. Ahora también. Tengo mucha suerte.

2. Hablando de los primeros años, querría preguntarte sobre tu niñez. Creo que nuestra niñez marca muchísimo nuestra poesía posterior, al menos en mi caso ¿cuáles son tus recuerdos más nítidos, y cómo crees que estos se reflejan en tu poesía?

Hay una casa de piedra en una aldea que se llama Alén. Arriba duermen los niños y los padres; abajo, las vacas. Hay una vaca pariendo y el bichito viene con la pata doblada (mi hermano Pepe, que tendría 15 años, lo soluciona. La vaca, agradecida, lo lame antes de lamer a su hijo). Hay una escuela con dos idiomas, el de la maestra y el de los niños, cada cual habla el suyo, se entienden. Alén quiere decir “más allá”. Antes de empezar las clases bajaba el marido de la maestra, que no era maestro pero era fascista y venía a obligarnos a cantar una famosa canción que se cantaba con el brazo extendido y la mano también extendida y así como hacia lo alto y hacia lo lejos. El “maestro” no tenía oficio conocido pero los vecinos le hicieron un gallinero donde hacía cosas muy feas. La maestra no era mala y muchas veces estaba de mal humor, claro. Había muchas clases de palos: los de apoyarse mi padre, los de conducir el ganado, los de pegar a los niños, los de encender el fuego. Al encender el fuego tooooda la casa se llenaba de humo. Había sabañones. Había una hermana mayor que hacía de mamá de los otros seis, tenía 14 años. La mamá era una princesa que se había ido a Barquisimeto, un país que pertenecía a la ciudad maravillosa de Venezuela. Cuando alguien regresaba de allá, nos traía cajas de zapatos llenas de calcetines de parte de la mamá. Después se fue mi hermano mayor y le pedí que al volver me trajera unos zapatos. Después se fue mi hermano siguiente porque era enfermo. Después se fue mi hermana-mamá y eso fue lo peor y no me gusta recordarlo. Los dos más pequeños lloramos mucho por las calles de Vigo, al ir a acompañarla al barco. Desde entonces, este hermano mío y yo fuimos siempre uña y carne y así seguirá siendo y aunque estemos muuuuuy lejos.   Siempre había frío. Hambre hambre, lo que se dice hambre no hubo nunca. Papá hacía muy buen pan. El caldo gallego es un alimento pobre muy completo. En el campo las postguerras se sobrellevan mejor. Galicia es el país de la patata.
Mi poesía no se comprende sin este mundo. Todo esto está allí. Mi lengua de la poesía es la de mi gente de Alén y no estoy dándomelas de aldeana, estúpido.

3. Algo que siempre me ha llamado la atención de la poesía, y que de más pequeña me frustraba incluso, ha sido el tópico de que todos los poemas (o casi todos) versan sobre el amor de pareja. Yo, la verdad, cuando escribo suelo escribir más sobre mí misma y sobre lo que me rodea; incluso creo que les he escrito más poemas a mis amigas que a mis parejas. ¿Cuál es el papel del amor en tu poesía? Y ¿crees que el amor va ganando protagonismo en la poesía de una según madura y crece?

No sé si atreverme a decir que la poesía es un acto de amor (también es un acto egoísta, ¿como siempre el amor?). Si hay amor en mi poesía, entendido como fascinación por algo-alguien, es el amor por el lenguaje.

4. Yo di con tus poemas gracias a la antilogía Raíces, donde compartes páginas con las tres poetas Francisca Aguirre, Luisa Castro y Amalia Bautista. ¿Qué supuso para ti la oportunidad de formar parte de esta "antilogía"? Y, partiendo de que se trata de un compendio de poemas escritos por mujeres en una sociedad como la nuestra (y en un mundo tan masculinizado como lo es el de la literatura) ¿qué crees que la hace diferente de la usual antología compuesta por decenas de poemas escritos por hombres?

Estar en la “antilogía” RAÍCES supuso sobre todo una celebración de la amistad y de las casualidades sorprendentes de la vida. De pronto, María Sotomayor, alguien que desconocía mi amistad con las tres poetas y mi admiración por ellas, nos reúne en un libro. Una fiesta encontrármelas en una antología muy completa de cada una de las cuatro, un libro cuidadísimo por parte de Casimiro Parker.
 Claro, el hecho mismo de haber seleccionado sólo mujeres ya puede parecer extraño. Con toda seguridad no pareció igualmente extraña la antología anterior de cuatro hombres por parte de la misma editorial. Ahí es donde se aprecia hasta donde sigue viva la discriminación de la mujer.

