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jueves, 17 de enero de 2019

Entrevista: Elana Dykewomon, activista, escritora y profesora lesbiana

Elana Dykewomon es una activista, escritora, editora y profesora lesbiana judía estadounidense. Es autora, entre otras obras, de la novela Beyond the Pale (narrativa lesbiana varias veces premiada); así como de numerosas obras en prosa, poesía y ensayo. Se dedica, en sus propias palabras, a cambiar el mundo palabra por palabra. Aquí va la entrevista (y aquí la entrevista, también en inglés).


·Eres una activista, editora y escritora lesbiana, judía. Para muchas personas, esta elección de palabras, estas palabras hilvanadas no tienen sentido en absoluto o les parecen una contradicción, una imposibilidad. Pero no lo son ¿cómo influye el hecho de que seas judía en tu vivencia como lesbiana, y viceversa? ¿Cómo llegaste a denominarte a ti misma así; a reconciliarte contigo misma siendo ambas?

Soy judía secular, atea y espiritual, así que no tuve que pasarlo mal con las escrituras religiosas una vez me convertí en adulta (aunque mi familia de nacimiento era algo practicante en cuanto a la religión, en el sentido de deberías-saber-quiénes-son-los-tuyos del post-Holocausto). Quizás sea un poco más complicado; yo sabía que era lesbiana cuando era niña, y tenía una profunda sensación de ser una forastera entre los forasteros. Los movimientos de las mujeres y de las lesbianas me salvaron la vida. Muchas lesbianas judías se convirtieron en activistas entonces. Yo descubrí, cuando estaba escribiendo mi novela, Beyond the Pale, que las mujeres judías han sido activistas en Estados Unidos desde que estamos aquí, sobre todo en la Etapa Progresista (1890-1920). Ser judía permea mi sentido del humor, mi noción de ser diferente; no precisamente al contrario que ser lesbiana, en muchos sentidos. He escrito tanto novelas como ensayos sobre esto, y editaré una nueva antología de escritos de feministas judías como número de Sinister Wisdom, con Judith Katz, en 2019.

·Últimamente he estado leyendo sobre teología feminista; me resultó un shock tan grande descubrir que había una teología más allá de las palabras y la violencia de los hombres religiosos y de sus instituciones. ¿Qué papel crees que la teología feminista, y sobre todo la teología feminista judía, juega en nuestra comprensión de nosotras mismas como mujeres espirituales y aun así rebeldes? ¿Y cuáles son los principales retos por afrontar para las feministas espirituales y religiosas hoy en día?

Conozco a algunas feministas judías religiosas, muchas de las cuales sitúan su sentido de la espiritualidad alrededor de la presencia de mujeres, tanto dentro como fuera de las escrituras. Algunas de mis amigas creen en los textos sagrados del judaísmo, y han trabajado re-interpretando y expandiéndolos tanto como inclusivos de, como en forma de celebración de las mujeres. La poesía siempre ha sido mi faro en lo que respecta a nutrirme y encontrar un sendero espiritual; y los antiguos textos están llenos de poesía, así como de la violencia y misoginia que hemos experimentado. Los retos que las mujeres afrontamos en las instituciones religiosas son mayormente políticos, creo yo, como lo son nuestros retos en todas partes dentro de organizaciones jerárquicas. Si yo fuera la encargada de elegir “el” texto religioso, elegiría la poesía y los comentarios de lesbianas como Irena Klepfisz, Audre Lorde, Chrystos, Gloria Anzaldúa.

·Como lesbiana, muy a menudo siento que el activismo LGBTI mayoritario se centra principalmente en las experiencias masculinas de la violencia, del prejuicio y de la opresión. Hoy en día hay un mayor enfoque de las identidades y la Historia de las mujeres lesbianas, bi, trans e intersex; pero aun así siento que nunca se cubren nuestras necesidades cuando se trata de la necesidad de praxis y políticas verdaderamente transversales y centradas en las mujeres. ¿Cómo te sientes acerca de esto? ¿Cuál es tu visión en lo que respecta a la reunión de las personas LGBTI para subvertir el patriarcado y organizarnos contra su violencia, al mismo tiempo que se aboga por un separatismo lesbiano parcial e incluso total?

Esta es otra respuesta de longitud de libro. Mi propio deseo e inteligencia es bastante simple: quiero centrarme en las mujeres y en las lesbianas porque creo que nos merecemos la completa atención de cada una de cada una y de la otra. Ha sido sólo a lo largo de mi vida que la palabra “lesbiana” ha empezado a poderse decir en voz alta en lugares públicos; y aun así, en tantos. Tenemos el derecho de conocernos las unas a las otras en nuestra propia compañía; es el primer paso hacia la auto-definición.
También he llegado a apreciar y participar en trabajos de coalición, y creo que las coaliciones más fuertes son aquellas en que los participantes de la coalición provienen de comunidades de base fuertes, las conceptualicemos o no como separatistas. Sé que debemos ser conscientes de nuestros enemigos de forma interseccional (es decir, estar constantemente alerta respecto a la supremacía blanca, el colonialismo, el clasismo, el capacitismo y la misoginia). Y está claro que todas esas instituciones de la opresión existen dentro de nosotros, consciente o inconscientemente. Ser activista implica estar alerta respecto a tu propia psique, implica crecer y cambiar. Y aun así no quiero que la reacción a la opresión sea lo que define mi compromiso. Quiero trabajar por una visión de un mundo mejor.

·Eres una escritora y editora prolífica. Para mí, como para muchas otras mujeres, la cultura es un arma en sí misma, o como mínimo nos ayuda a hacer de nuestras propias experiencias de vida y nuestras relaciones un arma para combatir el patriarcado. ¿Cómo es el mundo del libro cuando hablamos de ser una mujer que escribe y edita, y sobre todo cuando eres lesbiana sin una pizca de arrepentimiento? ¿Cuál sería tu consejo para las jóvenes lesbianas como yo ahí fuera que sacamos nuestras propias palabras y nuestro propio arte ahí fuera pero seguimos asustadas e inseguras de nuestro propio poder?

El mundo del libro… depende de qué mundo del libro y en qué país. En Inglaterra, por ejemplo, las escritoras lesbianas blancas han tenido bastante éxito mayoritario. En Estados Unidos, no tanto. Pero aun así en Estados Unidos hay un buen número de editoras lesbianas; con mayor éxito en lo que respecta a la ficción de género (misterio, romántica, especulativa), pero también a la ficción “literaria”, la no ficción y la poesía. Hay una conferencia nacional anual específicamente para escritoras lesbianas (Golden Crown) y un buen número de otras regionales. Las conferencias literarias LGBT han sido, desde mi experiencia, acogedoras con la participación lesbiana. Que te publiquen cuando estás empezando es un problema; y la proliferación de plataformas en redes sociales lo hace más complicado, hace más difícil que se te oiga entre el ruido de fondo general.
Mi consejo para las jóvenes escritoras lesbianas: entrad en grupos de apoyo de escritura de otras escritoras lesbianas (u otros escritores con quienes sintáis un compañerismo). No tengáis miedo de empezar a compartir vuestras ideas e inspiración con el resto, y empezad a enviar vuestro trabajo a revistas y publicaciones que sean un reflejo de las comunidades de las que queráis ser parte. Algunas de mis amistades más maravillosas son con las escritoras lesbianas con las que “maduré” en los setenta; a menudo no estábamos en el mismo lugar al mismo tiempo, pero compartíamos el deseo de escribir abiertamente como lesbianas sobre la experiencia lesbiana (así como cualquier otra cosa que quisiéramos abordar). Jewelle Gomez, Gloria Anzaldúa, Dorothy Allison, Irena Klepfisz, Chrystos (y las escritoras que llegaron justo tras nosotras y antes de nosotras) le dieron un sentido a todo mi mundo. Así que encontrad vuestra cohort, haced vuestro trabajo, publicad tan pronto como podáis, no tengáis miedo de lo que pensáis, ni de que lo que el resto piense de vosotras. No os distraigáis con el ruido de Internet o la sensación de que no “estáis ahí fuera lo suficiente”. Escribir no es un trabajo fácil, pero si es lo que experimentáis como lo que necesitáis hacer, seguid trabajando.

