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sábado, 26 de enero de 2019

Entrevista: Las Kellys Madrid

Las Kellys (Web) es una Asociación a nivel español de camareras de piso; en su caso, limpian hoteles. Sus reivindicaciones abarcan desde el derecho a la jubilación anticipada hasta la vinculación de la categoría de los hoteles a la calidad del trabajo que generan, pasando por el fin de las externalizaciones o el aumento de las inspecciones de trabajo. Actualmente tienen presencia en ocho territorios, y yo he tenido el placer y el honor de entrevistar a Ángela, compañera de Las Kellys Madrid (Twitter / Instagram / Facebook). Así que allá vamos con la entrevista.

·Empecemos por el principio ¿cómo nacen Las Kellys? ¿Qué impulsa a todas estas mujeres, camareras de piso que limpian hoteles, a reunirse y auto-organizarse por un bien común?

A partir de un grupo de Facebook que hizo una compañera, empezaron a juntarse mujeres y todas veían que tenían los mismos problemas. Y llegó la compañera de Lanzarote y vimos que había que salir del Facebook; nos juntamos de manera un poco clandestina en mi casa, en Madrid, donde nació la asociación. Vinieron de Barcelona, de Cádiz, de Lanzarote y yo, que estaba en Madrid.
Estuvimos todo el fin de semana con un modelo de estatutos que había, ajustando ese modelo para hacer nuestros propios estatutos. Y ese lunes nos registramos como Asociación.
Veíamos que todo empezaba con la Reforma Laboral, porque este trabajo siempre ha sido duro, pero con la prevalencia de los convenios de empresa empezaron los ERE, empezó la externalización, y con ella nuestros problemas. Pero no solamente eso, porque por ejemplo, las compañeras de las islas no tenían tanto ese problema, pero sí mucha sobrecarga. Las enfermedades eran muy comunes; la espalda, los lumbares, la ciática, las manos… y nos organizamos. Así, empezamos a movernos, con el apoyo mutuo, a darnos a conocer, a denunciar todo esto.

·El paso fundamental, el de trascender de “desahogarse por Internet a la auto-organización”, lo dais en 2015 ¿cómo ha sido el proceso de reunirse, conocerse, movilizarse hasta ahora? ¿Han cambiado los objetivos desde los inicios hasta el momento actual?

Pues no, la verdad es que nacimos para mejorar nuestras condiciones, y en ello seguimos. Primero, como te he dicho antes, el tema de la visibilización y la denuncia; nos fundamentamos muchísimo en el apoyo mutuo, con otros colectivos en lucha. Sobre todo, otros colectivos también de mujeres, por el tema de la vulnerabilidad en el trabajo, la feminización de la pobreza… las mujeres del trabajo doméstico, del trabajo a domicilio, los cuidados.
Respecto a cómo comenzamos, empezamos a reunirnos, a hacer asambleas, y a darnos a conocer. A contactar con las camareras de piso, que querían hablar, pero no querían dar la cara porque tenían mucho miedo.
Poquito a poco, con esta toma de contacto con ellas, nos fueron conociendo, fuimos auto-empoderándonos, y así, poco a poco, todo el mundo, la prensa, quería hablar con nosotras. Porque nadie se creía lo que contábamos. Cuando les decíamos la cantidad de habitaciones que limpiábamos, que si te ponías mala te despedían, nuestros sueldos… cómo puede ser, eso es explotación. Y como te digo, al ser mujeres se aprovechaban mucho de la situación de vulnerabilidad, porque con la crisis, había mujeres que perdían derechos fundamentales, cobrábamos menos, nos hacían contratos en que no trabajabas por jornada, sino por producción, dependiendo de las habitaciones que hicieras.
Y cuando ellas veían que no eran las únicas que tenían ese problema, se lo iban contando a sus amigas, venían a las asambleas, llamaban, contactaban… porque, aunque muchas no querían dar la cara, también hay trabajos internos. Sobre todo siendo mujeres de familias monoparentales, con problemas de desahucio, mujeres migrantes que tienen que mandar dinero a su país… yo misma soy divorciada. Y en mi caso, por ejemplo, el trabajo que me ofrecían en Madrid era de un nivel que yo no quería aceptar, por eso me muevo. Pero claro, hay otras compañeras que no pueden, que no se pueden quejar, porque es esto o nada.

·Vuestras reivindicaciones son amplias (nos habláis del derecho a la jubilación anticipada o del fin de las externalizaciones), pero el fin parece ser uno: el derecho a la dignidad humana. ¿Podéis hablarnos en mayor profundidad de cómo se articula esta lucha, de cuáles han sido los logros hasta el momento y cuáles son los mayores obstáculos?

Mira, el tema de la dignidad es muy importante, porque cuando te anulan… nosotras nacimos precisamente porque nos han ido llevando poco a poco al precipicio, y no esperaban que nos diéramos la vuelta y nos encaráramos. Por ejemplo, estas enfermedades que tenemos, que vas al médico y te dicen que no están reconocidas como enfermedades laborales; y que todo esto te pasa porque eres mujer, porque ya tienes una edad, porque estás con la menopausia… tenemos una compañera a la que no le quieren reconocer sus problemas como enfermedades laborales, este proceso necesitaría una baja, un reconocimiento de cómo te has hecho eso.
Cuando estás contratada con una empresa externa, directamente anulan tu contrato. Hemos conseguido, en este tiempo, que se reconozcan el codo de tenista, el manguito rotador, el túnel carpiano como enfermedades laborales, eso lo conseguimos el año pasado, y ahora tú vas a la mutua y te lo aceptan como baja laboral.
Hicieron falta muchas inspecciones de trabajo, muchas denuncias, y dar mucho la cara. Hemos conseguido que las compañeras vayan denunciando y se añadan denuncias, y claro, que todo el mundo sepa quiénes son Las Kellys.
El otro día, hablando con una compañera periodista, le decía que estamos muy cansadas, porque lo que necesitamos son cambios legislativos; nos hemos reunido hasta con el Parlamento Europeo, con muchas instituciones. El Ministerio de Turismo nos dijo que nos protegerían para que no nos pudieran externalizar, pero no nos han hecho caso. Esa modificación del Estatuto no se ha llevado a cabo.
Nos está preguntando mucha gente sobre cómo nos va a beneficiar la subida del salario mínimo; nos va a beneficiar, evidentemente, porque nos va a subir el salario mínimo a todos. Pero nosotras, concretamente, ya estamos cobrando un 40% de lo que tendríamos que cobrar; porque estamos trabajando por producción, y no por jornada, ganando mucho menos. La subida del salario, por tanto, mientras no haya otros cambios legislativos que pongan por encima los convenios sectoriales, no va a evitar que estas empresas se las ingenien para seguir aprovechándose.
Fíjate, la media de habitación viene a costar 114€ en un hotel, y lo paga el cliente cuando se aloja en este hotel. El hotel, a la empresa externa, le paga una media de 6 o 10€, y la empresa externa, a la camarera, le paga 2’50€. Cuando estás de vacaciones, o cuando estás de baja, no produces; y recordemos que hablamos de contratos por producción.

·La Asociación se plantea inicialmente como apartidista, primando “el debate sobre vuestra situación laboral” antes que “preferencias políticas personales”. Sin embargo, estoy segura de que tenéis mucho que decir respecto al panorama político actual ¿se notan mejoras con los cambios de Gobierno, y cuál es el papel de los sindicatos más tradicionales cuando se trata de la lucha de las camareras de piso? Es decir ¿cómo veis vosotras el panorama ahora?