5. En esa misma línea, me gustaría preguntarte sobre tu percepción de la situación de las mujeres en el panorama literario, y especialmente poético, en la actualidad. ¿Cómo crees que hemos avanzado y qué obstáculos nos quedan, todavía, por superar? ¿Crees que en la escritura de mujeres aparecen unos temas o se da un estilo propio, que no son tan comunes en la escritura masculina, o se tratan temas completamente universales?

Creo que hemos avanzado muchísimo, creo que la mujer ha tenido que demostrar tanto que al final eso ha redundado en una calidad muy alta en todo cuanto hace, no sólo (también) en poesía. Pero creo que el poder genera adicción y es la casa de los hombres desde siempre: no nos la van a abrir tan fácilmente, aunque reconozcan que deben hacerlo. Seguiremos ahí.
Me resulta difícil contestar a la última pregunta. Supongo que los temas de nuestra poesía serán tan diferenciables como nuestros mundos pero la poesía es sobre todo trabajo con el lenguaje, construcción. ¿Estamos las mujeres construyendo poesía de manera diferente por el hecho de serlo? Nuestros modelos artísticos, históricamente hablando, son mayoritariamente masculinos, ¿podemos evitar su influencia? ¿habría alguna razón para hacerlo?

6. Una pregunta que también le hice a Amalia Bautista y cuya respuesta me interesa mucho tiene que ver con el acercamiento a la poesía desde la infancia, desde los colegios y la literatura "para niños". Yo recuerdo que, cuando era más pequeña, la poesía no me llamaba la atención; quizás por el omnipresente tópico del amor de pareja ya mencionado, o porque nos hacían desmenuzar las estrofas antes que sentir los versos. ¿Tú crees que se propicia un acercamiento a la poesía, y a la literatura en general, desde la educación? ¿Cómo crees que se podría propiciar que más niños entren en contacto con el Universo de la poesía, que tan acompañados puede hacerles (hacernos) sentir?

Desde mi experiencia de profesora puedo afirmar que  la enseñanza de la literatura, tanto desde el currículum escolar como desde la práctica cotidiana por parte del profesorado en general, es deformante y desmotivadora porque no se atiende en primer lugar a lo esencial (la lectura y la escritura), no vaya a ser que lo pasemos bien, no vaya a ser que aprendamos a pensar. La enseñanza de la escritura nunca se ha concebido como parte de la enseñanza de la literatura, y lo es. La lectura no va antes que la información, sino después, si va. La cantidad de “contenidos” (habría que analizar esta palabra) es un despropósito. Desde hace cuarenta años, no se ha avanzado en absoluto, más bien se retrocedió. No hay interés en investigar, en hacer lectores, en educar para ser adultos que piensan con capacidad crítica. No interesa eso, no vaya a ser que.

7. Por último ¿cuáles son tus mayores fuentes de inspiración? Y ¿quiénes son tus principales referentes en lo que respecta a la poesía, quiénes son esos y esas poetas que te hacen desear escribir más y más y te acompañan en el dolor y en la alegría con sus versos?

Me inspira el trabajar. Me siento con mi ordenador en un lugar tranquilo, eso sí, y me pongo a trastear. No sale nada y de repente sale, pero no viene del aire sino de haber estado intentándolo. Mis poetas son tantas y tantos que la selección va a ser muy injusta. Y no es fácil saber quién te influyó más. Cuando en la década de los 80 leí a Luisa Castro (Baleas e baleas, Los versos del eunuco) encontré en ella una fuerza enorme. Me pasó lo mismo con otras poetas en aquel momento  mío de obsesión con la lectura de poesía (Blanca Andreu, Silvia Plath, Gertrude Stein...). Pero yo leí mucho a los clásicos mucho antes y supongo que han dejado huella también por ahí. Quienes actualmente me acompañan son mis amigas del Seminario Euraca, Patricia Esteban, María Salgado, Ángela Segovia. En realidad no te estoy respondiendo pero es que esta pregunta es incontestable.

domingo, 19 de agosto de 2018

Entrevista: Amalia Bautista, poeta

Os traigo una entrevista con Amalia Bautista, poeta madrileña que ha publicado numerosas obras y cuyos poemas aparecen en numerosas antologías.