·Hablando de libros ¿hubo uno que jugara un papel esencial en tu propio entendimiento de ti misma como la persona que eres hoy en día, una activista y creadora imparable?

La primera novela que leí de una lesbiana con temas “homosexuales” fue Nightwood, de Djuna Barnes; una visión inquietante y confusa de lo que pasa con la intimidad cuando se desprecia a las personas. Y después leí mucha literatura pulp, en la que las lesbianas siempre mueren o se vuelven hetero. Supongo que estas fueron formativas en el sentido de que determiné que escribiría una novela lesbiana con final feliz, y fui afortunada de publicarla con una de las primeras casas editoriales lesbianas, Daughters, Inc. en 1974. Después de eso, Zami, de Audre Lorde, y Les Guérillères, de Monique Wittig, fueron fundamentales para mi desarrollo como escritora. Oí´recitar a la gran poeta bisexual, Muriel Rukeyser, en una concentración contra la Guerra de Vietnam en 1968. Ella era la única mujer entre todos los tíos “guays”, y su determinación moral y su presencia (una emisaria de la conciencia del mundo de las mujeres) tuvieron un profundo efecto en mi capacidad de verme a mí misma como poeta y activista.

·Hoy en día, me da la impresión de que las redes sociales son para todos la principal fuente de conocimiento sobre política y sobre la sociedad, sobre nuestras propias identidades y resistencia también. Todos tendemos a organizarnos a través de las redes sociales, creamos conciencia a través de las redes sociales e incluso llamamos a la acción desde allí, también. Sin embargo, como la joven lesbiana y loca que soy, con algo de experiencia con la organización de las mujeres en un colectivo feminista local en mi ciudad en el pasado, me parece que nunca deberíamos olvidar el papel fundamental que juegan los encuentros comunitarios y el hecho de juntarse con otras mujeres que aman a mujeres para compartir nuestras experiencias, para auto-editar nuestros propios fanzines y para manifestarnos y protestar e incluso para llorar y rabiar juntas. ¿Cómo lo ves tú? ¿Es la escena política y activista muy diferente de como era cuando tú empezabas, y en qué crees que hemos mejorado y hay algo a lo que le estemos perdiendo el rastro?

Volvamos al final de mi anterior respuesta sobre Muriel Rukeyser. Es importante aparecer en persona. Internet está lleno de ruido. Sí, es mucho más factible que muchas más personas se enteren, así como ser consciente de muchas más cosas al mismo tiempo. Eso es importante. Pero dificulta la elección; somos individuos con energía limitada. Tenemos que elegir conscientemente donde queremos invertir esa energía y con quién queremos trabajar. A veces nos sobrepasa tanto la información que todo lo que Podemos hacer es firmar peticiones y ser testigos en la distancia. Es importante juntarse con otras personas y trabajar en cosas específicas. Nadie puede hacerlo todo, pero todo el mundo puede hacer algo. Tendemos a perder la noción de eso; y es una de las primeras lecciones del activismo: elige proyectos que puedas completar y sentirte orgulloso de haber participado en ellos.

·Por último, tengo curiosidad sobre tus próximos proyectos y libros. ¿Podrías hablarnos de alguna cosa en la que estés trabajando? Y ¿cuál es la frase o el mantra con la que te quedas cuando hablamos de resistencia lesbiana?

Actualmente estoy trabajando en una obra de teatro sobre los dilemas morales que confrontamos cuando nuestras personas cercanas (parejas, progenitores, hermanos, amigos) nos piden que les ayudemos a morir. Mi esposa, Susan, desarrolló demencia y un trastorno convulsivo el año vigésimo quinto que llevábamos juntas; y murió el vigésimo séptimo. La obra se inspira en mi experiencia con ella, y la experiencia de buscar consejo de muchas otras mujeres que han lidiado en sus propias relaciones con el derecho a morir. También voy a editar un número de Sinister Wisdom con Judith Katz sobre lesbianas judías el año próximo. Esos son mis dos proyectos principales; también tengo un par de libros de poemas en el ordenador, esperando a que los organice.
¿Un mantra? Llevo atascada en esta pregunta semanas. Porque no es una simple frase; es toda una vida de gestos e interacciones. Es Gloria Anzaldúa sentada en el suelo de su casa de Santa Cruz conmigo, dibujando una imagen del dios azteca que fue enterrado en trozos desmembrados y renació de nuevo entero, para ilustrar el reto que nosotras, como escritoras lesbianas, afrontábamos. Es mi compañera, Susan, después de que Lucy Jane Bledsoe viniera a casa la semana que Susan murió, y nos ofreciera una lectura privada; alzando los brazos de felicidad, diciendo “¡Tantas lesbianas!”. Es mi primera amante, de cuando teníamos 17 años, viniendo al funeral de mi madre sin que hiciera falta que yo se lo pidiera. Es el placer de ir al estreno fuera de Broadway de la obra de Jewelle Gomez, Waiting for Giovanni. Es mi amistad de 40 años con Dolphin, que pasa la mayoría de las noches de viernes conmigo desde que Susan murió. Son todas las conexiones; una letanía de escritoras lesbianas y amigas con las que he tenido el privilegio de conversar, y la profundidad de la amabilidad que nos hemos demostrado las unas a las otras. Ninguna frase sola lo abarca. Pero mantengamos siempre las banderas de la amistad y de la amabilidad a la vista.

domingo, 30 de diciembre de 2018

Entrevista: Ángelo Néstore, poeta, actor, profesor y traductor

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Os traigo una entrevista con Ángelo Néstore, poeta, actor y profesor en el Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Málaga.

Actualmente co-dirige el Festival Internacional de Poesía de Málaga Irreconciliables y la editorial de poesía feminista La Señora Dalloway. Ha publicado Adán o nada (Bandaàparte Editores) y Actos impuros (Ediciones Hiperión, XXXII Premio de Poesía Hiperión).
Con dieciocho años se alzó con el Premio a la Mejor Interpretación Masculina en el Concurso Nacional de Teatro Vittorio Gassman de Roma. Su últimas obras teatrales son el monólogo en homenaje a Gloria Fuertes Esto no es un monólogo, es una mujer  (autor y director) y la pieza en solitario Lo inhabitable, en la que dialogan poesía, teatro y performance. Recientemente se le ha otorgado el Premio Ocaña a su trayectoria poética en el XXII Festival Internacional de Cine LGBT de Extremadura.