Respecto al panorama, nosotras siempre hemos visto más apoyos de la izquierda. La Asociación es plural, cada una de nosotras simpatiza con un partido o un sindicato; es importante que la Asociación sea, como tú dices, apartidista. Pero siempre hemos encontrado muchísimos más apoyos de los partidos de la izquierda que de los partidos del centro-derecha. Estuvimos en la Moncloa, por ejemplo, mientras que con Ciudadanos no nos hemos reunido nunca, incluso hemos coincidido con Albert Rivera, nos ha visto con las camisetas, y ni nos preguntó, ni nos saludó…
Por otro lado, se aprobó, en el Pleno de Madrid, hacer un estudio para ver en qué situación estaban nuestros contratos en los hoteles de Madrid, y ese estudio jamás se hizo. Lo hemos reclamado muchas veces y nunca se ha hecho. No sé si será por los intereses, dado que estamos hablando de gente con mucho dinero, gente con mucho poder, de cadenas de hoteles.
Actualmente la situación sigue estando igual, porque aunque nos reunamos con los partidos políticos y tengan voluntad de cambio, esos cambios, como te digo, no llegan. Y además, en el Senado está gobernando por mayoría absoluta el Partido Popular. Hemos hecho ponencias, hemos expuesto nuestros testimonios, y siempre nos hemos encontrado con el muro del Partido Popular.
Nos movemos mucho con el apoyo feminista, con el apoyo de las mujeres, el movimiento 8M… coño, que somos mujeres, tenemos que tomar conciencia de lo que significa ser mujeres.
Sí que estamos un poco decepcionadas, porque los cambios legislativos no llegan. Cuando a nosotras nos externalizan y nos aplican la Reforma Laboral, se calcula que somos alrededor de doscientas mil mujeres que trabajamos en los hoteles; cuando empieza todo esto, a nosotras nadie nos hace un estudio, no nos hacen un estudio de enfermedades, de cómo nos va a afectar en nuestra vida ese sueldo, nos dicen: es lo que toca, es lo que hay.
Entonces ahora seguimos batallando, seguimos hablando con todo el mundo, contando todo esto; denunciando y poniendo en evidencia a los hoteleros. Y también a los sindicatos. Porque una cosa está clara, hasta que nosotras no nos hemos auto-organizado, los sindicatos mayoritarios (UGT y CCOO); los que se sientan con la patronal, estaban burocratizados. Por qué vemos que no se están haciendo estudios psicosociales y ergonómicos a las camareras de piso, pregunto; y me dicen que es muy complicado.
En el País Vasco estamos muy contacto con el ELA, que gestiona parte del dinero de las subvenciones, y lo deja para una caja de resistencia. Así, cuando las trabajadoras y los trabajadores entran en conflicto, subsisten gracias a las cajas de resistencia. Y han conseguido tumbar externalizaciones, con huelgas, en la Cadena Barceló y en la Cadena NH. Si se puede en el País Vasco ¿por qué no se puede en el resto?
Estamos muy cabreadas, porque te decía que nos hemos reunido con el Ministerio de Trabajo, y no se ha modificado el Estatuto de Trabajadores; la primera noticia que hemos tenido es que se han reunido con estos sindicatos ya mencionados para subirles las subvenciones. Nosotras trabajamos cuando tenemos días libres, cuando salimos de trabajar, nos reunimos en centros sociales, en cafeterías… no estamos en contra de los sindicatos, son la herramienta que necesitamos para defender nuestros derechos; lo estamos de los sindicatos tal y como están establecidos, que no luchan como es debido. Si nosotras podemos hacerlo, con esta situación que te cuento ¿cómo ellos no pueden?
Y no gusta que tengamos voz propia, que queramos ser autónomas. No somos borregas. Nos dicen que somos mujeres no cualificadas. La Patronal de hoteles de Tenerife ha hecho un vídeo (está en el Facebook de Las Kellys Lanzarote) en que nos pintan como si no supiéramos hacer la o con un canuto, porque como limpiamos habitaciones… lo que pasa es que por circunstancias de la vida hemos acabado haciendo esto. Como yo, que no encontraba trabajo de lo mío. Y he ido haciendo cursos, y actualmente soy gobernanta de hotel, pero sé perfectamente que esto nos afecta a todos los del departamento de pisos.

·La exigencia de una dignidad y unos derechos comunes a todas las mujeres, así como la revalorización de los cuidados, vienen siendo reivindicaciones feministas fundamentales. ¿Hay un apoyo desde el Movimiento Feminista del Estado a vosotras, Las Kellys? ¿Podemos hablar de solidaridad, de una misma lucha incluso?

Sí. Claro que se puede hablar de solidaridad; de hecho, cada vez que hacemos alguna concentración, enseguida encontramos el apoyo de las feministas. Nos tenemos que apoyar entre nosotras, porque tarde o temprano, todo nos alcanza; por ejemplo, en los hoteles, nos empezaron a externalizar a nosotras, el 30% de las plantillas de los hoteles, el sector más amplio. Los hoteles se abren para vender habitaciones, habitaciones limpias, porque nadie paga por alojarse en una habitación sucia. Y si nosotras representamos ese porcentaje de la plantilla de un hotel ¿por qué nos han externalizado a nosotras? ¿Por qué no lo han hecho con otro departamento? Está claro que no queremos que se lo hagan a ningún departamento, porque por encima de todo, Las Kellys nos basamos en el apoyo mutuo, en la solidaridad.
Pero lo que quiero decir con esto es que les ha sido tan fácil barrernos a las mujeres… claro que es una causa feminista, porque nos lo hacen a una, y nos lo hacen a todas. Los trabajos que hacemos las mujeres no están valorados, y cuando llegas a casa, tienes que seguir limpiando, cuidar de tus hijos; tenemos mujeres que son el soporte familiar: trabajan fuera y dentro. Llevan la gestión de toda la casa. Son economistas. Ya está bien.
No hay más que ver lo que está pasando con los malos tratos, con la violencia; no se trata sólo de la violencia física, sino también de la violencia institucional. Tenemos mujeres que van a solicitar una beca para el comedor y no se la conceden, compañeras que están desahuciadas…
Nosotras hacemos trabajos residuales, hay muy poquitos hombres limpiando las habitaciones, y los que lo hacen es porque no encuentran trabajo de lo suyo; en cuanto les sale un contrato de lo suyo, se van, y luego ya volverán. Saben que ese trabajo siempre va a estar ahí. Entran y salen como solución. Pero son trabajos que han hecho las mujeres desde siempre, y parece que como los hemos hecho nosotras siempre, tenemos que callar y otorgar.
En el programa Equipo de Investigación, sale un director de hotel diciendo que contrata hombres porque tienen menos cargas familiares y menos faltas. Eso es patriarcado. ¿Los hijos son sólo nuestros, de las mujeres? ¿No son de los dos?

·Por último, no puedo dejar de preguntaros cuáles son vuestras principales exigencias ahora mismo; todos y todas sabemos lo mucho que lucháis y lleváis luchado, pero ¿cuáles son los objetivos a corto y largo plazo?

A corto y largo plazo, es que no se pueda externalizar el trabajo estructural que hacemos. Tú puedes externalizar que te limpien la piscina porque hay fecha de inicio y fecha de final; pero limpiar las habitaciones de un hotel es el pilar del hotel, lo necesitas siempre. Eso nos está enfermando, y esa sobrecarga que se deriva es el origen de muchas enfermedades.
El tema de la jubilación también es crucial; que nos podamos jubilar, porque si pretenden que aguantemos así… yo tengo compañeras con 50, 40 y hasta 30 años con el lumbago para siempre tocado, con problemas de discos.
Luego, por otra parte, queremos que se vincule lo que es la categoría de los hoteles, como las estrellas que tiene un hotel, que se le dan al hotel en función de los metros de la habitación, o del minibar, o del teléfono en la habitación… con la calidad del trabajo que realizamos nosotras en esos hoteles. Tenemos compañeras trabajando en hoteles de 5 estrellas, la Cadena Barceló, por ejemplo; y ellas están externalizadas, no tienen garantizados sus derechos más mínimos. No tienen ni un plato de comida, se tienen que llevar el tupper.
En un hotel de cinco estrellas, ellas no tienen los mismos derechos que los compañeros de Recepción. Queremos que se vinculen ambos ámbitos, la categoría del hotel y la categoría de las trabajadoras, que haya una especie de sello.
Ahora, por ejemplo, hemos participado como Jurado en un Premio llamado Hotel Feliz organizado por la Alcaldesa de Madrid; han otorgado el premio a un hotel que cumple en sostenibilidad, en derechos, en igualdad… y había varias candidaturas de hoteles externalizados. Una empresa externa las discrimina. Han tenido en cuenta, desde el Ayuntamiento de Madrid, nuestro fallo y por ende, no han tenido en cuenta esas candidaturas.
Nosotras tenemos claro que sí tenemos una relación subordinada en los hoteles, que tenemos unos jefes; el problema es cuando nos explotan, nos quieren denigrar, hundir, humillar… ahí no hay subordinación que valga. Ahí nos tenemos que insubordinar.

jueves, 17 de enero de 2019

Entrevista: Elana Dykewomon, activista, escritora y profesora lesbiana

Elana Dykewomon es una activista, escritora, editora y profesora lesbiana judía estadounidense. Es autora, entre otras obras, de la novela Beyond the Pale (narrativa lesbiana varias veces premiada); así como de numerosas obras en prosa, poesía y ensayo. Se dedica, en sus propias palabras, a cambiar el mundo palabra por palabra. Aquí va la entrevista (y aquí la entrevista, también en inglés).