1. Eres poeta, y me pregunto cuánto hace que empezaste a encontrarte a ti misma o a otras en tus propios versos; en definitiva, a escribir poesía. ¿Qué han supuesto la escritura, y la literatura en general, en tu vida? ¿Cuál crees que es el papel universal de la literatura, es decir, qué aporta al mundo que la hace única e imprescindible?

Empecé a escribir en la adolescencia, como todo el mundo. En esa edad de frontera, difícil y a menudo dolorosa, es muy normal escribir lo que sea, poemas, canciones, cartas, diarios, entradas de blogs, comentarios a blogs de otros… Siempre digo que lo raro no es empezar a escribir entonces, sino seguir haciéndolo después. No sabría decir lo que aporta la literatura al mundo, supongo que lo hace mejor o más completo, que nos regala cimientos para tener un pensamiento crítico y ser más libres. En cuanto a lo de encontrarme, creo que aún estoy en ello, y si algún día lo consigo será más por lo que leo que por lo que escribo.

2. En la línea del papel de la literatura en el mundo, me vienen a la mente las diferentes posturas sobre el papel que juega la literatura en la sociedad, y el papel que juega la sociedad en la literatura. Yo soy de las que piensan que sí, el arte es siempre político, aunque no lo sea a propósito; que las ideologías se transparentan en nuestras creaciones artísticas, así como en aquellas que consumimos. ¿Qué piensas tú de esto? ¿Crees que hay algún tipo de compromiso de los artistas, y especialmente de escritores y poetas, para con la sociedad de la que forman parte?

Más que político o ideológico, el arte, la creación, es actual. No se puede una abstraer del mundo y el tiempo en el que vive al escribir un poema, todo se cuela y se trasparenta, como bien dices, en las obras. Yo no soy una cuando vivo y otra cuando escribo o leo. Mis ideas, mi percepción de los hechos, la línea de mi pensamiento se manifiestan en una charla con amigos, en una poética, en la recomendación de un libro o en la factura de un poema. Y el compromiso reside simplemente en el hecho de estar ahí y hacer algo que, desde el punto de vista práctico, no sirve para nada ni es rentable.


3. También me gustaría preguntarte sobre tu perspectiva del panorama poético actual. ¿Crees que la poesía está decayendo, en el sentido de que cada vez es más "fácil" escribirla y ganar seguidores en redes sociales, o más bien que se está expandiendo, de forma que se vuelve accesible y cercana a más personas? ¿Hay alguna figura del panorama poético que, hoy en día, brille para ti por lo especial de sus versos y que te gustaría dar a conocer a las personas que nos leen?

Bueno, creo que últimamente se está hablando mucho de esto, y tampoco tiene tanta importancia. Todos los presentes están llenos de poetas, sobre todo porque la poesía es una actividad muy fácil de practicar, no requiere herramientas ni equipos especiales, se puede hacer en cualquier lugar, a cualquier hora y con cualquier clima. Ni siquiera se necesitan formación o conocimientos. Lo único que quizá caracteriza este presente frente a otros es la tecnología y, por lo tanto, podríamos definir esos productos como inmediatos y fragmentarios, precisamente porque están marcados por el medio que utilizan. En cuanto a recomendaciones, brillan hoy y siempre Rosario Castellanos, Francisca Aguirre, Ángela Figuera, Gloria Fuertes, Alfonsa de la Torre, Wislawa Szymborska, Ana Blandiana, Ana Ilce Gómez…

4. Yo me encontré por primera vez con tus versos gracias a la antología "Raíces", que recoge poemas tuyos, de Francisca Aguirre, de Luisa Castro y de Luz Pichel. ¿Qué supuso para ti la oportunidad de participar con tus poemas en esta antología? Destaca también el hecho de que es una antología centrada en cuatro poetas mujeres, tan a menudo invisibilizadas y menospreciadas en nuestra cultura; respecto a esto ¿cuál crees que es la situación actual de las mujeres en el panorama literario, y qué obstáculos crees que faltan por salvar?