·Para mí, tu poesía aúna la Historia compartida y la individualidad única en un conjunto de versos que hablan, como pocas además de la Literatura pueden hacerlo, de una genealogía que retrocede muy atrás en el tiempo pero que se expresa en ansias y dolores contemporáneos. ¿Cómo ha sido el proceso de desarrollar tu propio estilo a la hora de escribir, y cómo ha cambiado todo desde que empezaste a hacerlo por primera vez?


Realmente, mi historia con la escritura es un poco peculiar porque comencé tarde, con 25 años. Empecé a escribir en castellano, lengua que aprendí con 21 años. En realidad, nunca me había lanzado a la escritura, ni siquiera en Italia, por ejemplo, el país donde pasé los primeros los 21 años de mi vida.
Tengo la sensación de que he ido acumulando dentro de mí durante todo este tiempo mucho material vital que de repente he lanzado al mundo, y realmente, al reflexionar sobre esto, sentía casi una frustración cuando me subía, por ejemplo, a un tren y de repente aparecía una imagen… Lo típico que nos pasa a las personas que escribimos. Pero trabajaba sobre todo con lo visual; recuerdo por ejemplo la imagen de una silla de plástico al lado de un árbol, de un olivo, en un tren, me preguntaba por qué había acabado allí, me inventaba una historia.
Quiero decir que en todo este recorrido vital nunca me había planteado que ese podía ser el germen de la escritura. Sin embargo, con 25 años, todo cambió y fue gracias a la traducción, porque traducir tiene mucho que ver con la interpretación, algo a lo que sí me he dedicado desde temprana edad; te metes en la piel de una autora y, de repente, eres esta autora en otro idioma. Empecé a traducir a María Eloy García, y después de traducirla, no conseguía quitarme la máscara; y me di cuenta de que quizás esa máscara me pertenecía a mí también.
Y a partir de ahí rescato todo un Universo que tenía dentro, y de la lectura. A mí, por ejemplo, me ha influenciado mucho la lectura de Pasolini, de Leopardi… sobre todo son referentes italianos, y desgraciadamente, masculinos todos; porque es lo que de pequeño leía en los libros de textos. Pero luego sí que empecé a acercarme a los feminismos a través de Virginia Woolf, que sé que es muy cliché, pero es verdad. A los 15 años leí a Virginia Woolf y empecé a hacerme preguntas como: ¿por qué no hay más mujeres?
Y allí emprendí este camino, que he llevado dentro hasta los 25 años. Por eso quizás en mi proceso creativo, en mi escritura, intento crear un puente entre estos distintos momentos de mi vida, que tienen que ver también con distintos momentos históricos y mi manera de abordar el Arte y la Poesía en un contexto distinto con respecto al español. Yo, de España, me sabe mal, pero prefiero ser honesto; era muy cateto, sólo conocía El Quijote. Y a partir de los 21 años fue todo leer, aprender el idioma… empezar a construir mis referentes. Pero ya podía empezar a construir desde una visión un poco más crítica.

·Pero no podemos hablar de tu poesía sin hablar de la ruptura con la norma, de la honestidad de saber que o rompemos con el rol de género impuesto y con la imposición de la heterosexualidad, o nos rompen ellos a nosotras. ¿Hay algo que caracterice a la poesía queer, a la poesía LGTBI, esa poesía que va “más allá” del supuesto del binario hombre/mujer y del esquema heterosexual? ¿Qué crees que es lo más fundamental que la poesía puede aportarnos a las personas que nos salimos de esas normas, y viceversa?

Desde luego, yo no concibo la poesía (o mi manera de hacer poesía) sin que sea política. Porque en el momento en que abres una ventana hacia el mundo y decides compartir algo que tiene que ver con una reflexión, no es un texto espontáneo, sino que es un texto que surge a raíz de una reflexión y no puede no ser político. Es muy importante compartir. Y está claro que yo tengo otros textos que igual decido no compartir porque, aunque no pretendo que sean Universales, me gusta que los textos puedan trascender lo personal, y se conviertan en algo político. Y ahora más que nunca, después de lo que pasó anoche. La poesía queer puede poner de manifiesto los esquemas del poder normativo y patriarcal y poner en el centro otros sujetos que siempre han sido silenciados. Y que hoy en día, después de lo que pasó ayer, por ejemplo, en las Elecciones andaluzas, te das cuenta de que se siguen empleando como herramientas para obtener poder. Es decir, un partido como VOX ¿qué elementos, qué sujetos, utiliza para poder justificar su poder, o para poder adquirir un poder, que físicamente son escaños? Un discurso que va contra personas homosexuales, inmigrantes… Evidentemente, todo el tema también del machismo, contra las Leyes que tengan que ver con la Violencia de Género. Otra vez, se está intentando desplazar a estos sujetos.
Lo que creo que hace cada vez más necesaria la poesía queer es no sólo visibilizar, porque eso ya con el tema de las redes sociales y todo lo que se está haciendo, ya la convierte en una herramienta más; pero lo que puede hacer esta disciplina es dotar de un sentido político esta visibilización, esta reflexión.
Y sobre todo, vincular este empoderamiento a aspectos de la vida cotidiana. Porque la poesía muchas veces, la que yo hago, intenta recoger cosas que ocurren en la vida y ofrecer una visión, un punto de vista. Es como ver lo mismo pero desde otro prisma. Y la vida, desgraciadamente (y no), te da todos estos objetos a los que dirigir la mirada.

·A ese respecto ¿cómo ves el panorama actual del mundo editorial, literario y poético en lo que se refiere a la aceptación e incluso reconocimiento de poetas LGTBI, poetas queer? ¿Cómo de rígido es el molde que trata de aprisionarnos a quienes escribimos fuera de los márgenes, o nos lo hemos cargado ya?

Resultado de imagen de libros angelo nestoreNo, desgraciadamente, no. Aún estamos trabajando dentro de unos moldes rígidos en los que prima siempre, a nivel editorial, la venta. Prima el beneficio económico y todo se mercantiliza; lo estamos viendo, cómo se mercantiliza la poesía y cómo se convierte en un género de grandes ventas.
Sin embargo, también creo que aunque siga el sistema neoliberal muy vinculado a los círculos de producción de la poesía, y de difusión de esta, últimamente están naciendo propuestas muy potentes, contraculturales, y que apuestan por un cambio verdadero. Y por ofrecer miradas distintas.
Se me ocurren, por ejemplo, editoriales más pequeñas, lo que no significa que no sean editoriales que están luchando en esta dirección; harpo libros, ya lo dijo Casimiro Parker, saltadera, tránsito, Amor de Madre… las hay, hay realidades como estas, que existen y que están haciendo una labor impresionante.
Y también te digo una cosa que es verdad, y no me gusta mucho hablar de mí en ese sentido, pero el haber sido otorgado un Premio Hiperión, un premio canónico, mainstream, a un libro que se expresa en estas condiciones, es significativo. Está en un contexto temporal y político en el que ha sido posible colarse, porque para mí se ha colado. Y eso lo reivindico mucho.
Cuando me preguntas si ya nos hemos cargado estos moldes, pienso en algo que reivindica una autora estadounidense, Alison Bechdel, que lo hace desde su disciplina, el cómic, y aunque empieza desde los márgenes, con un discurso subversivo… ahora está dentro de la norma, quiero decir que trabaja desde allí. Y yo creo que eso es muy importante; y no podemos conseguir un cambio si no nos desplazamos también hacia la norma. Reventarla desde dentro, y con esto me refiero a darle la vuelta. Por eso me alegra, a través de este libro, haber llegado a una editorial mainstream; todo lo mainstream que puede ser el mundo de la poesía.