·Eres una activista, editora y escritora lesbiana, judía. Para muchas personas, esta elección de palabras, estas palabras hilvanadas no tienen sentido en absoluto o les parecen una contradicción, una imposibilidad. Pero no lo son ¿cómo influye el hecho de que seas judía en tu vivencia como lesbiana, y viceversa? ¿Cómo llegaste a denominarte a ti misma así; a reconciliarte contigo misma siendo ambas?

Soy judía secular, atea y espiritual, así que no tuve que pasarlo mal con las escrituras religiosas una vez me convertí en adulta (aunque mi familia de nacimiento era algo practicante en cuanto a la religión, en el sentido de deberías-saber-quiénes-son-los-tuyos del post-Holocausto). Quizás sea un poco más complicado; yo sabía que era lesbiana cuando era niña, y tenía una profunda sensación de ser una forastera entre los forasteros. Los movimientos de las mujeres y de las lesbianas me salvaron la vida. Muchas lesbianas judías se convirtieron en activistas entonces. Yo descubrí, cuando estaba escribiendo mi novela, Beyond the Pale, que las mujeres judías han sido activistas en Estados Unidos desde que estamos aquí, sobre todo en la Etapa Progresista (1890-1920). Ser judía permea mi sentido del humor, mi noción de ser diferente; no precisamente al contrario que ser lesbiana, en muchos sentidos. He escrito tanto novelas como ensayos sobre esto, y editaré una nueva antología de escritos de feministas judías como número de Sinister Wisdom, con Judith Katz, en 2019.

·Últimamente he estado leyendo sobre teología feminista; me resultó un shock tan grande descubrir que había una teología más allá de las palabras y la violencia de los hombres religiosos y de sus instituciones. ¿Qué papel crees que la teología feminista, y sobre todo la teología feminista judía, juega en nuestra comprensión de nosotras mismas como mujeres espirituales y aun así rebeldes? ¿Y cuáles son los principales retos por afrontar para las feministas espirituales y religiosas hoy en día?

Conozco a algunas feministas judías religiosas, muchas de las cuales sitúan su sentido de la espiritualidad alrededor de la presencia de mujeres, tanto dentro como fuera de las escrituras. Algunas de mis amigas creen en los textos sagrados del judaísmo, y han trabajado re-interpretando y expandiéndolos tanto como inclusivos de, como en forma de celebración de las mujeres. La poesía siempre ha sido mi faro en lo que respecta a nutrirme y encontrar un sendero espiritual; y los antiguos textos están llenos de poesía, así como de la violencia y misoginia que hemos experimentado. Los retos que las mujeres afrontamos en las instituciones religiosas son mayormente políticos, creo yo, como lo son nuestros retos en todas partes dentro de organizaciones jerárquicas. Si yo fuera la encargada de elegir “el” texto religioso, elegiría la poesía y los comentarios de lesbianas como Irena Klepfisz, Audre Lorde, Chrystos, Gloria Anzaldúa.

·Como lesbiana, muy a menudo siento que el activismo LGBTI mayoritario se centra principalmente en las experiencias masculinas de la violencia, del prejuicio y de la opresión. Hoy en día hay un mayor enfoque de las identidades y la Historia de las mujeres lesbianas, bi, trans e intersex; pero aun así siento que nunca se cubren nuestras necesidades cuando se trata de la necesidad de praxis y políticas verdaderamente transversales y centradas en las mujeres. ¿Cómo te sientes acerca de esto? ¿Cuál es tu visión en lo que respecta a la reunión de las personas LGBTI para subvertir el patriarcado y organizarnos contra su violencia, al mismo tiempo que se aboga por un separatismo lesbiano parcial e incluso total?

Esta es otra respuesta de longitud de libro. Mi propio deseo e inteligencia es bastante simple: quiero centrarme en las mujeres y en las lesbianas porque creo que nos merecemos la completa atención de cada una de cada una y de la otra. Ha sido sólo a lo largo de mi vida que la palabra “lesbiana” ha empezado a poderse decir en voz alta en lugares públicos; y aun así, en tantos. Tenemos el derecho de conocernos las unas a las otras en nuestra propia compañía; es el primer paso hacia la auto-definición.
También he llegado a apreciar y participar en trabajos de coalición, y creo que las coaliciones más fuertes son aquellas en que los participantes de la coalición provienen de comunidades de base fuertes, las conceptualicemos o no como separatistas. Sé que debemos ser conscientes de nuestros enemigos de forma interseccional (es decir, estar constantemente alerta respecto a la supremacía blanca, el colonialismo, el clasismo, el capacitismo y la misoginia). Y está claro que todas esas instituciones de la opresión existen dentro de nosotros, consciente o inconscientemente. Ser activista implica estar alerta respecto a tu propia psique, implica crecer y cambiar. Y aun así no quiero que la reacción a la opresión sea lo que define mi compromiso. Quiero trabajar por una visión de un mundo mejor.

·Eres una escritora y editora prolífica. Para mí, como para muchas otras mujeres, la cultura es un arma en sí misma, o como mínimo nos ayuda a hacer de nuestras propias experiencias de vida y nuestras relaciones un arma para combatir el patriarcado. ¿Cómo es el mundo del libro cuando hablamos de ser una mujer que escribe y edita, y sobre todo cuando eres lesbiana sin una pizca de arrepentimiento? ¿Cuál sería tu consejo para las jóvenes lesbianas como yo ahí fuera que sacamos nuestras propias palabras y nuestro propio arte ahí fuera pero seguimos asustadas e inseguras de nuestro propio poder?

El mundo del libro… depende de qué mundo del libro y en qué país. En Inglaterra, por ejemplo, las escritoras lesbianas blancas han tenido bastante éxito mayoritario. En Estados Unidos, no tanto. Pero aun así en Estados Unidos hay un buen número de editoras lesbianas; con mayor éxito en lo que respecta a la ficción de género (misterio, romántica, especulativa), pero también a la ficción “literaria”, la no ficción y la poesía. Hay una conferencia nacional anual específicamente para escritoras lesbianas (Golden Crown) y un buen número de otras regionales. Las conferencias literarias LGBT han sido, desde mi experiencia, acogedoras con la participación lesbiana. Que te publiquen cuando estás empezando es un problema; y la proliferación de plataformas en redes sociales lo hace más complicado, hace más difícil que se te oiga entre el ruido de fondo general.
Mi consejo para las jóvenes escritoras lesbianas: entrad en grupos de apoyo de escritura de otras escritoras lesbianas (u otros escritores con quienes sintáis un compañerismo). No tengáis miedo de empezar a compartir vuestras ideas e inspiración con el resto, y empezad a enviar vuestro trabajo a revistas y publicaciones que sean un reflejo de las comunidades de las que queráis ser parte. Algunas de mis amistades más maravillosas son con las escritoras lesbianas con las que “maduré” en los setenta; a menudo no estábamos en el mismo lugar al mismo tiempo, pero compartíamos el deseo de escribir abiertamente como lesbianas sobre la experiencia lesbiana (así como cualquier otra cosa que quisiéramos abordar). Jewelle Gomez, Gloria Anzaldúa, Dorothy Allison, Irena Klepfisz, Chrystos (y las escritoras que llegaron justo tras nosotras y antes de nosotras) le dieron un sentido a todo mi mundo. Así que encontrad vuestra cohort, haced vuestro trabajo, publicad tan pronto como podáis, no tengáis miedo de lo que pensáis, ni de que lo que el resto piense de vosotras. No os distraigáis con el ruido de Internet o la sensación de que no “estáis ahí fuera lo suficiente”. Escribir no es un trabajo fácil, pero si es lo que experimentáis como lo que necesitáis hacer, seguid trabajando.

·Hablando de libros ¿hubo uno que jugara un papel esencial en tu propio entendimiento de ti misma como la persona que eres hoy en día, una activista y creadora imparable?

La primera novela que leí de una lesbiana con temas “homosexuales” fue Nightwood, de Djuna Barnes; una visión inquietante y confusa de lo que pasa con la intimidad cuando se desprecia a las personas. Y después leí mucha literatura pulp, en la que las lesbianas siempre mueren o se vuelven hetero. Supongo que estas fueron formativas en el sentido de que determiné que escribiría una novela lesbiana con final feliz, y fui afortunada de publicarla con una de las primeras casas editoriales lesbianas, Daughters, Inc. en 1974. Después de eso, Zami, de Audre Lorde, y Les Guérillères, de Monique Wittig, fueron fundamentales para mi desarrollo como escritora. Oí´recitar a la gran poeta bisexual, Muriel Rukeyser, en una concentración contra la Guerra de Vietnam en 1968. Ella era la única mujer entre todos los tíos “guays”, y su determinación moral y su presencia (una emisaria de la conciencia del mundo de las mujeres) tuvieron un profundo efecto en mi capacidad de verme a mí misma como poeta y activista.