Para mí fue un regalo y un privilegio que el editor me invitara a participar en esta antología, sobre todo, y que me perdonen Luz y Luisa, por compartir páginas con Paca Aguirre, a la que quiero y admiro muchísimo. Fue un libro muy especial, porque reunía a cuatro autoras de distintas generaciones, que tampoco teníamos nada que ver en cuanto a estilos, temas o referentes y que, quizá por todo eso, nunca habíamos estado juntas, y solas, en una antología. La literatura sigue siendo un terreno donde la igualdad brilla por su ausencia, aunque yo creo que ahora mismo hay más mujeres que hombres escribiendo y publicando. Sabremos que la igualdad real ha llegado cuando no sean necesarias las antologías de mujeres ni las preguntas de este tipo a las autoras para reivindicar su existencia y su visibilidad.

5. Como joven intento de poeta, a menudo pienso en cuánto tardé en acercarme a la poesía, en el sentido de que durante la mayor parte del tiempo que me la enseñaron en el colegio, sólo sentí que no la comprendía o que hablaba siempre de amor de pareja, y nada más, y a mí eso me quedaba todavía muy lejos. ¿Crees que el ambiente educativo facilita el acercamiento de las personas más jóvenes a la literatura en general y a la poesía en particular? ¿Cómo crees que se podría potenciar la sensibilidad poética de niñas y niños, haciéndoles sentir que la poesía sí es lo suyo e, incluso, que ellos y ellas también pueden escribir poesía?

Los maestros y la familia tienen mucho peso en esto. A mí sí me gustaba la literatura en el colegio y fuera de él. Y mis hijas la han apreciado desde muy pequeñas, quizá porque han visto libros en casa, han visto que la gente a su alrededor leía y hablaba de ello y, sobre todo, que formaba parte de la vida de una forma natural. Pero tampoco pasa nada si no todo el mundo disfruta de la lectura y mucho menos si no todo el mundo quiere escribir. No todo es para todos.

6. Por último, me gustaría preguntarte sobre aquello que es más recurrente en tu obra; y es que, cuando yo escribo, a menudo siento que estoy dándole vueltas siempre a un mismo sentimiento, o a unas mismas vivencias. ¿Crees que eso es común en la poesía, es decir, que las heridas y las revelaciones se repiten temáticamente aunque las expresemos mediante diferentes ademanes lingüísticos y metafóricos?

Claro que es común. Hay que tener claro que ya está todo dicho y, sin embargo, todo sigue siendo posible. Además, la obsesión también es patrimonio de los poetas y, aparte de las tres heridas de Miguel Hernández, poco hay a lo que recurrir, que merezca nuestra atención o nos revuelva para ponernos a escribir. Lo que sentimos como íntimo es, y debe ser, universal, igual que lo universal que nos llega en las obras ajenas podemos sentirlo como personal. Nuestras obsesiones contribuyen a  constituir y apuntalar nuestra identidad, nos señalan nuestro lugar en el mundo y nos sirven de escudo frente a él.

viernes, 6 de julio de 2018

Entrevista: Lara Losada, psicóloga, feminista y escritora

Os traigo una entrevista con Lara Losada (Twitter: @laralosadaa / Instagram: @laralosadaa), que se define así:

"Me llamo Lara, tengo 24 años, soy psicóloga y actualmente estudiante de máster en Estudios de Género. Soy feminista, vegana y escritora (he publicado dos libros con Ediciones en Huida). Actualmente diría que utilizo mis redes sociales no sólo como forma de expresión personal, sino también como un canal de comunicación para debatir, reflexionar y aprender sobre feminismo con otras mujeres. Además utilizo mi propia voz para desde la experiencia personal desestigmatizar la enfermedad mental y empezar a hablar de las cosas que nos incomodan y que la sociedad prefiere ocultar."

1. Eres psicóloga y estudias el máster en Estudios de Género. ¿Qué te llevó a estudiar psicología y qué te lleva después a especializarte desde una perspectiva de género, por qué lo primero y cómo crees que puede ayudar a la sociedad lo segundo (es decir, de qué forma puedes aportar tu granito de arena enfocando la psicología desde una perspectiva feminista)?