·Eres, además de poeta, actor, traductor, profesor y editor. A veces resulta desmoralizante querer dedicarnos en cuerpo y alma al mundo de las letras y de las artes en general, porque parece que no se puede vivir de esto; a mí, además, me llega a desanimar ser consciente del canon literario preexistente, ya que a veces parece que la única Literatura y el único Arte con mayúsculas sean los del varón blanco, occidental, heterosexual… ¿Qué nos dirías a todas aquellas personas que queremos dedicarnos de alguna forma a escribir, a editar (y auto-editar), al Arte en general? ¿Cómo ha sido tu experiencia como artista multidisciplinar, y cuál es para ti el futuro para este mundo tan rico pero al mismo tiempo tan obstaculizado a veces?

Yo, realmente, digo: más que multidisciplinario, lo llamaría transdisciplinario. Es intentar trascender el mismo concepto de disciplina. Por ejemplo, cuando hago una obra de teatro, para mí es poesía también; el primer libro tiene una estructura teatral. Intento pensar más allá de las etiquetas, mi manera de abordar la disciplina a la que me dedico es hacerlo desde este punto de vista transdisciplinar.
Y me lanzo muchas veces al vacío, porque este tipo de apuestas, como la última, Lo Inhabitable, si queremos integrarlo en una etiqueta, podría ser una obra de teatro, un recital escénico… aunque en realidad mezcla poesía, artes escénicas (teatro), performance… es una mezcla de todo, y también artes audiovisuales. Así que es muy difícil, desde luego, colocar este tipo de apuesta en festivales, porque ni es una obra de teatro ni es un recital.
Muchas veces el molde, como tú dices, obliga a poner una etiqueta; porque claro, tienes que comer, te tienes que mover, ponerlo en marcha. Pero, por otro lado, en mi caso recibo una buena respuesta. Es decir, que trabajemos yendo un poco más allá de las etiquetas, y lo propongamos como un ejercicio híbrido, porque mi concepción de la poesía, y del teatro, y de todo es híbrida. Y la gente se va abriendo a este tipo de propuestas.
Mi recomendación es siempre hacer lo que de verdad nos mueve, intentando obviar los obstáculos del sistema.

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·Co-diriges el Festival Internacional de Poesía de Málaga Irreconciliables, así como la editorial feminista La Señora Dalloway. ¿Qué es lo más importante que vienes aprendiendo de estos procesos de dar con otros autores, con otros escritores y poetas; qué te aportan fundamentalmente estos proyectos en los que te vienes embarcando?

Para mí, son los proyectos que me dan vida. Sobre todo, porque trabajo con personas estupendas; y hace que ese trabajo, la poesía, que muchas veces se relaciona con la soledad, ya no sea así, que se convierta de repente en una fiesta. Y la fiesta, la celebración, son algo muy importante en la vida; me he dado cuenta con estos procesos.
Como con el lanzamiento de un libro, que lo celebras, y formas parte de este camino con esta autora; como en un festival, que compartes espacio-tiempo con autoras.
Por eso, por un lado siento que estamos intentando romper, crear fisuras, dentro de la norma; y de la misma norma poética. Porque evidentemente estos mecanismos funcionan también dentro de los festivales de poesía, dentro del mundo editorial. A mí me produce placer crear estas fisuras, tanto dentro de las editoriales como de los festivales de poesía; y sí, nos encontramos con resistencia, pero por otro lado creo que ha sido tan enriquecedor, llevamos los proyectos con tanto entusiasmo… que, por parte de las instituciones, no hemos encontrado ningún tipo de resistencia.
Allí se instaura, y eso es lo bonito, una relación también de confianza y apoyo a la hora de realizar proyectos de tanta envergadura. Porque sobre todo el festival es un proyecto muy difícil de llevar para dos personas. Porque yo digo que co-dirijo, pero realmente también adelantamos dinero, es algo muy artesanal, en realidad. Y este matiz artesanal hace que sea aún más bonito.

·Últimamente me ronda mucho la cabeza la cuestión de las redes sociales, del papel que tienen estas a la hora de volver más accesible y hasta comunitaria la poesía, puesto que muchas más personas que empezamos “de cero” escribiendo podemos acceder a una visibilidad antes quizás reservada a aquel a quien le publicaban; además, parece que en el medio virtual más personas que escribimos desde la vivencia de resistir, desde la migración, la racialización, lo LGTBI y queer… somos leídas y escuchadas. Pero, al mismo tiempo, me preocupa que en las redes sociales cuente más lo que es rápido y fácil de consumir, lo que repite un mantra ya masticado y memorizado, que lo que de verdad nos conmueve y hace reflexionar. ¿Qué piensas tú de este fenómeno de la poesía en redes sociales?

La red social siempre se ha puesto otra etiqueta, porque claro, nos encantan las etiquetas. Hablo todo el rato en contra de ellas, porque desde la teoría queer, lo que se aplica al género se puede aplicar a todo. La etiqueta de la poesía de las redes sociales, que siempre se relaciona con algo de muy poca calidad, algo muy efímero.
Pero en realidad yo creo que las redes sociales son un medio de comunicación, y no tenemos que confundir el medio con el objeto. Yo he visto muchos libros impresos que tienen la misma o peor calidad. Es muy fácil encontrar el enemigo fuera, y eso, salvando la distancia, es lo mismo que hacemos con la homofobia, la xenofobia. Esto está mal, y fin. Y no, perdemos todos los matices; las redes sociales son un escaparate, he visto poemas muy buenos compartidos en las redes sociales, pero yo creo que estamos reflexionando sobre la función que tienen las redes.
Las redes sociales se suelen emplear cuando tienes poco tiempo, estás en un medio de transporte, cuando estás aburrida… es una forma de ver algo de manera rápida. Es otro tipo de poesía, de texto; otra que implica una reflexión más efímera. Lo que quiero decir es que las redes sociales, está claro, no están hechas para reflexiones más atentas, más elaboradas; sino para textos más efímeros, y sí que he visto textos potentes y muy buenos, pero no tienen el mismo gancho, o la misma facilidad para que alguien dé me gusta, o RT, o comente. Porque en este momento en que nos acercamos a la red social eso no es probablemente lo que estamos buscando.
Por eso, creo que se le está intentando otorgar un papel a las redes sociales que no tienen. Es más fácil que textos más sencillos tengan mayor repercusión ahí. Y yo no soy nadie para decir a la gente lo que tiene que hacer, los momentos en los que tienen que leer. Quién soy yo para decir eso.
Y creo que ahí está, probablemente, el fallo; en buscar en las redes sociales algo que no te van a dar. He hecho experimentos con mis propias redes, poniendo por ejemplo una foto, y plasmando un hecho en el texto, un texto sin reflexión; y tiene muchos comentarios, muchos me gusta. Pongo luego, por la tarde, un texto sobre la importancia de la lucha por la visibilización y la normalización del VIH y no tengo nada. Ningún tipo de interacción, de me gusta… de nada. Entonces esto es probablemente porque la gente que usa las redes sociales no quiere eso, acude para eso a un libro, a otro tipo de medio. Esa es de momento mi visión de las redes sociales. Quizás no tenemos que reincidir en ellas y en lo que lee la gente ahí, sino luego, trabajar desde un punto de vista más formal, desde la educación, para educar para leer otro tipo de texto. Pero no digamos no a las poetas de redes sociales, ni a nosotras, que las disfrutamos.
Para mí, por eso, la educación es la base; de hecho, este mes voy a cinco institutos, gracias a Cristina Consuegra, que es una gran cabeza cultural aquí en Málaga. Lo que estamos haciendo es promover un diálogo entre autoras e institutos, adolescentes. Allí sí que tenemos que trabajar; en vez de ir diciendo “es que la gente, en redes sociales…”, trabajando con los institutos. Tener la posibilidad de hablar con adolescentes de feminismos.