·Hoy en día, me da la impresión de que las redes sociales son para todos la principal fuente de conocimiento sobre política y sobre la sociedad, sobre nuestras propias identidades y resistencia también. Todos tendemos a organizarnos a través de las redes sociales, creamos conciencia a través de las redes sociales e incluso llamamos a la acción desde allí, también. Sin embargo, como la joven lesbiana y loca que soy, con algo de experiencia con la organización de las mujeres en un colectivo feminista local en mi ciudad en el pasado, me parece que nunca deberíamos olvidar el papel fundamental que juegan los encuentros comunitarios y el hecho de juntarse con otras mujeres que aman a mujeres para compartir nuestras experiencias, para auto-editar nuestros propios fanzines y para manifestarnos y protestar e incluso para llorar y rabiar juntas. ¿Cómo lo ves tú? ¿Es la escena política y activista muy diferente de como era cuando tú empezabas, y en qué crees que hemos mejorado y hay algo a lo que le estemos perdiendo el rastro?

Volvamos al final de mi anterior respuesta sobre Muriel Rukeyser. Es importante aparecer en persona. Internet está lleno de ruido. Sí, es mucho más factible que muchas más personas se enteren, así como ser consciente de muchas más cosas al mismo tiempo. Eso es importante. Pero dificulta la elección; somos individuos con energía limitada. Tenemos que elegir conscientemente donde queremos invertir esa energía y con quién queremos trabajar. A veces nos sobrepasa tanto la información que todo lo que Podemos hacer es firmar peticiones y ser testigos en la distancia. Es importante juntarse con otras personas y trabajar en cosas específicas. Nadie puede hacerlo todo, pero todo el mundo puede hacer algo. Tendemos a perder la noción de eso; y es una de las primeras lecciones del activismo: elige proyectos que puedas completar y sentirte orgulloso de haber participado en ellos.

·Por último, tengo curiosidad sobre tus próximos proyectos y libros. ¿Podrías hablarnos de alguna cosa en la que estés trabajando? Y ¿cuál es la frase o el mantra con la que te quedas cuando hablamos de resistencia lesbiana?

Actualmente estoy trabajando en una obra de teatro sobre los dilemas morales que confrontamos cuando nuestras personas cercanas (parejas, progenitores, hermanos, amigos) nos piden que les ayudemos a morir. Mi esposa, Susan, desarrolló demencia y un trastorno convulsivo el año vigésimo quinto que llevábamos juntas; y murió el vigésimo séptimo. La obra se inspira en mi experiencia con ella, y la experiencia de buscar consejo de muchas otras mujeres que han lidiado en sus propias relaciones con el derecho a morir. También voy a editar un número de Sinister Wisdom con Judith Katz sobre lesbianas judías el año próximo. Esos son mis dos proyectos principales; también tengo un par de libros de poemas en el ordenador, esperando a que los organice.
¿Un mantra? Llevo atascada en esta pregunta semanas. Porque no es una simple frase; es toda una vida de gestos e interacciones. Es Gloria Anzaldúa sentada en el suelo de su casa de Santa Cruz conmigo, dibujando una imagen del dios azteca que fue enterrado en trozos desmembrados y renació de nuevo entero, para ilustrar el reto que nosotras, como escritoras lesbianas, afrontábamos. Es mi compañera, Susan, después de que Lucy Jane Bledsoe viniera a casa la semana que Susan murió, y nos ofreciera una lectura privada; alzando los brazos de felicidad, diciendo “¡Tantas lesbianas!”. Es mi primera amante, de cuando teníamos 17 años, viniendo al funeral de mi madre sin que hiciera falta que yo se lo pidiera. Es el placer de ir al estreno fuera de Broadway de la obra de Jewelle Gomez, Waiting for Giovanni. Es mi amistad de 40 años con Dolphin, que pasa la mayoría de las noches de viernes conmigo desde que Susan murió. Son todas las conexiones; una letanía de escritoras lesbianas y amigas con las que he tenido el privilegio de conversar, y la profundidad de la amabilidad que nos hemos demostrado las unas a las otras. Ninguna frase sola lo abarca. Pero mantengamos siempre las banderas de la amistad y de la amabilidad a la vista.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Entrevista: Desnúdate Autoestima Corporal

Os traigo una entrevista con Noemí Conde; ella y Aizea Villarreal son las dos mujeres apasionadas e implicadas con el mundo de la mujer y la cuestión de género que, a través de Desnúdate Autoestima Corporal, ponen sus conocimientos y experiencia al servicio de mujeres en procesos de recuperación de trastornos de la conducta alimentaria y construcción de una verdadera autoestima.


·Os especializáis en el tratamiento con enfoque de género, es decir, desde una perspectiva feminista, de los problemas de autoestima, de la insatisfacción y el desamor con nuestros cuerpos. ¿Qué os llevó a empezar con Desnúdate Autoestima Corporal? ¿Qué os está suponiendo esta trayectoria profesional, y no por ello menos personal y colectiva, en vuestro propio crecimiento y aprendizaje?

Aunque Aizea y yo venimos de mundos diferentes, la relación con el cuerpo nos ha unido: Un proceso de recuperación de Bulimia. Ocho años de experiencia como estilista y publicista para medios de comunicación. Mañanas y tardes acompañando a mujeres con Trastornos de la Conducta Alimentaria. Jornadas completas vistiendo a modelos y actrices.

La vida es aprendizaje, cada una de las experiencias vividas se transforman en conocimientos de un valor incalculable que nos ayudan a crecer y avanzar.

Ambas hemos vivido la presión del cuerpo en nuestra piel, llegando a olvidarnos de nosotras mismas, de nuestra esencia. Y concretamente ése ha sido nuestro motor. Aizea, durante su carrera profesional como estilista, ha visto como mujeres que aparentemente cumplían con los cánones vivían infelices con la presión del cuerpo.

Por mi parte, una enfermedad me hizo despertar y relacionarme en un mundo donde la exigencia y la perfección hacían mucho daño.

Nuestra especialización desde la psicología y el trabajo corporal expresivo despertaron en nosotras la misión de acompañar a este colectivo que tanto nos había tocado de cerca.

Acompañar a mujeres que tienen dificultad en la relación con su cuerpo, llegando muchas de ellas a padecer un Trastorno Alimentario, es un privilegio, un recordatorio constante de cómo nos atraviesa a todas las mujeres el patriarcado, y en este caso la presión social en el cuerpo. A nivel tanto profesional como personal, nos enriquece y nos hace tomar consciencia de una realidad social con hechos concretos: los abusos sexuales, maltratos y violaciones están más presentes de lo que podemos llegar a imaginar.

Cada día nos encontramos a mujeres muy bellas por dentro y por fuera que se fustigan por no llegar a ése ideal de belleza que se han marcado. Cada día tenemos más claro que no se trata de una cuestión de peso.


·¿Podríais contarnos un poquito sobre lo que hacéis en un tratamiento promedio, es decir, qué podéis ofrecer a las mujeres que acuden a vosotras a nivel práctico y cómo de constructiva está siendo hasta ahora la experiencia de ofrecer estos tratamientos?


En Desnúdate ponemos a disposición nuestro bagaje, dos mochilas de experiencias vitales y profesionales únicas sumadas a una amplia formación especializada en psicología y crecimiento personal.  

Nuestro método es creativo y flexible. No existe un proceso igual, todos son totalmente personalizados y adaptados a las necesidades de cada una de nuestras pacientes. Nos basamos en una combinación original de disciplinas, corrientes y técnicas que nos han ayudado a conocernos y amar nuestro cuerpo.

Algunas de ellas son:

La Terapia Gestalt. La PNL, centrada en el diálogo interno de la persona. El Movimiento vital expresivo. La escucha y la observación. El Estilismo libre color, el disfraz y vestuario creativo. La música, el ritmo y la danza. Plástica. El juego, el contacto, la dramatización, la expresión y la creatividad. La respiración, la relajación, el masaje. La meditación y la visualización. El trabajo grupal, la identificación de emociones y paradigma personal.

El resultado, después de acompañar a muchas mujeres, nos hace confirmar nuestras hipótesis. El trabajo emocional y corporal, la detección de necesidades y contactar con el placer, la flexibilidad, desde el permiso; siendo consciente de lo que quieres en tu vida y lo que no, es lo que hace que esa flexibilidad y adaptación también se empiecen a aplicar en la relación con el cuerpo, en ver aquellas partes “imperfectas” como parte de la esencia de cada una.