Decidí estudiar Psicología en 4º de la ESO. Mi abuela tenía Alzheimer y verla consumirse poco a poco me hizo entender que yo tenía que hacer algo al respecto. Que quería formarme para poder ayudar a otras personas que lo sufrieran y a sus familiares lo máximo posible. En seguida me di cuenta de que yo quería dedicarme a ayudar a los demás y cada vez estoy más segura de que esa es mi misión. Más tarde decido especializarme en Género pero ya no hay una razón sino varias. En primer lugar empiezo a adquirir conciencia feminista y lamento profundamente que en la carrera no se me diera una perspectiva de género que me parecía fundamental. Tampoco se nos habla de la violencia machista ni de la forma de ayudar a las mujeres maltratadas. Yo necesitaba hacer algo al respecto. Mi malestar con la opresión que sufrimos las mujeres siguió creciendo e, investigando, encontré este máster. Tenía muchas dudas por el miedo que genera saber que las expectativas laborales en este terreno tan necesitado de especialistas no abundan pero a la vez sentía la responsabilidad de comprometerme con mis ideales. Creo que la perspectiva de género se debe aplicar a todos los ámbitos de nuestra vida y que, en mi caso, como psicóloga puede suponer un punto fundamental a nivel profesional.

2. Te describes rápidamente como vegana y feminista (no necesariamente en ese orden). ¿Puedes hablarnos de tu primer acercamiento al feminismo o, mejor dicho, a los feminismos? ¿Qué han supuesto estos en tu vida, qué cambios han producido? ¿Y qué puedes contarnos respecto al veganismo, es decir, cuál fue el factor desencadenante que te llevó a hacerte vegana y cómo tratarías de explicarle a una persona que no lo comprende el por qué de este giro vital desde una perspectiva ideológica?

Suelo decir que ahora me doy cuenta de que siempre he sido feminista pero no lo reconocí como tal hasta hace tres años cuando empecé a informarme más sobre el movimiento y a quitar un poco ese barniz negativo que había recubierto a la palabra. Me definía como 'igualitarista' por pura ignorancia. Pero era feminista. El feminismo supuso para mí un cambio total en mi manera de percibir el mundo y mi lugar en él. No sólo como mujer sino como sujeto político, como persona sexual, como agente activa de creación y cambio. También fue duro darme cuenta de las violencias que sufrimos, de los condicionantes patriarcales que había interiorizado y que todavía me quedan, de las conductas discriminatorias que había normalizado y de los estereotipos que intentaba cumplir. El feminismo es, por pura definición, un movimiento que molesta. Sobre todo a los hombres que sienten sus privilegios atacados, pero también nos incomoda a las mujeres porque nos hace replantearnos nuestra situación e incluso nuestros gustos. Ser feminista es estar en constante aprendizaje, revisión y cambio. Y creo que eso es algo maravilloso. El veganismo llegó poco después del feminismo. Creo que adquirir conciencia sobre mi propia opresión me ayudó a empatizar con otras. Además recuerdo haber leído en twitter una frase que lo cambió todo que decía: 'si dices que te gustan los animales pero comes carne a ti no te gustan los animales, te gusta tu perro'. Estaba siendo una completa hipócrita y me obligué a informarme de todo aquello que no quería ver. Documentales, vídeos terribles, todo. Lo vi todo hasta que no pude más y dije 'basta', yo no puedo ser partícipe ni financiar esto. Va en contra de todo lo que yo defiendo. Fue un antes y un después en mi vida porque es una decisión sin retorno y que cada día estoy más contenta de haber tomado.

3. Además, eres escritora ¡con dos libros publicados! Uno es tu primer poemario, "Una chica azul"; y el otro, "Alejandra", la editorial Ediciones en Huida lo describe como un libro "escrito en prosa con un lenguaje claramente poético". Parece que la poesía es un componente crucial en tu vida o, al menos, en tu producción literaria. ¿Podrías hablarnos de tus primeros acercamientos, no solo a la escritura en general, sino a la poesía en particular? ¿De los autores, y sobre todo las autoras, qué más te han marcado e influenciado?