·Por último, te llevo a mi terreno: ¿me recomiendas alguna poeta lesbiana que, a tus ojos, esté pasando más desapercibida? Si quieres, también puedes hablarnos sobre algún proyecto futuro o en proceso que te ilusione especialmente. ¡Gracias!

Desgraciadamente las mujeres lesbianas han tenido muchos más problemas de aceptación dentro de los discursos normativos con respecto a los poetas hombres homosexuales, porque no sólo son homosexuales, sino también mujeres.
Ese es un gran tabú, una gran barrera que tenemos que conseguir romper ya, porque ha llegado el momento. Por eso, entre poetas lesbianas, te recomiendo a Sara Torres, que está a punto de sacar un libro nuevo. Berta García Faet, María Eloy-García y, por supuesto, a Violeta Niebla.

jueves, 18 de octubre de 2018

Entrevista: Abbey C, poeta y YouTuber


Os traigo una entrevista con Abbey C, poeta y YouTuber. Cuando le preguntan qué es, dice que poeta. Más técnicamente es Abbey, aunque ese no es su nombre de nacimiento pero sí es su nombre de verdad. Nació en un año que siempre le ha gustado cómo suena, 1994. Fue en Murcia, al sureste de España, ese es su hogar vaya a donde vaya. Estudió periodismo porque le gusta comunicar.
Lo que más le gusta en el mundo son los sentimientos, ver cómo se provocan, provocarlos, que se los provoquen y escribir sobre ellos.
Después de mundo tiempo, tiene amigos que le llenan de verdad y aprende de ellos cada día.
Su misión en el mundo es no provocar daño al mundo, quiere que a la naturaleza no le pesen sus pasos, así que cada vez intenta cuidarla más.


·Eres poeta, estudiaste Periodismo y tienes una fuerte presencia en redes

sociales. ¿Qué querías ser de pequeña cuando fueras mayor, y qué crees que
pensaría la niña que un día fuiste de ti?

A los 14 años quería salir en la tele haciendo bromas. No sé qué ha podido pasar.
Fuera bromas, encontré mi vocación a los 17 años. Aunque llevaba muchos más
escribiendo, fue a esa edad cuando me hicieron una entrevista para el periódico y me
di cuenta de que con lo que escribía, podía hacer muchas más cosas fuera que dentro de
casa.

·¿Cuándo empezaste a escribir, y qué ha supuesto la escritura para ti? Pero,
sobre todo, y de una poeta a otra poeta ¿cuál crees que es la función de la poesía
en el mundo?

Empecé a escribir a los 8 años y siempre me encanta contar por qué. Mi madre es
poeta, y siempre la veía escribir por las noches, hasta que un día le pedí un papel y
lápiz porque yo también tenía un cuento que contar. Mi madre me dio la vida y la
poesía.
La escritura me define como persona, la mayoría de mí es poeta, no tendría una
identidad si no escribiera.
Mientras el resto de cosas en el mundo nos enseñan cosas sobre lo que mostramos y
tenemos por fuera, la poesía se centra en lo de dentro.

·Has escrito el libro “Mensaje urgente a mis momentos contigo”. ¿Qué ha
supuesto para ti el proceso de escritura y publicación? ¿Qué crees que es lo más
importante que dice tu libro de ti?

Hacer el libro me ayudó a definir mi estilo al escribir. Todos lo poemas anteriores a él
ahora los siento incompletos, sin embargo los que están en él me parece que tienen
un sentido conjunto.
Cuando me ofrecieron publicar un poemario, decidí que iba a escribirlo de cero,
todos los poemas los escribí en el mismo período de mi vida y por eso el libro habla
muy bien de mí en ese momento. No sabría decirte qué es lo más importante, creo
que lo que más se entiende es que mi vida la componen personas, hasta de las
ciudades hablo como si fueran personas.

·Después de un tiempo siguiéndote en redes sociales y viendo vídeos tuyos, la
impresión que me he llevado siempre ha sido de que le das una vital importancia
a la inteligencia emocional, así como a la sensibilidad y la capacidad de ponernos
en la piel del otro. ¿Cuáles son para ti los valores necesarios para construir una
sociedad mejor, y qué crees que podemos hacer cada persona para participar de
la creación de esta otra sociedad?

Últimamente no paro de pensar que tendríamos una sociedad sana si tuviéramos una
sociedad empática. Creo que la empatía es lo más sano que puede construir a un ser
humano, la empatía no deja lugar a la indiferencia frente a otros, no deja lugar a la
insensibilidad, neutralidad, desinterés o el desprecio. Imagina una sociedad sin todo
eso.
Individualmente tenemos que trabajar más este aspecto.

·Hablando de la inteligencia emocional ¿qué le dirías a una persona que quiera
cambiar su forma de habitar y vivir en este mundo, que quiera tener más en
cuenta sus propias emociones pero también las de los demás? Es decir ¿cuál crees
que es la clave para ser mejores personas con nosotros mismos y con el resto?

Sigo en relación con la pregunta anterior. Cada persona debería plantearse durante
una semana por qué hace cada cosa que hace y cómo repercute al resto, y cuando
hablo “del resto” no solo hablo de personas, si no de animales y del planeta. ¿Por
qué uso esta bolsa de plástico pudiendo usar una de tela y así contaminar menos?
¿Por qué uso la expresión “que te den por culo” para situaciones con connotación
negativa cuando para algunas personas homosexuales esa acción es algo normal y
bonito dentro de su vida?
Tenemos muchas cosas implantadas en nuestra cabeza que son incorrectas. Nos
enseñan expresiones y prácticas que son dañinas para otros, y deberíamos
implicarnos en cambiarlo. Pero también nos han enseñado a ser cómodos, y claro, los
cambios nunca son cómodos, aunque a la larga mejoren nuestra vida y la de otros.

·Nuevamente, como poeta, no sé qué sería de mí sin todos esos otros poetas que
me inspiran día tras día y que tantas veces me salvan a través de sus versos.
¿Quiénes son los poetas y escritores en general que más te inspiran a ti, y qué le
recomendarías leer a alguien que por primera vez se atreve con la poesía?