Los resultados son claros: las mujeres que empiezan con Desnúdate, en un largo plazo de trabajo personal, son capaces de empezar a relacionarse con su cuerpo desde una postura más compasiva y amorosa.


·Vuestro método de tratamiento bebe de diferentes disciplinas terapéuticas, algunas especialmente creativas. ¿Cuál es para vosotras el mayor defecto del acercamiento hegemónico ahora mismo a los trastornos de la conducta alimenticia y los problemas de autoestima desde las clínicas y las consultas? Como mujer que lleva años en tratamiento, entre otras razones, por mis problemas de autoestima y con mi cuerpo, me interesa especialmente saber ¿qué podéis ofrecer vosotras a las mujeres que recurran a vuestro tratamiento que no vayan a encontrar igual en centros de otro corte?


Desde nuestro punto de vista, las clínicas centradas en el tratamiento de los Trastornos de la Conducta Alimentaria están muy centradas en el síntoma, en la parte visible del trastorno. Nosotras siempre hacemos la comparación del iceberg para explicar qué es un TCA. La parte visible del iceberg es el síntoma: lo que se puede observar desde fuera por el comportamiento. La parte sumergida son las emociones: el trasfondo que hace surgir la enfermedad y aviva las inseguridades.

Desde los centros de tratamiento hay un foco puesto en la parte visible del iceberg, en el control o descontrol con la comida y con el cuerpo. Y en un momento concreto de la enfermedad es muy necesario este foco, no obstante, si sólo se trata el síntoma y no se baja a los fondos marinos, el trastorno es muy probable que vuelva a resurgir en otro momento en el que se presenten situaciones adversas, dificultades o vivencias que alteren la cotidianidad. Esas recaídas vuelven como un fantasma hasta que hay un trabajo emocional profundo que te consiga dar herramientas para enfrentarte a esas adversidades que pueden hacer balancear ese “equilibrio” creado desde un tratamiento cognitivo conductual.


·Igual es una pregunta muy básica, pero me parece importante recalcarlo ¿por qué es necesaria una perspectiva feminista, una perspectiva de género, en el tratamiento de los problemas de autoestima y amor propio corporales? ¿Creéis que en el programa de estudio habitual y especializado en estos tratamientos se profundiza lo suficiente en el canon de la socialización patriarcal?


La sexualización del cuerpo femenino y la creación de unos cánones de belleza concretos impuestos por el sistema heteropatriarcal en el que vivimos; un sistema sociopolítico donde el género masculino y la heterosexualidad priman sobre otros géneros u orientaciones sexuales. Así, en este caso, el cuerpo femenino se ha moldeado y se ha normativizado según la visión masculina, con el objetivo de agradar al hombre. Cánones que han ido variando según el momento histórico, siendo ahora la delgadez la norma que impera. 

Además, dentro de la delgadez, existen unos atributos concretos que hacen un cuerpo deseable, como: pechos turgentes, piel lisa, blanca y suave, labios carnosos, mirada penetrante, cabello largo y sedoso… Atributos muy coincidentes con una etapa concreta de edad: la juventud, momento de plenitud según lo que se entiende para el género femenino.

Así, para llegar a esos atributos concretos, las mujeres han aceptado todo tipo de medidas de adoctrinamiento: dietas, cosméticos, tintes, tratamientos anticelulíticos, operaciones estéticas… Y en todo este sinfín de medidas aparecen los TCA, llevando la represión y el control a un extremo incontrolable y llevando al descontrol, en muchas ocasiones fruto de ese descontrol.

Por ello, la perspectiva de género y las herramientas feministas las consideramos básicas y uno de los motores más empoderadores que puede llegar a tener la mujer para la conciliación con su cuerpo.


·Otro problema que he percibido en mis años de tratamiento ha sido la ausencia de una verdadera conciencia de la problemática que suponen los abusos, las agresiones y el acoso sexual en la configuración de la autoestima y los hábitos de vida saludables de nosotras las mujeres. Con cada vez más estudios apuntando a la correlación entre el haber sido víctima de abusos y los problemas de autoestima (llegando estos a cristalizar, incluso, en trastornos de la conducta alimenticia) ¿cuál es vuestra propuesta a este respecto, cómo creéis que se puede abordar este sufrimiento desde la posición de la especialista?

Como bien comentábamos en la primera pregunta, los abusos sexuales, acoso y bullying están muy presentes en nuestras sesiones tanto individuales como grupales. El abordaje de estas experiencias es muy delicado y siempre se tiene que hacer desde una posición muy respetuosa, pautada y lenta. El ritmo y la manera de incidir siempre estará en constante revisión y supervisión al ritmo de cada persona. No hay que olvidar que son experiencias traumáticas que crean mucho sufrimiento y que marcan de manera muy clara el desarrollo de cada mujer. Por ello, el abordaje desde la ternura, la autocompasión y el respeto es muy necesario. Estos casos requieren de un ritmo muy lento que respete el momento de cada mujer. Desde estas experiencias, en muchas ocasiones proponemos también el trabajo grupal desde organizaciones que incidan en estas experiencias, para poder sentirse acompañadas y respaldadas en todo momento.


·Por último, quisiera preguntaros ¿cuál es vuestro lema de cabecera, aquello que le diríais a una mujer que no sólo padece por su autoestima y su relación con su cuerpo, sino que ya quiere tirar la toalla? A veces, todas necesitamos un poco de apoyo.

A nuestra consulta muchas veces vienen mujeres que ya han probado todo, que han pasado por diferentes especialistas y nos dicen “es que estoy cansada”.


Y desde aquí dejamos claro tres ejes muy importantes: tienes la suerte de que tu cuerpo te habla, tu cuerpo te avisa cuando hay algo que no funciona. Esa alarma, en tu caso, está muy relacionada con la relación con el cuerpo y la comida. Cuando esa relación tiene etapas que son más conflictivas, es importante que puedas atenderlas, porque te están dando mucha información de aquello que te pasa, de que hay algo que no estás atendiendo. En otras personas, puede que la alarma se active de otras maneras: hacer muchas cosas, deportes de riesgo que creen emociones fuertes, alcohol, drogas, relaciones tóxicas, tabaco…. Tu cuerpo tiene esa salida.

Desde ahí, es importante atender a que el TCA es el automatismo que tu cuerpo ha elegido para reclamar atención, para que pares y te atiendas. Así, es como si tu cuerpo tuviera una patita coja, y a esa patita coja es importante que puedas diseñarle una muleta a tu medida, una muleta con tus colores, con tu altura y que siempre puedas ir revisándola, puedas ir tuneándola porque a lo mejor conforme vaya pasando el tiempo esa patita necesite otro tipo de soporte, otro diseño, etc. Es un trabajo de largo recorrido y de escucharte constantemente, de oír esas señales que tu cuerpo te está mandando. La niña te está gritando, te está pidiendo que la mires.

Dale gracias a tu trastorno porque ha elegido una opción menos adaptativa que hace que tengas que atenderte de manera más incisiva.

Asimismo, algo que hace descansar mucho, aunque parezca mentira; es que tomen consciencia que es algo que siempre te va a acompañar, tu cuerpo siempre te va a preocupar y ese síntoma en ocasiones se puede reactivar cuando aparezcan imprevistos o situaciones que les hagan sufrir. La idea es, como hemos comentado, poder encontrar esa muleta a tu medida, exclusiva y única; con herramientas para enfrentarte a esas situaciones y que no tenga que saltar la alarma.

domingo, 28 de octubre de 2018

Mujeres y comida: delgadez-belleza-virtud.


Prácticamente todo el mundo que me lee sabe lo mucho que escribo y reflexiono sobre los trastornos de la conducta alimentaria, sobre la ausencia de una verdadera autoestima y de unos hábitos alimentarios sanos y constructivos entre las mujeres… y sobre mi propia experiencia con un principio de bulimia y una dismorfia corporal que nunca ha desaparecido del todo.
Escribo esto porque llevo años dándole vueltas a la idea de que nuestro acercamiento al problema mortífero de los trastornos de la conducta alimentaria y de la baja autoestima, desde el feminismo, desde la Psicología y desde prácticamente cualquier ámbito, es insuficiente, y tremendamente pobre y limitado. Desde especialistas que casi hasta descartan el factor de la socialización patriarcal como condicionante para desarrollar este tipo de problemas de salud tan graves, hasta otros que se sorprenden de que con tu inteligencia o tu conciencia feminista hayas llegado a desarrollar esos problemas; pasando por activistas y escritoras feministas que a mi modo de ver se quedan en la superficie y se limitan a despotricar contra el canon de belleza y la dictadura de la delgadez. Que yo también lo he hecho. Que hay que despotricar, y mucho. Pero ¿cuál es nuestro análisis?
Supongo que hablo desde la vivencia de alguien que lleva siendo consciente de la fragilidad de su autoestima desde mucho antes de preocuparme verdaderamente por mi peso y por lo que comía o dejaba de comer, pero también desde la vivencia de alguien que ahora, a sus veinte años de edad, en medio del proceso de recuperación y sin haber presentado nunca un cuadro de emergencia en lo que a los hábitos alimentarios respecta; sigue fantaseando con reducir la ingesta de comida y provocarse el vómito ante cada “exceso” para poder sentir que tiene el control absoluto sobre algo en su vida. Que, si no se me dan bien otras cosas, al menos se me dará bien estar delgadísima.