Es curioso porque empecé a escribir desde muy pequeña. Con ocho años ya presentaba pequeños relatos a concursos y esa inquietud se fue alimentando y creciendo hasta día de hoy. Sin embargo no llegué a la poesía hasta los dieciocho y fue a través de las redes sociales y de la nueva forma de entender la poesía que empezaba a surgir en los blogs. Ese primer acercamiento me llevó a profundizar mucho más y poco a poco a crear un gusto particular y también a querer intentar hacer eso que me gustaba consumir. Pronto me di cuenta de que la poesía me aportaba algo que las mejores novelas no habían conseguido transmitirme. No sabría decir muy bien el qué. Quizá cercanía. Hace ya un par de años que decidí leer a autoras, no exclusivamente pero sí sobre todo, por la necesidad primero de visibilizarnos más y, segundo, de encontrar referentes que sientan, piensen y sufran como yo porque compartimos ciertas experiencias vitales. Mi autora favorita (esto no va a sorprender a nadie que me conozca lo más mínimo) es Alejandra Pizarnik porque me hace sentir que ella ya lo ha escrito todo. Pero por supuesto también Sylvia Plath, Virginia Woolf, Wislawa Szymborska, Gloria Fuertes, Cristina Peri Rossi, Ana Rosetti...
 
4. Ahora, centrémonos en tus libros y en la perspectiva de género que podamos encontrar en estos. ¿Cómo crees que el feminismo, o los feminismos, han dado forma a tus creaciones literarias (o han ayudado a dar forma, al menos)? ¿Crees que escribirías historias distintas si no fueras mujer? Y, si es así ¿cómo crees que tus experiencias vitales como mujer en un patriarcado han influenciado tu escritura?

No me atrevería a decir que Una chica azul Alejandra son libros feministas ni con perspectiva de género, porque no creo que lo sean. Quizá en algún momento, alguna frase, pero no de una manera consciente porque cuando los escribí estaba muy lejos aún de la forma de pensar que tengo ahora. De hecho en ellos aún hay mucha inocencia, mucho amor romántico y muchas relaciones tóxicas y actitudes autodestructivas que a día de hoy rechazo totalmente. Pero entiendo que cuando lo escribí lo sentía de aquella manera y no reniego de ello. No nací siendo feminista y me alegro de poder mirar atrás y reconocer ahora actitudes o pensamientos problemáticos. El proceso de deconstrucción parece incómodo pero en realidad es mucho más amable. Sin duda escribiría diferente de no ser mujer. Estoy completamente segura de que al margen de mi interés y mi afición por la escritura y la lectura, son mis experiencias personales las que han marcado un rumbo y también una manera de expresarme y de entablar una especie de conversación con el lector. Hoy en día mi forma de escribir es muy distinta a los primeros libros porque yo también lo soy y siento que mi estilo ha evolucionado de la metáfora y los juegos de las palabras a un estilo mucho más directo, agresivo y activista. Suelo bromear diciendo que antes escribía porque estaba triste y ahora porque estoy enfadada, en realidad siempre ha sido una mezcla de las dos.

5. Nos cuentas que utilizas tus redes sociales "como un canal de comunicación para debatir, reflexionar y aprender sobre feminismo con otras mujeres". ¿Cuál es, o cuáles son para ti (mejor dicho, cuáles deberían ser); los objetivos primordiales de los feminismos en la sociedad actual? Y ¿recalcarías alguna o algunas experiencias concretas de aprendizaje, puertas que te hayan abierto otras mujeres en tu recorrido por el activismo feminista, conclusiones a las que no habrías llegado tú sola?

Para mí el objetivo del feminismo es la liberación de la mujer. Sé que es una respuesta concisa pero me resulta inabarcable hacer una lista de todos los aspectos donde la mujer tiene que ser liberada y todo lo que está mal y tenemos que cambiar socialmente para que esto ocurra, así que espero que así se entienda. Evidentemente hay objetivos como erradicar la violencia machista, la violencia sexual o la mutilación femenina que me parecen primordiales pero no me gustaría hacer una lista que pudiera indicar que jerárquicamente considero unos aspectos más importantes que otros porque no es así. Toda violencia contra la mujer surge de la misma raíz, del machismo, del patriarcado, y por tanto entiendo que la lucha debe ser contra el sistema para que el cambio sea real y no puntual. En cuanto a tu segunda pregunta, desde luego, sin duda. Para mí si no es interseccional no es feminismo y esto me ha llevado a aprender muchísimo de otras mujeres y de otras culturas, a salir de mi eurocentrismo y asumir también, por ejemplo, mis actitudes racistas interiorizadas. He aprendido y aprendo mucho a diario leyendo y escuchando a compas sobre mujeres migrantes, mujeres árabes, mujeres gitanas, feminismo negro o feminismo chicano. Asumiendo además que como mujer blanca cis y europea estoy llena de sesgos y de actitudes que oprimen a otras personas. Como te he dicho antes creo que el feminismo nos mantiene en constante alerta, revisión y cambio. Y el crecimiento que esto supone es lo verdaderamente enriquecedor. 