A mí me inspira muchísima gente, desde todas las personas que escucho en los micros
abiertos de poesía, hasta poetas que sigo por instagram, como también los poetas
que están en formato libro en mi estantería.
Para empezar siempre recomiendo a Mario Benedetti y a Silvi Orión. Benedetti es una
poesía del siglo pasado, bonita, tierna, fácil de leer; Silvi es una poesía actual,
rebelde, sin normas. Creo que es una mezcla explosiva.

·Por último, y esta vez, de una mujer a otra mujer: ¿qué piensas de nuestra
situación actual, tanto en el mundo del arte como en la sociedad en general, y
qué ha de suponer para ti el auge de los movimientos feministas del que estamos
siendo testigos?

Esta pregunta tiene una respuesta demasiado extensa.
Todo lo que sea dar a la mujer el lugar que merece tener, todo lo que sea acabar con
la represión que sufrimos, con los roles de género que cargamos y con el techo de
cristal contra el que nos chocamos constantemente, todo lo que luche contra eso me
parece más que bien.
El movimiento feminista actual está destruyendo muchísimas cosas, a mi me
deconstruyó por completo y ahora me asumo de una manera mucho más sana y
segura. Parte de mi estabilidad emocional es gracias al feminismo. Esto lo ha hecho
con muchísimas más personas, con muchísimas más artistas, así que el resumen es
que ojalá el futuro sea feminista.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Entrevista: Irene Ruiseñor, poeta y activista

Os traigo una entrevista con Irene Ruiseñor (Twitter / Instagram / Blog). Se llama Irene Gallego y su alter ego es Ruiseñor. Es poetisa, guitarrista y cantautora, estudiante de Estudios Ingleses en la Complutense, además de activista feminista, LGTB y de salud mental.
Ruiseñor apareció tras meses de tratamiento en el hospital por anorexia nerviosa restrictiva y se convirtió en sus labios, que no eran capaces de pedir ayuda; Ruiseñor lo hizo a versos. 
Ruiseñor ha sido su único mecanismo de supervivencia sano. El único que no le ha dejado ni deja cicatrices, muerte y estragos en ella. Ella es la negrura, Ruiseñor la negrura plasmada en papel, intentando buscar algún retazo de blanco.


·¿Cuál es o debería ser el objetivo, o los objetivos, del feminismo en la actualidad? ¿Qué ha supuesto para ti acercarte al feminismo en tu vida, qué cambios, atisbos de nuevas realidades (o realidades que aún no conocías...)?

El feminismo se podría describir como levantarse cada día de la cama, siempre aprendes algo nuevo. El feminismo es un aprender y desaprender continuo. Sobretodo desaprender lo que esta sociedad cisheteropatriarcal nos ha grabado a fuego en la piel. Por eso (a diferencia de décadas atrás, cuando nuestras precursoras nos dieron mil avances como herencia), nuestro cometido es luchar de manera radical —independientemente del movimiento con el cual nos sintamos más identificadas—, como bien dice la palabra, de raíz, y de esa manera extraer esos cánones, roles y misoginia interiorizada, siempre de manera interseccional, apoyando a todo tipo de mujeres, sea cual sea su situación/condición. En esa parte sí que deberíamos parecernos a nuestras precursoras; el feminismo no deja de ser una lucha, y como toda lucha, ha de hacerse su hueco en la sociedad y ahí, de manera drástica, radical, hacerse oír. "Las feministas de antes no hacían tanta tontería...". Y quizá por eso deberíamos parecernos a ellas, lanzar piedras a escaparates, marear al sistema, destrozarlo y reconstruirlo desde cero. 

Gracias al feminismo he sido capaz de crecer como persona y conseguir corregir en la medida de lo posible los pensamientos de algunos de los trastornos que llevo arrastrando desde hace años, ese que no es más que el fruto de lo que la sociedad nos ha inculcado: el trastorno alimenticio. Sé que, como en la mayoría de recuperaciones de enfermedades mentales, el mérito no es más que mío, pero aprender y comprender que todo lo que me decía la televisión, las revistas, las tiendas y sus tallas, era otra manera de controlarnos. De que fuéramos otra vez la marioneta de la historia, moldeadas de manera "perfecta" a antojo de los gustos de ellos. Estoy intentando reaprender lo que se me borró de la mente desde que tengo uso de razón. Y aunque caiga mil veces sé que ya no será como la primera vez, porque ya me sé de memoria la herida y el arma que la causa, y aunque duela horrores me siento algo más "en control".

Y no solamente me ha ayudado a ver mis derrotas como una segunda oportunidad, sino también a sentir la unión entre todas las mujeres, que pasan por lo mismo todos los días, y apoyarlas, defenderlas, luchar por todas como si fuéramos una. Una contra el mundo. También me ha abierto mundos que no conocía, me ha situado en la realidad que intentan maquillar los medios de comunicación, además de hacerme lo suficientemente fuerte como para no quedarme callada ante esas situaciones. 

·Si tuvieras delante a tu yo unos años menor, en la que haya sido una de las peores épocas de tu vida ¿qué le dirías? ¿Qué le aconsejarías o le harías saber, intentando transmitirle fuerza, esperanza, acompañamiento e incluso ganas de luchar?

Primero le daría mucho, mucho amor. Sin saber por qué estoy ahogándome en soledad día tras día a pesar de estar rodeada de gente, así que le haría saber que nunca estará sola por mucho que le pese el mundo sobre los hombros. También le diría que se cuidara, que no se dejara destrozar como yo lo estoy haciendo con mis propias manos. Me gustaría hacerle saber que, aunque a mí me cueste creerlo, siempre vendrá un nuevo día para volver a empezar de cero, cada día. Que no merece sufrir ni matarse a hambre, ni hacerse daño; que merece el amor que recibe aunque le cueste sentirlo a veces. En resumen, le diría todo lo que me gustaría que me hubieran dicho y me dijeran.

·¿Cómo te diste cuenta de que no eras heterosexual y, más concretamente, de que eras lesbiana? ¿Qué le dirías una chica más joven que tú que se da cuenta de que es lesbiana y se siente sola, aislada, repudiada...?

Hasta la edad de los 16 años (tengo 19) me consideré completamente heterosexual, sin duda alguna, no porque en realidad lo fuera sino porque ni siquiera se me había planteado en ningún momento de mi vida que existieran otro tipo de parejas. Como dije antes, nunca me había ni imaginado estar con nadie de otro género, me daba miedo pensarlo, vergüenza a mí misma incluso. Cuando empecé a conocer a mi actual novia, parecía que mi cabeza hacía nudos en los pensamientos haciéndome sentir más confusa y avergonzada. Fue entonces, cuando las cosas entre ella y yo fueron a más, que me denominé bisexual. Creo que lo hice porque me daba miedo desprenderme completamente del hecho de poder salir con hombres, ¿qué pensaría mi madre? ¿Cómo me miraría si se lo dijese? Al fin y al cabo, ser bisexual, me hacía mitad "pecadora", en vez de "pecadora" entera. Así que un mes después de empezar a salir con mi novia, después de mucho tiempo dándole vueltas y sin atreverme del todo, salí del armario con mis padres, les dije que salía con mi novia y que era bisexual. Hasta hace un año y medio o así no me di cuenta que en realidad no sentía atracción por los hombres, y en realidad jamás la había sentido, desde pequeña era así, mi mínima experiencia con ellos fue simple y nada excitante. Recuerdo el tiempo en que en el colegio, cuando era chiquitita, me gustaban niños de mi clase, por el simple hecho de que eran los niños que les gustaban a todas las demás, y porque en mi mente no tenía cabida más que eso, que los niños. Mi primera pareja ha sido y es una persona de mi mismo género, lo cual me ha ayudado a asimilar y aceptar mi sexualidad y a borrar de mi mente todo lo anterior, todo aquello que está mal visto por algunos. 