Pero también hablo desde la vivencia de alguien que se encontró con el libro “Mi cuerpo es un campo de batalla”, de la Colectiva francesa de mujeres Ma Colère, y que dio entre sus páginas con un artículo de una experta en trastornos de la conducta alimentaria estadounidense. Un artículo sobre cómo la socialización patriarcal nos disocia a las mujeres de nuestros cuerpos. Un artículo sobre la alta incidencia de trastornos de la conducta alimentaria tras haber sufrido abusos sexuales.
Y, por eso, hablo también desde la vivencia de esa chica que soy yo que cada vez que ha sufrido tocamientos indeseados, e incluso intimidaciones, por parte de hombres que se aprovechaban de mi ebriedad o de mi miedo a reaccionar ha estado a punto de volver al váter y a ese alivio inmediato de, por fin, sentirse limpia.

Sin embargo, ha sido ahora, leyendo un artículo de una teóloga sobre la significatividad religiosa de la anorexia, cuando se me ha quedado grabada la siguiente frase leída: “la anorexia es un trastorno ascético, en que es la virtud y no la belleza lo que está en juego.”
Joder. ¿Cómo no se me había ocurrido antes? La virtud, en la cultura occidental profundamente marcada por sus instituciones religiosas, va intrínsecamente ligada al auto-control más titánico y la represión más férrea de nuestros instintos más naturales. No hay más que citar tres de los archiconocidos pecados capitales: lujuria, pereza (muy relacionada originalmente con la tristeza)… y gula. Siempre gula.

¿Cómo podemos pretender que cualquier mujer, y cualquier persona que vive con un trastorno de la conducta alimentaria, la verdad, se recupere fácilmente de uno de estos trastornos cuando nuestra cultura entera está montada para que mantengamos a raya el hambre? Y no se trata ya de la herencia histórica de la Iglesia y sus mandatos; vivimos en una época en que el perfeccionismo y el éxito son dos de las exigencias máximas por parte de nuestro entorno, en que “triunfar en la vida” es el objetivo supremo (y, a veces, si no lo logras no tendrás acceso ni a uno de esos supuestos derechos básicos que debería proporcionarnos el mismo Estado). Quiero decir que este modus operandi, esta lente de la perfección, se aplica perfectamente (valga la redundancia) a nuestra relación con la comida.

Porque abstenerse es virtud. Porque controlarse es virtud. Porque reprimirse es virtud. Y, si existes como mujer en el patriarcado de la obsesión con la apariencia en redes sociales, de la cultura de las dietas relámpago y las cirugías estéticas, todas sabemos qué tienes que reprimir para ser verdaderamente virtuosa a ojos de la sociedad.

Esto me recuerda, no puedo evitarlo, a una frase que le leí hace ya años a una activista feminista que había sobrevivido a la anorexia nerviosa en un artículo (y qué rabia no acordarme nunca de su nombre): “la anorexia es la ingeniería perfecta del patriarcado”. Pues sí. Es fácil llevarnos las manos a la cabeza cuando nuestras hijas, hermanas, amigas, conocidas y parejas están en una camilla en Urgencias porque se han quedado en los huesos, incluso antes, cuando encontramos restos de sangre en el agua de la cisterna o de comida en los cajones, pero ¿qué hay de la educación prematura, del tipo de sociedad en que nos educamos las mujeres?
¿Cómo vamos a prevenir los trastornos de la conducta alimentaria si “gorda” y “fea” son de las peores cosas que se nos pueden decir a las mujeres? Si “gorda” y “fea” van de la mano en esta sociedad, y de hecho, “gorda” y “fea” son antónimos de esa virtud ya mencionada; porque cuando hablamos de anorexia no hablamos sencillamente de obsesión con la belleza, sino de obsesión con la virtud, pero ¿no es acaso la conexión irrompible delgadez-belleza-virtud la que cimienta la socialización femenina?

Supongo que no le daría tantas vueltas a todo esto, no plantearía todos estos interrogantes cuyas respuestas creo que conocemos todas, si no fuera porque yo he tardado años en atar cabos y percatarme de que el vivir disociada de mis impulsos, de mi intuición y de mis emociones más básicas (hola, enfado) me han llevado hasta el extremo de virar entre la angustia absoluta cada vez que me enfrentaba a un plato de comida (adiós, hambre) y la necesidad de utilizar la comida como ansiolítico hartándome a todas horas de lo primero que pillo en la nevera, porque ¿cómo voy a comer sólo cuando tengo hambre si hace siglos que dejé de identificar el hambre?
Nos pasa, a muchas, durante el sexo. Nos pasa, a muchas, cuando se trata de identificar, como decía, nuestro enfado más legítimo y de verbalizarlo, de nuestro derecho a una disculpa o, al menos, a una aclaración. Recuerdos suprimidos y emociones que nos son ajenas son el aliño de la ensalada que hace tanto que nos cuesta comer a pesar de su baja carga calórica, porque sigue siendo comida, y ya sabemos cómo de sucias nos hace sentir el metérnosla en la boca. Mucho más fácil engullir tabletas de chocolate y correr al baño después.

Porque la realidad es que los trastornos de la conducta alimentaria suponen una epidemia sistemáticamente feminizada, y según estudios, no hace falta llegar a cumplir con el cuadro clínico de uno para tener una relación insana, dañina y hasta peligrosa con la comida y con nuestros cuerpos: 3 de cada 4 mujeres estadounidenses (es decir, el 75%) recurren a hábitos alimentarios insalubres que sí se cuentan como síntomas de TCAs. Dietas de dudosa efectividad y peligro de enganche y, cómo no, de rebote y de la consecuente frustración; uso de laxantes; vómitos auto-provocados; ejercicio físico compulsivo; evitación obsesiva de grupos enteros de alimentos… ¿a alguien le suena?

Y ya no sé qué concluir después de escribir todo esto ¿estamos perdidas? No, no lo estamos, pero lo estaremos si seguimos dejando el análisis y tratamiento de los TCAs y de sus síntomas en manos de especialistas ajenos a cualquier enfoque sociológico y crítico con el patriarcado, mientras nosotras nos resignamos a gritar cánticos contra la escasez de tallas en manifestaciones y llorar por nuestras amigas. Que yo también lloro. Que yo también grito… pero no puede ser lo único que hacemos.

Comencemos a revolucionar la forma en que educamos, y permitimos que otros eduquen, a las niñas de nuestro entorno. Comencemos a investigar, a leer, a debatir y a poner, por fin, en el centro la vida porque nos la están arrebatando a golpe de báscula y virtud.

martes, 2 de octubre de 2018

Entrevista: Ambar IL, superviviente de abusos sexuales en la infancia y activista

Os traigo una entrevista con Ambar IL, superviviente de abusos sexuales en la infancia y de sus consecuencias y activista. Es superviviente de abusos sexuales en la infancia y de sus consecuencias.
Desde hace trece años intenta visibilizar y concienciar, con su propia historia, que los abusos sexuales en la infancia existen, más cerca y con más frecuencia de lo que la sociedad quiere creer, que conllevan secuelas y que tienen consecuencias importantes en la vida de quien los sufre.
Afortunada de poder contarlo y de haber llegado hasta aquí a pesar de todo.


·Eres superviviente de abusos sexuales en tu infancia, y de sus consecuencias. ¿A qué te refieres con “sus consecuencias”? Es decir ¿qué tan graves pueden llegar a ser los efectos a corto y largo plazo de sufrir abusos sexuales de niña?