6. También mencionas el campo de la salud mental (en el que se han centrado tus estudios, además). Volviendo a los objetivos primordiales: ¿cuáles son tus principales exigencias hacia la sociedad en materia de salud mental? ¿Cómo crees que tú misma formas parte de la lucha por la dignidad en el ámbito de la salud mental?

Voy a intentar responder a las dos preguntas en una sola respuesta. Mi principal lucha en este sentido es la desestigmatización de la enfermedad mental. A día de hoy sigue siento un tabú y sigue habiendo muchísima desinformación a pesar de que cada vez trastornos como la ansiedad o la depresión son más comunes en nuestra sociedad. Lucho por exponer la cruda realidad. Otra verdad que incomoda, porque la depresión no es estar triste, la depresión es un vacío inabarcable. Y cuando digo cosas como 'llevo cinco días sin ducharme ni lavarme el pelo y sin comer y sin salir de la cama' lo que pretendo no es victimizarme sino exponer un problema social: existen realidades que preferimos no ver, y del feminismo aprendí que 'lo que no se nombra no existe'. Tenemos que hablar de ello porque si no no podemos empezar a cambiarlo. Necesito que la sociedad entienda que la salud mental es tan importante como la física y que si cuando te duele la tripa no puedes ir a trabajar cuando yo te digo que no puedo salir de casa porque la ansiedad no me deja moverme tienes que respetarlo de la misma manera.

7. Si por mí fuera, podría pasarme horas haciéndote preguntas sobre salud mental. Es un tema para mí crucial, que llega a condicionar mi vida desde mi posición de "loca" para la sociedad. Pero intentaré ser breve: ¿qué opinas de los modelos de la psiquiatría tradicional, y si tienes alguna queja, conoces o propones alguna alternativa a la medicalización llevada al extremo?

Mi experiencia con la psiquiatría no ha sido muy agradable precisamente, por decirlo de una manera sutil. Desde mi punto de vista la manera de abordar cualquier trastorno es la atención psicológica, es decir, la terapia. Es cierto que en ocasiones es necesaria la medicación, normalmente sólo por ciertos períodos de tiempo, y estoy completamente a favor de ello siempre que se haga de forma complementaria a la terapia psicológica. No entiendo que la medicación por sí sola pueda curar ningún trastorno y me parece peligrosa la facilidad con la que en muchas ocasiones se recetan antidepresivos o ansiolíticos en las consultas médicas sin recomendar siquiera el paso previo por la terapia.

8. Por último, estoy segura de que a todas nos gustaría conocerte un poco más. Háblanos de aquellas aficiones, intereses, vínculos que prenden una chispa en la penumbra de tus días más tristes o apáticos. Deporte, espiritualidad, activismo, arte en todas sus formas (tanto como consumidora como desde tu papel de creadora), lazos con otras mujeres y con otras personas en general... ¡háblanos un poquito más de ti!

Ay, jajaja. Siento que ya he dicho muchísimo sobre mí. Qué más, qué más. Bueno, últimamente me he aficionado a la fotografía y creo que puedo estar encontrando otra forma de expresarme sin utilizar palabras y eso me parece muy guay. Estoy segura de que esta semana voy a terminar el que será mi tercer libro [cuando la entrevisté, "Emocional" todavía no se había publicado] y estoy muy ilusionada. Sí puedo decirte que este será sin duda un libro feminista. Cuando tengo un día malo suelo ponerme pelis que, aunque en general se consideran malas, yo soy más del grupo de personas a las que les flipan para alegrarse, tipo Mean Girls, High School Musical o Pitch Perfect. Si te digo la verdad no hago nada de deporte porque soy demasiado vaga y mi fuerza de voluntad para esto ha demostrado ser nula. Me gustaría no ser así, no te voy a mentir. Tampoco me considero una persona espiritual, la verdad. Es cierto que tengo temporadas en las que creo en cosas como las energías o el destino pero en general me considero muy atea, aunque creo que decir agnóstica sería una posición mucho más prudente, pero bueno. Y por último... No llamaría a esto información de interés, pero mi fruta favorita es el mango.