Hice vista atrás, al momento en el que salí del armario como bisexual en casa, y cuando llorando y riendo a la vez tras el peso que me quitaba de los hombros le preguntaba a mi madre, que lo había aceptado verdaderamente bien:

—¿Entonces, si fuera lesbiana sería diferente? 

Ella frunció las cejas dejando ver que sí que habría diferencia. Estaba claro. Si era bisexual seguía existiendo la posibilidad para ella de que trajera a casa algún día a algún hombre. Recordando eso, me he dicho a mí misma que debía callar el hecho de que era lesbiana. Bisexual en casa, lesbiana en la calle. Es algo que me dolía completamente porque odiaba hacer eso, por el resto de mis hermanes bisexuales, por mentir poniéndome como etiqueta una orientación sexual que no es la mía.

Ahora que han pasado los años me he atrevido a afirmarle a mi madre, que sí, que solo me gustan las mujeres y me he sentido fuerte. Creo que todes deberíamos sentirnos orgulloses del mínimo avance que hagamos en cuanto a este tema, porque incluso los pequeños pasos son grandes victorias.

·Has publicado un poemario. ¿Qué suponen para ti la escritura, la poesía, tanto en el terreno personal de tu día a día (que no deja de ser, también, político) como en forma de arma política para la lucha social?

La escritura ha sido desde siempre, para mí, una manera de evadirme, tanto leyéndola como escribiéndola. Ha sido/es mi salvavidas en mis peores momentos de salud mental, siendo una herramienta a la que acudir en momentos de crisis, un espejo en el que plasmar el dolor, una manera de dejar correr la sangre sin abrir ninguna herida. Me ha ayudado a liberarme en todos los sentidos de la palabra. He sido capaz de abrir mi mente y escribir sobre cosas que dan miedo y tienen mucho estigma en la sociedad, para así poder ser de ayuda a otras personas que estén pasando por lo mismo que yo y que necesiten esa palmadita en el hombro que susurre "yo te entiendo". También para dar voz a aquelles que no pueden ya gritar o que nunca han podido, como los animales no humanos, víctimas de LGTBfobia, de violencia de género....
Creo que desde siempre la literatura ha sido un modo de mostrar la cruda realidad de manera más suave pero ácida, para así abrir ojos y cerrar bocas. 

·En cuanto al susodicho poemario ¿qué puedes contarnos sobre este? ¿Qué nos dirías para convencernos de que queramos leerlo?

«Heridas con coágulos de rimas» es el poemario que el pasado otoño salió a la venta. Es un recopilatorio de algunos de los mejores poemas de mi blog y otros inéditos. Este poemario es un espejo de mi realidad, como persona con problemas de salud mental, entre otras cosas. Hay poemas de superación de TCA, poemas dedicados a mi yo oscuro, a mi maravillosa novia, del día a día siendo una persona con TLP, además de poemas feministas. Más que un poemario es una carta para conocer los lugares más recónditos de mi ser, para averiguar todo aquello que pienso pero que no me atrevo a decir. Son poemas duros pero a la vez llenos de superación —en cuanto a los que hablan de mi intento de recuperación de la anorexia—, también muy reales, en cuanto a los que hablan de mi vida teniendo TLP. 

Es un gran sueño que estoy viendo hecho realidad, el ver publicados mis versos, y me encantaría que me leyerais. Siempre he soñado con ser escritora. Esto es más de lo que creía poder alcanzar y no pienso rendirme. Espero que pronto pueda mostraros el nuevo poemario que acabo de terminar.

domingo, 26 de agosto de 2018

Entrevista: Luz Pichel, poeta

Os traigo una entrevista con Luz Pichel, poeta gallega con varias obras publicadas y cuyos poemas forman parte de algunas antologías.

1. Primero, me gustaría preguntarte ¿cómo empezaste a escribir? ¿Cómo reaccionó tu entorno? Creo que muchas de nosotras empezamos a escribir pronto, desahogando nuestros sentimientos y percepciones en la poesía, pero aunque desde el momento en que mi familia supo que escribía me apoyaron, me consta que no siempre es así (especialmente con la poesía).

No siempre es sencillo saber cuando empezamos a escribir, cuál es el momento en que pensamos lo escrito como poema (relato etc.). No sé hasta qué punto los “desahogos de diario”, tan valiosos, tan importantes en la construcción de la persona, pueden llamarse escritura. Cuando aquella maestra me soltó “si fueras rica podrías llegar a ser escritora” (escuela rural mixta, años cincuenta, ninguna posibilidad aparente de cursar estudios más allá de una primaria miserable) mi memoria grabó la frase para que yo todavía pueda reproducirla ahora. Quizás fue ahí donde empecé a escribir, sin escribir aún. Después, los desahogos, el silencio, lo secreto. Mucho después, la intención, querer construir un relato o un poema, querer que lo fueran. Los primeros intentos de leer “mis cosas” a mi entorno más próximo no interesaron, me sacaban de sus casillas. En un concurso de poemas sueltos que no gané, Carlos Murciano se interesó por mi poema y aquello significó un empujón. Poco después, la Ed. Torremozas me incluyó en sus “VOCES NUEVAS”. Era 1989, yo tenía más de 40 años, llegaba tarde a empezar a pensar que a pesar de haber nacido en aquella aldea, a pesar de lo otro y lo otro y lo otro, iba a poder escribir siempre que alguien de esa familia expandida que son los/las poetas me soplara un poquito. Para entonces ya había tirado a la basura una buena cantidad de versos. Siempre he necesitado que los afectos me empujaran. Ahora también. Tengo mucha suerte.

2. Hablando de los primeros años, querría preguntarte sobre tu niñez. Creo que nuestra niñez marca muchísimo nuestra poesía posterior, al menos en mi caso ¿cuáles son tus recuerdos más nítidos, y cómo crees que estos se reflejan en tu poesía?