Las secuelas y consecuencias son otra de las caras del abuso sexual que van más allá del hecho físico. Mi lucha es, desde que empecé hace 13 años con el que fue mi nacimiento en esta causa con mi primer blog “Abusos en la Infancia, ¿por qué?”; dar a conocer, visibilizando y concienciando con mi propio testimonio, varias de las secuelas y consecuencias de esos abusos. Son gritos silenciosos que no se oyen, no se escuchan y es verdad que en un alto porcentaje no quieren escucharse; pero también ocurre que estos gritos no saben interpretarse y pasan completamente desapercibidos por el entorno de la víctima, por la mayor parte de la sociedad que con ello obliga a la víctima, de manera involuntaria, a naufragar a la deriva de su propia vida en la más completa soledad.
Sí, los efectos a corto y largo plazo pueden ser desde moderados hasta graves y muy graves. Existe, entre tantos otros tópicos típicos socialmente arraigados, la socorrida idea de que con los abusos, una vez acaba el acto físico, sexual, hacia la víctima; ya ha terminado todo y a otra cosa, que esto es como una gripe, se pasa y se olvida. No, no se olvida. De hecho yo siempre constato, al menos bajo mi experiencia y la de cientos de supervivientes que conozco, que no se olvida, se aprende a vivir con ello. Sí es cierto que muchas víctimas, durante años incluso,  de manera inconsciente, borran de su mente el suceso para evitar convivir con ese dolor y poder seguir con sus vidas. A este hecho se le denomina amnesia disociativa. Pero después puede reaparecer, como de hecho nos sucede a muchos supervivientes, de manera imprevisible y por algún detonante repentino vuelve a tu memoria de manera gradual o completa todo el suceso y los detalles del mismo. Convivir con las secuelas y consecuencias que tienen en tu vida los abusos sexuales es una ardua tarea que conlleva mucho desgaste emocional, físico y/o psicológico en una mayoría de casos. Y no son sólo secuelas psicológicas las que dejan los abusos, son también físicas. Hay muchos casos de fibromialgia en supervivientes ¿es casualidad o consecuencia? La alta y estrecha correlación de los abusos sexuales en la infancia con tantas secuelas psíquicas y físicas debería ser causa de preocupación y de abordaje de manera prioritaria. Es necesario visibilizar todas estas secuelas, estas consecuencias; porque nos afectan no sólo a los supervivientes sino a toda la sociedad. Bajas laborales, gastos médicos, psico-comportamientos (algunos delictivos) que influyen social y económicamente.
Siempre acabo las entradas de mi primer blog con una frase que creé porque me pareció totalmente coherente con esto que comento: “Cada abuso que evitamos, son muchas vidas que salvamos”.


·Sin embargo, haría énfasis en la elección de la palabra “superviviente” en vez de sólo “víctima”. Eres una superviviente. ¿Podrías contarnos, entonces, cómo ha sido tu proceso de recuperación, de sanación si es que podemos llamarlo así, y cuáles crees que son las herramientas, las ayudas necesarias para recuperase de los abusos en la infancia?

Como siempre digo, no se superan, se aprende a vivir con ellos y a que condicionen tu vida lo menos posible. ¿Podemos llamar sanar a este hecho? Sí, por supuesto, hay quien llama sanar a esta actitud. A mí personalmente me gusta más “aprender a vivir con ello y que me condicione lo menos posible” porque sanar lo entiendo como una recuperación total de algo que ha afectado a nuestra salud física y/o mental y en este caso, cuando has sufrido abusos, violencias sexuales en tu infancia y/o adolescencia; la recuperación total, yo al menos la considero imposible.
Me considero superviviente por haber sobrevivido a unos actos que cometieron con mi persona, en mi infancia y adolescencia, de los que fui victima en ese momento. Una vez pasa el hecho físico empieza la otra difícil tarea de vivir con todo ello en tu haber, en tu mente, en tu día a día y a eso se le llama sobrevivir. Has sobrevivido a un acto horrible pero tienes que seguir con tu vida como puedas, por lo tanto estás sobreviviendo, eres un/una superviviente.
Mi proceso de aprender a vivir con ello ha sido muy largo y lento. De manera progresiva he ido superando etapas, conseguí escapar del sistema prostitucional sola, conseguí, después de que los proxenetas me iniciaran en la cocaína, sólo tomar durante un año y medio y dejarla completamente, conseguí erradicar la anorexia y la bulimia severas que he sufrido durante 20 años sin ayuda profesional porque realmente, aquí también soy crítica, no supieron tratar el tema del trastorno alimentario que sufría desde el trauma previo, solo desde el aspecto físico y la autoestima, craso error en muchos casos. Sobreviví a un intento de suicidio grave y conseguí nunca más sentir ganas de volver a intentarlo, a pesar de todo. Conseguí escapar de relaciones de pareja tóxicas y de violencia de género que en varias ocasiones había sufrido. He aprendido a que el estrés postraumático complejo que tengo crónico, por todo lo vivido, me condicione lo menos posible en mi vida. Una mezcla de fuerza interior y ganas de vivir a pesar de todo, un poco de amor por ti misma que aparece un día de la nada y la creencia, aunque sea pequeña, de que un día todo cambiará. Esa quizá es la fórmula para seguir adelante y como digo ir superando etapas, poco a poco y alejarte de lo que te daña y te lastra.
Es importante, cuando te quitan todas las herramientas psicológicas y emocionales, volver a adquirirlas. Cierto que lleva mucho tiempo el lograrlo, que es algo que se va consiguiendo de manera paulatina y progresiva, que depende de muchos factores personales y, en muchos casos, hace falta apoyo externo.  La diferencia entre una víctima de abusos con apoyo en un inicio a otra que no lo tiene es muy considerable. Pero si se carece de ese apoyo, entre las que me incluyo y como ha sucedido a muchos supervivientes, sí es cierto que es más complicado avanzar en tu reconstrucción, tu proceso es más largo y queda, de alguna manera, supeditado a tu propia fortaleza interna; que ya es una cuestión muy personal e innata de cada individuo. Puede también que aparezca un apoyo a última hora y de manera inesperada y que esa mano (metafórica o real) donde te puedas agarrar sea la que te dé el último impulso para dar el paso más grande.
Como digo, es una mezcla de factores, de variables que dependerán mucho de tu propia personalidad, de factores externos y de circunstancias diversas.


·Eres activista en redes sociales, visibilizando y concienciando sobre tu historia. ¿Cuáles crees que son las medidas necesarias, políticas y sociales, que se deberían tomar desde las instituciones para prevenir algo tan doloroso como lo son los abusos sexuales a niños y niñas? ¿Y cómo podemos actuar las personas adultas si sospechamos que alguien está abusando de un niño o una niña de nuestro entorno?

Para empezar, hay una clara deficiencia, desidia, dejadez en prevención, visibilización y concienciación acerca de este tema. Partiendo de esta base, todo lo demás es una ardua tarea que debemos hacer o que estamos haciendo, en la medida en que cada uno puede y según en qué fase de su propio proceso esté, los supervivientes o personas sensibilizadas con la causa.
Los gobiernos deberían ponerse las pilas con este tema, lanzar campañas continuadas, no de manera esporádica sino de manera contundente, repetitiva y mediática. Protocolos de actuación, enseñanzas de estos mismos protocolos y también, muy importante, prevención a nivel social y educativo para adultos y para la propia infancia. Que haya verdadera concienciación de los comportamientos de una niña o niño susceptibles de que esté siendo o haya sido víctima de abusos, especialización por parte de profesionales de atención sanitaria, de salud mental, de trabajadores sociales, jueces, abogados, etc. Todo el sistema que envuelve a un acto como este, empezando por las propias familias (aunque en una mayoría de casos es de donde procede el agresor), los centros educativos, la justicia y la propia sociedad.
Si una persona adulta sospecha de que una niña o niño está siendo abusado se puede indagar    intentando evitar la re-victimización del menor, mediante el análisis de sus dibujos. Intentar hablar con el niño o niña, pero como digo, hay que tener mucho cuidado para no re-victimizarlo y que deje de hablar por el dolor que le supone contarlo. Iniciar un protocolo de actuación que, aunque no sea muy específico, puede derivar, de alguna manera, en la ayuda adecuada para el o la menor. Hablar con profesores, con la familia, pero teniendo en cuenta que el agresor puede estar también en uno de estos dos ámbitos, por lo que es un tema que hay que tratar con mucho cuidado, todos los pasos que se den deben ser muy cautelosos porque puede suponer una re-victimización para la niña o niño.
Por eso es tan importante que se atienda ya este tema, que se inicien e instauren protocolos de actuación, que se fomente la prevención, la visibilización y la concienciación de este tema, para poder saber ver, intuir los comportamientos que pueden ser sospechosos tanto en una niña o niño abusado como en un adulto agresor y que la propia infancia esté informada y pueda identificar si está siendo víctima de abuso sexual. Tanto a mí como a muchas niñas y niños nos ha sucedido que al no conocer este tema, al no saber qué nos estaban haciendo, no reconocíamos que estábamos siendo víctimas de abusos sexuales. Entre la manipulación psicológica a la que te somete el agresor y la carencia de información antes y por desgracia en la actualidad, se da el cóctel idóneo para el silencio de las víctimas y la impunidad de los agresores.