Hay una casa de piedra en una aldea que se llama Alén. Arriba duermen los niños y los padres; abajo, las vacas. Hay una vaca pariendo y el bichito viene con la pata doblada (mi hermano Pepe, que tendría 15 años, lo soluciona. La vaca, agradecida, lo lame antes de lamer a su hijo). Hay una escuela con dos idiomas, el de la maestra y el de los niños, cada cual habla el suyo, se entienden. Alén quiere decir “más allá”. Antes de empezar las clases bajaba el marido de la maestra, que no era maestro pero era fascista y venía a obligarnos a cantar una famosa canción que se cantaba con el brazo extendido y la mano también extendida y así como hacia lo alto y hacia lo lejos. El “maestro” no tenía oficio conocido pero los vecinos le hicieron un gallinero donde hacía cosas muy feas. La maestra no era mala y muchas veces estaba de mal humor, claro. Había muchas clases de palos: los de apoyarse mi padre, los de conducir el ganado, los de pegar a los niños, los de encender el fuego. Al encender el fuego tooooda la casa se llenaba de humo. Había sabañones. Había una hermana mayor que hacía de mamá de los otros seis, tenía 14 años. La mamá era una princesa que se había ido a Barquisimeto, un país que pertenecía a la ciudad maravillosa de Venezuela. Cuando alguien regresaba de allá, nos traía cajas de zapatos llenas de calcetines de parte de la mamá. Después se fue mi hermano mayor y le pedí que al volver me trajera unos zapatos. Después se fue mi hermano siguiente porque era enfermo. Después se fue mi hermana-mamá y eso fue lo peor y no me gusta recordarlo. Los dos más pequeños lloramos mucho por las calles de Vigo, al ir a acompañarla al barco. Desde entonces, este hermano mío y yo fuimos siempre uña y carne y así seguirá siendo y aunque estemos muuuuuy lejos.   Siempre había frío. Hambre hambre, lo que se dice hambre no hubo nunca. Papá hacía muy buen pan. El caldo gallego es un alimento pobre muy completo. En el campo las postguerras se sobrellevan mejor. Galicia es el país de la patata.
Mi poesía no se comprende sin este mundo. Todo esto está allí. Mi lengua de la poesía es la de mi gente de Alén y no estoy dándomelas de aldeana, estúpido.

3. Algo que siempre me ha llamado la atención de la poesía, y que de más pequeña me frustraba incluso, ha sido el tópico de que todos los poemas (o casi todos) versan sobre el amor de pareja. Yo, la verdad, cuando escribo suelo escribir más sobre mí misma y sobre lo que me rodea; incluso creo que les he escrito más poemas a mis amigas que a mis parejas. ¿Cuál es el papel del amor en tu poesía? Y ¿crees que el amor va ganando protagonismo en la poesía de una según madura y crece?

No sé si atreverme a decir que la poesía es un acto de amor (también es un acto egoísta, ¿como siempre el amor?). Si hay amor en mi poesía, entendido como fascinación por algo-alguien, es el amor por el lenguaje.

4. Yo di con tus poemas gracias a la antilogía Raíces, donde compartes páginas con las tres poetas Francisca Aguirre, Luisa Castro y Amalia Bautista. ¿Qué supuso para ti la oportunidad de formar parte de esta "antilogía"? Y, partiendo de que se trata de un compendio de poemas escritos por mujeres en una sociedad como la nuestra (y en un mundo tan masculinizado como lo es el de la literatura) ¿qué crees que la hace diferente de la usual antología compuesta por decenas de poemas escritos por hombres?

Estar en la “antilogía” RAÍCES supuso sobre todo una celebración de la amistad y de las casualidades sorprendentes de la vida. De pronto, María Sotomayor, alguien que desconocía mi amistad con las tres poetas y mi admiración por ellas, nos reúne en un libro. Una fiesta encontrármelas en una antología muy completa de cada una de las cuatro, un libro cuidadísimo por parte de Casimiro Parker.
 Claro, el hecho mismo de haber seleccionado sólo mujeres ya puede parecer extraño. Con toda seguridad no pareció igualmente extraña la antología anterior de cuatro hombres por parte de la misma editorial. Ahí es donde se aprecia hasta donde sigue viva la discriminación de la mujer.

5. En esa misma línea, me gustaría preguntarte sobre tu percepción de la situación de las mujeres en el panorama literario, y especialmente poético, en la actualidad. ¿Cómo crees que hemos avanzado y qué obstáculos nos quedan, todavía, por superar? ¿Crees que en la escritura de mujeres aparecen unos temas o se da un estilo propio, que no son tan comunes en la escritura masculina, o se tratan temas completamente universales?

Creo que hemos avanzado muchísimo, creo que la mujer ha tenido que demostrar tanto que al final eso ha redundado en una calidad muy alta en todo cuanto hace, no sólo (también) en poesía. Pero creo que el poder genera adicción y es la casa de los hombres desde siempre: no nos la van a abrir tan fácilmente, aunque reconozcan que deben hacerlo. Seguiremos ahí.
Me resulta difícil contestar a la última pregunta. Supongo que los temas de nuestra poesía serán tan diferenciables como nuestros mundos pero la poesía es sobre todo trabajo con el lenguaje, construcción. ¿Estamos las mujeres construyendo poesía de manera diferente por el hecho de serlo? Nuestros modelos artísticos, históricamente hablando, son mayoritariamente masculinos, ¿podemos evitar su influencia? ¿habría alguna razón para hacerlo?

6. Una pregunta que también le hice a Amalia Bautista y cuya respuesta me interesa mucho tiene que ver con el acercamiento a la poesía desde la infancia, desde los colegios y la literatura "para niños". Yo recuerdo que, cuando era más pequeña, la poesía no me llamaba la atención; quizás por el omnipresente tópico del amor de pareja ya mencionado, o porque nos hacían desmenuzar las estrofas antes que sentir los versos. ¿Tú crees que se propicia un acercamiento a la poesía, y a la literatura en general, desde la educación? ¿Cómo crees que se podría propiciar que más niños entren en contacto con el Universo de la poesía, que tan acompañados puede hacerles (hacernos) sentir?

Desde mi experiencia de profesora puedo afirmar que  la enseñanza de la literatura, tanto desde el currículum escolar como desde la práctica cotidiana por parte del profesorado en general, es deformante y desmotivadora porque no se atiende en primer lugar a lo esencial (la lectura y la escritura), no vaya a ser que lo pasemos bien, no vaya a ser que aprendamos a pensar. La enseñanza de la escritura nunca se ha concebido como parte de la enseñanza de la literatura, y lo es. La lectura no va antes que la información, sino después, si va. La cantidad de “contenidos” (habría que analizar esta palabra) es un despropósito. Desde hace cuarenta años, no se ha avanzado en absoluto, más bien se retrocedió. No hay interés en investigar, en hacer lectores, en educar para ser adultos que piensan con capacidad crítica. No interesa eso, no vaya a ser que.

7. Por último ¿cuáles son tus mayores fuentes de inspiración? Y ¿quiénes son tus principales referentes en lo que respecta a la poesía, quiénes son esos y esas poetas que te hacen desear escribir más y más y te acompañan en el dolor y en la alegría con sus versos?

Me inspira el trabajar. Me siento con mi ordenador en un lugar tranquilo, eso sí, y me pongo a trastear. No sale nada y de repente sale, pero no viene del aire sino de haber estado intentándolo. Mis poetas son tantas y tantos que la selección va a ser muy injusta. Y no es fácil saber quién te influyó más. Cuando en la década de los 80 leí a Luisa Castro (Baleas e baleas, Los versos del eunuco) encontré en ella una fuerza enorme. Me pasó lo mismo con otras poetas en aquel momento  mío de obsesión con la lectura de poesía (Blanca Andreu, Silvia Plath, Gertrude Stein...). Pero yo leí mucho a los clásicos mucho antes y supongo que han dejado huella también por ahí. Quienes actualmente me acompañan son mis amigas del Seminario Euraca, Patricia Esteban, María Salgado, Ángela Segovia. En realidad no te estoy respondiendo pero es que esta pregunta es incontestable.