·El feminismo, o los feminismos, llevan mucho tiempo peleando contra la llamada cultura de la violación, abogando por los derechos de las supervivientes y, antes incluso, por una educación feminista, antipatriarcal, que prevenga que las mujeres en particular y cualquiera en general sea víctima de estos. ¿Cuál es para ti el papel de la lucha y la organización política feministas en lo que se refiere a la lucha contra los abusos sexuales en la infancia? ¿Crees que se afrontan de forma adecuada y efectiva los casos de abusos sexuales a niños y niñas por parte de teóricas, activistas, mujeres y personas feministas?

Bueno, en este tema soy un poco crítica, porque veo varios sectores del feminismo que no están por la labor de proteger a la infancia, como sector altamente vulnerable. Reconozco que, al igual que hay sectores del feminismo que parece que no lo tienen muy en cuenta; hay otros que sí se están involucrando de manera activa en esta lucha y empiezan a aunar sus fuerzas para empezar a abordar esta lacra. Las mujeres son vulnerables, la infancia también. Entre esta infancia están las futuras mujeres del futuro, los futuros hombres. Si partimos desde esta base, si educamos, si protegemos, si hay una ayuda previa en todos los niveles a esta infancia... ¿hasta qué punto no estaríamos creando nuevas generaciones de mujeres y hombres no traumatizados por estas violencias, en el respeto y en una igualdad de condiciones y derechos? El feminismo debería ser también una fuente de protección a la infancia, a estas niñas futuras mujeres, a estos niños futuros hombres.


·En los últimos años, han salido a la luz múltiples casos de abusos a niños varones a manos de cargos de la Iglesia Católica. ¿Crees que un posible un cambio en la organización eclesiástica para apoyar de pleno a las personas supervivientes y cortar por lo sano con las políticas de encubrimiento y culpabilización que amparan a quienes abusan, y si es así, en qué consistiría para ti este cambio?

Creo que la institución eclesiástica es como la de las familias, se ampara en la ley del silencio, del encubrimiento, de la protección al agresor, que no a la víctima, la que como siempre, queda relegada a la marginalidad e invisibilidad, completamente sola; sin ningún tipo ni de ayuda ni de protección, ni física ni psicológica.
Un cambio sería dejar este encubrimiento, denunciarlo, no permitirlo, hacerlo público más aún de lo que se está empezando a llevar a cabo; pero no sólo por los medios de comunicación o por las propias víctimas cuando reúnen la fuerza para romper el silencio, sino por ellos mismos, por los mismos que componen y forman parte de la iglesia, que son los primeros que deberían posicionarse en contra de los que cometen estos atroces actos, aunque formen parte de su propia institución. Cuando se silencia y se encubre pasan a ser cómplices, al igual que sucede, repito, en las familias donde existen casos de incestos. A la Iglesia le ocurre como a la familia, son instituciones que, socialmente, desde hace siglos, nos han vendido como entidades protectoras y cuidadoras cuando, obviamente, está demostrado por muchos factores que tanto en una como en otra habitan dentro de las mismas lobos con piel de cordero que pueden destrozar no sólo infancias, destrozan vidas enteras. Y va siendo hora de que realmente empecemos a llamar a las cosas por su nombre y seamos coherentes con la verdadera naturaleza de muchos de los que forman de estas dos social y culturalmente consagradas instituciones. Cuando supuestamente Jesús dijo: “dejad que los niños se acerquen a mí”, no creo que se refiriera a ese tipo de acercamiento. La iglesia debe posicionarse de una vez en contra de los que atentan contra tantas infancias, contra tantas vidas y contra lo que supuestamente promueven sus propias creencias.


·Cuando salen a la luz estos casos, se habla mayoritariamente de niños varones. Los feminismos deben, desde mi punto de vista, abogar por la protección de todos los seres vivos pero, especialmente, de las mujeres y de la infancia, pues somos de los sectores más vulnerables y violentados de la población. Pero ¿hay un factor de género a tener en cuenta cuando hablamos de mayor vulnerabilidad en la infancia, y crees que se abordan o se deberían abordar de igual manera los abusos sexuales a niños y a niñas?

Sí, deben abordarse de igual manera, la infancia es vulnerable de por sí, al margen del género. Y conozco bastantes supervivientes hombres, por parte de la iglesia y por parte de su propio entorno cercano. También es cierto que si a una chica, a una mujer le cuesta hablar de esos abusos, de esa violencia sexual que sufrió, el estigma, la vergüenza que acompaña a un chico, a un hombre superviviente es mucho mayor; por lo que mantienen el silencio acerca de lo ocurrido mucho más tiempo incluso que las supervivientes mujeres.
Es verdad que las niñas, por la propia educación patriarcal socialmente establecida desde hace siglos, nos vemos más expuestas, más presionadas, más cosificadas, más agredidas ya desde la infancia por el simple hecho de ser niñas. Yo muchas veces me pregunto, si en vez de nacer niña hubiera nacido niño... ¿mi abuelo hubiera abusado también de mí? ¿Hubiera tenido tanto interés en arrancarme de los brazos de mis padres para llevarme a vivir con él?


·Recientemente ha habido mucha polémica relacionada con el eterno debate feminista de la prostitución o el trabajo sexual. Tú, que eres superviviente del sistema prostituyente ¿qué puedes contarnos sobre la mayor vulnerabilidad de las supervivientes de abusos a acabar en las redes de este sistema, y cuáles crees que son las políticas feministas que deberían ponerse en funcionamiento en lo que se refiere a la prostitución o trabajo sexual?

Como superviviente de abusos en mi infancia pero también de trata y prostitución, en mi activismo siempre, siempre, hago un fuerte hincapié en la estrecha correlación que guardan los primeros con la entrada en el sistema prostitucional.  Entre un 85-90% de mujeres en situación de prostitución tienen en sus historias situaciones de abusos y violencias sexuales y/o maltrato en sus infancias y/o adolescencias. Yo misma soy un testimonio de esta realidad, todas las compañeras que conocí esos años en la prostitución, tanto como víctima de trata como cuando estuve de manera autónoma, todas, habían sufrido episodios reiterados de abusos sexuales siendo niñas y/o adolescentes. Siempre, cuando se habla de abolicionismo remarco, recalco la necesidad de abordar este tema, de erradicarlo, puesto que parece invisibilizado por muchos sectores no sólo sociales si no también dentro del propio feminismo. Cierto es que ya parece que se va teniendo en cuenta y estoy empezando a escuchar algunas voces dentro del feminismo que, parece, están por la labor de abordar esta lacra.
Sólo habría que plantearse, si realmente se abordara este tema, si realmente hubiera políticas de prevención, visibilización, concienciación que consiguieran ir erradicando los abusos sexuales en la infancia ¿no nos encontraríamos con generaciones de niñas y niños no traumatizados y evitaríamos así, además de las consecuencias y secuelas derivadas de los mismos, que muchas niñas fueran susceptibles de ser prostituidas o de prostituirse?
Pienso que mi teoría no es tan descabellada y que valdría la pena como sociedad ser coherentes con la realidad y empezar a abordar lo que tanto daño nos está causando hasta ahora y a lo que tan poca importancia le estamos otorgando.


·Por último, me gustaría hacerte una pregunta, si cabe, algo más personal, algo más íntima. Si tuvieras que compartir unas pocas palabras con todas esas ahora víctimas, un día supervivientes, que quizás no atisben la esperanza en su futuro, que todavía no han salido o no las han sacado ¿cuáles serían tus palabras para ellas?

Sinceramente, en los momentos en que más hundida me encontraba dentro del sistema prostituyente y fuera de él, no me hubiese valido de nada lo que me hubieran dicho. No tienes fuerza para salir, normalmente estás abandonada emocional y físicamente, eres muy vulnerable y entras en un círculo vicioso y no suele haber nadie en quien confiar o en quien apoyarte en la mayoría de casos. ¿Consejo? No hay ninguno válido al cien por cien porque cada una viene y tiene unas circunstancias en su historia y en su vida diferentes a las demás, una fortaleza interna distinta. Es ir tirando como se pueda cada día y no perdiendo la esperanza de que el futuro puede ser mejor y que tu vida, algún día, será mejor de lo que lo ha sido hasta ahora. 
Y si yo he podido salir creyéndome incluso que era “mi libre elección” cuando estaba prostituida por trata, con anorexia y bulimia severas pesando 38 kg, tomando cocaína y con intentos de suicidio y estrés postraumático para soportarlo, ninguna de ellas es menos que yo y también pueden conseguirlo.